domingo, 1 de mayo de 2011

Martes, 17 de mayo de 2011

“LAS PERSONAS SON LA VERDADERA IGLESIA”



PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 11,19-26


“SE PUSIERON A HABLAR TAMBIÉN A LOS GRIEGOS, ANUNCIÁNDOLES EL SEÑOR JESÚS”



Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaron a los judíos el mensaje del evangelio, pero no a los demás. Sin embargo, algunos creyentes de Chipre y de Cirene llegaron a la ciudad de Antioquía y hablaron también a los no judíos, anunciándoles la buena noticia acerca de Jesús, el Señor. El poder del Señor estaba con ellos, y así fueron muchos los que dejaron sus antiguas creencias y creyeron en el Señor.
Los de la iglesia de Jerusalén, al conocer esta noticia, mandaron a Bernabé a Antioquía. Al llegar, Bernabé vio cómo Dios los había bendecido, y se alegró mucho. Les aconsejó a todos que con corazón firme siguieran fieles al Señor. Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.
Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos.



REFLEXIÓN
Este capítulo once de los Hechos de los Apóstoles, tiene una gran importancia; Podemos decir que es como un punto de inflexión, es aquel lugar donde se toma un rumbo nuevo, un enfoque nuevo. Y ese punto de inflexión está marcando el instante, podríamos decir, el tiempo en que la comunidad cristiana se abre al mundo no judío. Será un proceso que tiene varias etapas, un proceso que no carece de tensiones.
Veíamos cómo, en primer lugar Pedro tiene una experiencia mística, una experiencia en la cual él es llamado por Dios a no considerar como impuro lo que Dios ha purificado. Es que en el judaísmo las nociones de pureza e impureza eran bastante estrictas, no tenían que ver únicamente, ni incluso principalmente con lo relativo al sexo; tenían que ver con la conciencia de ser pueblo elegido. Por ejemplo, si un judío iba al mercado, al volver a casa se lavaba las manos, pero el motivo principal no era la higiene, sino era un modo ritual de decir "quito de mí todo lo que se me haya pegado de esos no creyentes, de esos paganos". Porque efectivamente, en un mercado hay trato con toda clase de personas; también recordamos cómo incluso, en el relato de la Pasión, los enemigos de Jesús, hombres que claramente no tenían la mentalidad ni el Espíritu de Dios en sus corazones, porque estaban maquinando contra el Mesías, y sin embargo ellos consideraban tan importante el asunto de esta pureza ritual, que no entraron en casa de un pagano para no contaminarse, para no quedar excluidos de comer la Pascua.
Este es el tipo de mentalidad que tiene que superarse para llevar el Evangelio a los paganos; y por eso Pedro pasa por esta experiencia, él mismo entra en casa de un pagano, Cornelio, y, al predicar sobre Jesús, el Espíritu Santo desciende con fuerza sobre ellos, y entonces ya estos hombres son bautizados.
Y encontramos en el texto del día de hoy cómo la persecución a la que fueron sometidos los cristianos de Jerusalén, los llevó muy lejos, hasta tierras de lo que hoy es Siria, y entonces allá, en Antioquía de Siria, por primera vez los llaman los "cristianos", "los seguidores de Cristo", y es también allá donde abiertamente se empieza a predicar el mensaje a unos que no son de raza judía.
Esto va mostrando poco a poco cómo el Espíritu de Dios vence todo tipo de barreras. Creo que nosotros tenemos que tener esta confianza, esta esperanza, este optimismo, incluso esta alegría; creo que tenemos que tener esta certeza de que el Espíritu es capaz de vencer las barreras de los prejuicios, las barreras de los resentimientos, las barreras del odio, y es capaz de instaurar un tipo de civilización, la civilización del amor, en la cual el reinado de Jesús y la conciencia del Evangelio cumplan el papel de una Constitución.
Demos gracias a Dios por estas señales, demos gracias a Dios por esos primeros valientes que empiezan a abrir el Evangelio hacia otras naciones, y también nosotros tomemos nuestra responsabilidad como misioneros.



SALMO RESPONSORIAL: 86
R./ Alabad al Señor todas las naciones

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,22-30


“YO Y EL PADRE SOMOS UNO”



Era invierno, y en Jerusalén estaban celebrando la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo. Jesús estaba en el templo, y andaba por el Pórtico de Salomón. Entonces los judíos lo rodearon y le preguntaron:
--¿Hasta cuándo nos vas a tener en dudas? Si tú eres el Mesías, dínoslo de una vez.
Jesús les contestó:
--Ya se lo dije a ustedes, y no me creyeron. Las cosas que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente; pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará. Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo, y nadie se lo puede quitar. El Padre y yo somos uno solo.




REFLEXIÓN
Declarándose a sí mismo como el único pastor con quien las ovejas pueden sentirse seguras, Jesús declara la ineptitud y la falsedad de los que se tienen a sí mismos como pastores del pueblo. La reacción más inmediata que provoca Jesús con estas palabras es que sus oyentes se dividen en dos bandos: Los que creen en sus palabras y aceptan que en verdad él es el enviado de Dios, y el bando de quienes sólo ven en él a un endemoniado y loco.

Para este segundo grupo, a quienes comúnmente Juan denomina “judíos”, Jesús es un embaucador y mentiroso. Sin embargo, como nos muestra hoy el evangelio, aun estos mismos judíos empedernidos lo abordan hoy en el marco de la celebración de la fiesta de la Dedicación, para interrogarlo: “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo claramente”.
Jesús no se vuelve atrás; una vez más declara que sí, que ya lo ha dicho; pero subraya que sus oyentes no pueden entenderlo, ni pueden ver en él al enviado de Dios, por una razón muy sencilla: No creen.





PARA REFLEXIONAR:
1.¿Qué podemos aprender de este Buen Pastor en la lectura de hoy?
2. ¿Qué podemos aprender en su manera de ser Pastor?



ORACIÓN
Señor, Tú que eres mi Pastor, dame la oportunidad de conocerte cada vez más y de amarte con todas las fuerzas de mi corazón, de tal manera que seas Tú quien vivas en mí y seas el dueño de mi vida. Amén.

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