domingo, 1 de mayo de 2011

Lunes, 16 de mayo de 2011

“PROHIBIDAS LAS PROHIBICIONES”



PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 11,1-18



“TAMBIÉN A LOS GENTILES DIOS LES HA OTORGADO LA CONVERSIÓN QUE LLEVA A LA VIDA”


Los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea recibieron noticias de que también los no judíos habían aceptado el mensaje de Dios. Pero cuando Pedro volvió a Jerusalén, lo criticaron algunos de los creyentes procedentes del judaísmo. Le preguntaron:
--¿Por qué fuiste a visitar a los que no son judíos, y comiste con ellos?
Pedro les contó desde el principio todo lo que había pasado. Les dijo:
--Yo estaba en la ciudad de Jope, y mientras oraba tuve una visión: Vi algo parecido a una gran sábana que, atada por las cuatro puntas, bajaba del cielo hasta donde yo estaba. Me fijé bien para ver lo que había dentro, y vi cuadrúpedos y fieras, reptiles y aves. Y oí una voz, que me dijo: 'Levántate, Pedro; mata y come.' Yo contesté: 'No, Señor, porque nunca ha entrado en mi boca nada profano ni impuro.' Entonces la voz del cielo me habló de nuevo, diciéndome: 'Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú profano.' Esto sucedió tres veces, y luego todo volvió a subir al cielo. En aquel momento, tres hombres enviados desde Cesarea a buscarme llegaron a la casa donde estábamos. El Espíritu me mandó que, sin dudarlo, fuera con ellos. Y también fueron conmigo estos seis hermanos. Todos entramos en casa de cierto hombre, que nos contó cómo en su casa había visto a un ángel, que puesto de pie le había dicho: 'Manda a alguien a la ciudad de Jope para que haga venir a Simón, que también es conocido como Pedro; él te dirá cómo puedes salvarte, tú y toda tu familia.' Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo vino sobre ellos de igual manera que al principio vino sobre nosotros. Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor: 'Es cierto que Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.' Pues bien, si Dios les da también a ellos lo mismo que nos ha dado a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?
Cuando los hermanos de Jerusalén oyeron estas cosas, se callaron y alabaron a Dios, diciendo:
--¡De manera que también a los que no son judíos les ha dado Dios la oportunidad de volverse a él y alcanzar la vida eterna!


REFLEXIÓN
Podemos mirar la obra de la evangelización con una imagen muy sencilla. Es como cuando arrojamos una piedra a un lago o estanque de aguas tranquilas y se van formando ondas desde el lugar donde la piedra hirió la superficie del lago, en círculos cada vez más amplios. Al final alguna de las ondas alcanza la orilla.
Ese lago de aparente tranquilidad es el mundo. Su paz es aparente porque por dentro se mueven muchas cosas y falta mucha luz. La piedra que cae al lago es aquella "piedra que desecharon los arquitectos", es decir, Cristo mismo, que hundiéndose en el misterio del mundo ha asumido a través de su encarnación y de su humillación en la cruz todo lo que somos y lo que escondíamos bajo la superficie.
Las ondas que ha producido esa piedra en el lago son la noticia de su humillación por amor, es decir, la obra del Evangelio. Parten del lugar donde se humilló la piedra, es decir, de Jerusalén, y se van abriendo en círculos más y más amplios, porque a partir de Jerusalén la noticia del amor que se abajó hasta la muerte va abriéndose paso hacia nuevos lugares, nuevas culturas y nuevas lenguas y naciones.
Finalmente, las ondas alcanzan la orilla. La orilla, el lugar habitable y de suelo firme, es el cielo. El Evangelio atraviesa todo el lago, es decir, toda la inestabilidad de las cosas de este mundo, hasta llegar a la gloria que no acaba y la firmeza que no engaña, o sea, hasta la patria celestial.
Esta imagen de las ondas en el lago sirve como clave de lectura para leer y disfrutar ese libro que cuenta los inicios de la evangelización, es decir, los Hechos de los Apóstoles.
En efecto, ¿qué son los apóstoles sino el "Grito, el Verbo"; ellos, con Pedro a la cabeza, son la expresión viva del misterio del Crucificado y Resucitado: son esas ondas que van abriéndose paso a través de este mundo y que nos llevarán en su ritmo y su fuerza hasta el cielo.
Hoy, por ejemplo, hemos asistido a un episodio de esa obra de difusión de la Palabra de Salvación. Pedro es iluminado con la acción poderosa del Espíritu Santo y descubre que hay una nueva frontera a atravesar y un nuevo obstáculo por vencer. Ya no debe subsistir esa separación entre judíos y no judíos. ¡Todos somos herederos de la triste herencia, que es el pecado, y llamados a la hermosa herencia, que es la gracia! ¡Todos necesitamos amor, todos necesitamos perdón, para todos es el anuncio de la vida nueva en Cristo Jesús!


SALMO RESPONSORIAL: 41
R./ Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,1-10


“YO SOY LA PUERTA DE LAS OVEJAS”


Entonces Jesús dijo: "Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz."
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.
Jesús, el buen pastor
Jesús volvió a decirles: "Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.
"El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


REFLEXIÓN
Jesús no es sólo la puerta del aprisco; también es el pastor, y no un pastor cualquiera, como hay tantos, que a duras penas ejercen su labor porque no tienen más qué hacer; él es bueno, sabe lo que necesita cada oveja, sabe en qué condición se encuentra cada una, las conoce por su nombre, las llama y ellas le siguen sin temor ni desconfianza.

Ya el Antiguo Testamento había aplicado a Yahvé esa imagen del pastor ideal, único capaz de defender hasta el límite a sus ovejas; ello porque los pastores de carne y hueso que estaban al frente del pueblo, no daban la talla, descuidaban sus deberes y su función de guías.

Pues bien, esa es la realidad con la que se enfrenta Jesús: Unos pastores codiciosos, envidiosos y abusivos, que “no respetan ni a Dios ni al prójimo” y que, sin embargo, están ahí, haciendo creer que han sido designados por Dios y que, antes que nada, son servidores suyos. En contraste con esos pastores, Jesús se presenta a sus seguidores como el verdadero y único pastor bueno, porque está en capacidad de dar hasta su vida por sus ovejas.

PARA REFLEXIONAR:
¿Cuáles son las lecciones del Evangelio de hoy para mi vida como responsable de una comunidad
o de una familia?

ORACIÓN
Señor gracias por conocerme y tenerme siempre cerca de Ti. Gracias por amarme tal cual soy y por llamarme por mi nombre, por guiarme y permitirme reconocer tu voz, que la luz de tu Santo Espíritu permanezca siempre sobre mi para poder entender que tu salvación ha sido dada para todos sin excepción, y que mi deber es conducir a aquellos que no te conocen para que reconozcan tu voz. Amén.

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