domingo, 1 de mayo de 2011

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACION Y RECOMPENSA

LLAMADOS A VOLAR

“El Señor los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos. Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas. Deuteronomio 32,9-12


El águila real ayuda a su cría que con dificultad vuela a remontarse en las alturas, surca los cielos y súbitamente lo deja caer, al parecer el polluelo no tendrá oportunidad de volar. Pero al apreciar una escena como esta, nos podemos dar cuenta que el polluelo se ve obligado a mover sus alas y largarse a volar.
Tal vez esta actitud no sea comprensible y parezca muy drástica pero si la analizamos a fondo, es una actitud sabia de las águilas. Cuando sus polluelos ya están listos para volar, para salir del nido, comienzan a hacérselo incomodo para que salgan de él, para que conozcan lo que es volar, para que experimenten nuevas cosas.
Dios al igual que el águila, también en ocasiones actúa así con nosotros, hace de nuestros nidos lugares incómodos y nos insta a volar.


Nos habla en Deuteronomio también a nosotros, como lo hizo a su pueblo Israel: “El Señor los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos. Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas. "El Señor los guió, y nadie más; ¡ningún dios extraño tuvo que ayudarlo!
El Señor nos llama a atrevernos a volar, a pesar de las circunstancias difíciles y nos promete cuidarnos, pues somos la “niña de sus ojos”. El tiene especial cuidado de nosotros, nos protege, nos asistirá por siempre si decidimos estar bajo la sombra de sus alas. Como el águila, alienta, despierta y revolotea sobre sus polluelos, así también Dios está cerca de nosotros.


El Señor quiere que crezcamos en su Palabra, que alcancemos metas muy altas estando en su voluntad. “El da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Los que esperan en Jesús tendrán nuevas fuerzas, levantaran alas como las águilas correrán y no se cansaran caminaran y no se fatigaran”. (Isaías 40, 29-31)

Atrevámonos a ver más allá, a ir más allá, a caminar en sus fuerzas… a volar con Él. Dios nos equipa con el poder de su palabra, con la fuerza de su Espíritu Santo, para que emprendamos vuelos más altos hacia cimas que para nosotros puedan parecer inalcanzables.



FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA


“COMO LAS AGUILAS LO HACEN, VOLEMOS CON EL SEÑOR A SUS ALTURAS INSONDABLES”

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACIÓN Y RECOMPENSA

JESÚS , EL BUEN PASTOR



“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.” Juan 10:11;14,15

El pastoreo era una actividad frecuente en el tiempo de Jesús. Los pastores dejaban por las noches sus rebaños en un corral común, con un guarda. Era la manera más fácil de protegerlas de los ataques de los lobos o de los ladrones. Al amanecer, antes de salir el sol, cada pastor recogía sus propios animales y los llevaba a pastar. Cada pastor había visto nacer y crecer a sus propios corderillos y los conocía bien. Incluso le tenía un nombre para cada uno. Las ovejas también reconocían el olor y la voz de su dueño y no seguían a otro. Cada pastor entraba en el recinto y llamaba siempre a las ovejas por su nombre. Una vez fuera, las contaba y, cuando estaban todas, caminaba delante de ellas para conducirlas a pastar al campo, haciendo oír su voz para que no se perdieran. A un extraño, no le seguían. Al contrario, las ovejas tienen miedo de él y huyen de su presencia, porque no están familiarizadas con su voz.


Ese era el verdadero pastor, diferente al asalariado que sólo trabajaba por dinero y no le importaba la suerte de las ovejas. El dueño de las ovejas arriesga su vida por defenderlas, en cambio el otro huye, pensando sólo en salvarse a sí mismo. El buen pastor conoce las necesidades concretas de sus ovejas, sufre con ellas las inclemencias del tiempo y el cansancio de los desplazamientos, vela por su rebaño, lo protege de los enemigos que lo amenazan, cura a las ovejas enfermas, las alimenta con prontitud y dedica una atención especial a las más débiles.



Así es Jesús, y quiere ser ese verdadero Pastor bueno y generoso con nosotros, el si nos conoce, nos llama por nuestro nombre y conoce nuestra historia, conoce nuestras pérdidas, nuestros llantos y caídas, nuestra desesperanza, conoce nuestras alegrías, nuestros anhelos mas profundos y nos ama con un cariño único e irrepetible. Él viene a buscarnos para sacarnos del redil donde estábamos encerrados, del redil equivocado, de todo tiempo de oscuridad y desilusíon y quiere conducirnos a su redil, un redil de libertad que sólo experimentan los hijos de Dios. Nos habla hoy, con su Palabra, nos habla con Palabras de vida eterna, nos alimenta con su propio Cuerpo, nos regala el agua del Espíritu, la única que puede saciar nuestra sed (Juan 4, 14). Nos conduce a la Verdad y la Vida (Juan 14, 6), nos conduce a aguas tranquilas y verdes pastos.



Nos ha amado hasta el extremo (Juan 13, 1), con un amor ilimitado hasta dar la vida por nosotros (Juan 15, 13) y nos quiere ver felices, con la única y verdadera felicidad que consiste en acogerle y seguirle, porque nadie va al Padre, sino por Él, y nadie puede ser verdaderamente feliz sin Él.



Déjale la puerta abierta, hazte oveja de su redil, hazte miembro de su rebaño, Él se ocupará de una manera personal de ti. Camina en sus sendas, reposa en sus brazos, deja que sane y cure tus heridas, escucha su voz y su Palabra, dedícale tiempo y vida a su proyecto y conviértete en pastor para los que te necesitan.



Dios te bendice.


FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA


EL SEÑOR ES TU PASTOR, NADA TE FALTA















Salmo 23 - El Señor es mi Pastor

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACION Y RECOMPENSA

“CAMINANDO CON EL RESUCITADO”

"No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven" 2 Corintios 4:18

El mundo pide pruebas, resultados instantáneos, realidades aquí y ahora, no concibe la semilla sino el árbol.
“Dichoso el que cree sin ver” nos dice hoy la palabra en Juan 20,30
¿Pero que ven realmente nuestros ojos, que quisiéramos ver?

«Lo que vemos depende principalmente de lo que buscamos», dice un pensador. Una buena actitud y un enfoque diferente, una vida en Dios, con la visión del Señor, nos ayudan a manejar la vida con gozo, aun cuando las circunstancias a nuestro alrededor no cambien en absoluto, aún cuando no lo hagan instantáneamente.


Pablo alentó a los corintios en sus pruebas diciéndoles: «No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» 2 Corintios 4,18. Es posible ser feliz, sin ver lo que quiere el mundo, sino hacerlo con la mirada del Señor, con la visión de Dios, que hace que sea posible lo imposible.


El Señor hoy nos alienta, acabamos de experimentar su Resurrección, y con Él la nuestra, experimentamos una vida nueva, no importa que otros quieran quitarnos el gozo de la resurrección, que quieran que vivamos con las puertas cerradas, encerrados como lo hicieron inicialmente los discípulos, que nos incitan a dudar de Él, de que está vivo, estamos llamados a creerle, a no vivir en oscuridad, a no desconfiar, a no tener miedo, sino resplandecer con Él, a abrir las puertas y ventanas de nuestra vida dando testimonio, a ser portadores de luz, iluminando el mundo. (Filipenses 2,15).


Como seguidores de Jesús resucitado, recibamos hoy de su paz, de su seguridad, de su confianza, de su vida, de su amor y seamos reflejo de ello para los demás.


FRASE PARA LA SEMANA


"DICHOSO EL QUE CREE SIN VER"

Domingo 1 de mayo de 2011

“¿VER PARA CREER?”


La Palabra de este segundo Domingo de Pascua nos sitúa en el ejercicio mismo de la vida pascual y se vuelve para nosotros una invitación a vivir la vida nueva en Cristo.
Si la resurrección de Jesús no tuviera efecto alguno en nuestra vida, o en la vida del discípulo, si la Resurrección no tuviera como fin la re-creación del ser humano y por tanto la re-creación de un nuevo sentido de vida, entonces la Resurrección de Jesús no habría pasado de ser un asunto particular entre el Padre y su Hijo. Pero, como la resurrección de Jesús es la base y fundamento de una comunidad y el horizonte hacia el cual tiende toda la creación, por eso tanto el evangelio de hoy como la primera lectura de Hechos, tratan de iluminarnos sobre cuál es ese horizonte y cuáles, por tanto, son los efectos inmediatos, reales y concretos de la maravillosa experiencia de la Resurrección.

PRIMERA LECTURA
HECHOS 2,42-47


“LA PRIMERA COMUNIDAD CRISTIANA”


Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración.
La vida de los primeros cristianos
Todos estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales que Dios hacía por medio de los apóstoles. Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación.

REFLEXIÓN

El proceso de construcción de una comunidad igualitaria y justa, al estilo del Maestro, implica fallas, tropiezos y caídas, un camino que no es fácil, pero en todo caso no es imposible, máxime si hay plena conciencia de que ése es el proyecto de Dios y que por ese proyecto Jesús derramó su sangre y entregó su vida. Pero, también por ese proyecto, el Padre lo resucitó, para que quienes confesáramos ser seguidores suyos viéramos si nos comprometemos o no con ese “su” proyecto que él quiere compartir con nosotros y que ciertamente él respalda y acompaña en todo momento. Ese fue y es el principal sentido de la Resurrección, aquello que los discípulos no entienden de manera inmediata pero que van entendiendo y madurando una vez tienen el encuentro con Jesús Resucitado y reciben el soplo del Espíritu Santo. Y es la comunidad que nos muestra este texto de Hechos de los Apóstoles, una comunidad que da testimonio de alegría, de una vida fraterna, expresada en la solidaridad, en el compartir, en la oración, en la alabanza, en el partir y compartir el pan, una comunidad que vive un gozo permanente por conquistar a otros para el Señor, y a la cual el Señor nos llama hoy.

SALMO RESPONSORIAL: 117
R: Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

SEGUNDA LECTURA
1 PEDRO 1,3-9


“NOS HA HECHO NACER DE NUEVO PARA UNA ESPERANZA VIVA”


Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse. Por la fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos.
Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.
Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación.

REFLEXIÓN
Después de vivir la experiencia del Resucitado, hemos de recibir el Espíritu de Dios, el don del Espíritu que se recibe comunitariamente, es el aliento mismo de Jesús Resucitado, aliento que nos trasforma, que nos hace hombres nuevos y nos permite vivir como nueva creación, “para vivir una esperanza viva, para recibir una herencia incorruptible y pura que nos está reservada en el cielo”, como dice hoy este texto de la carta de Pedro.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,19-31

“LA INCREDULIDAD DE TOMÁS”


Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
--¡Paz a ustedes!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez:
--¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Y sopló sobre ellos, y les dijo:
--Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.

Tomás ve al Señor resucitado
Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después los otros discípulos le dijeron:
--Hemos visto al Señor.
Pero Tomás les contestó:
--Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo podré creer.
Ocho días después, los discípulos se habían reunido de nuevo en una casa, y esta vez Tomás estaba también. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó, diciendo:
--¡Paz a ustedes!
Luego dijo a Tomás:
--Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree!
Tomás entonces exclamó:
--¡Mi Señor y mi Dios!
Jesús le dijo:
--¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!

El porqué de este libro
Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él.

REFLEXIÓN:
Nos dice el evangelio que los discípulos estaban reunidos en asamblea, pero tienen la puertas cerradas por miedo a los judíos. Hay miedo, hay encerramiento, hay inseguridad; justamente el evangelio de hoy nos da la pista para entender, que el descubrimiento de los efectos y alcances de la resurrección de Jesús no se comprenden rápidamente, de un momento a otro.

Y vemos como, una vez que los dos discípulos han comprobado que Jesús “no está” en la tumba y una vez que María Magdalena les anuncia que Jesús está vivo y que ha hablado con él (cf. Jn 20, 1-18), los discípulos siguen encerrados. Dos veces en el pasaje de hoy escuchamos estas dos expresiones, “los discípulos estaban con las puertas bien cerradas” (v.19) y “ocho días después los discípulos continuaban reunidos en su casa” (v.26), lo cual es signo de que esto es un proceso de maduración de la fe. No nos dice el evangelista que los discípulos “no creyeran” en el Resucitado; con excepción de Tomás, todos lo habían visto y creían en él; pero una cosa es creer y otra abrirse a las implicaciones que tiene la fe, y ese es el proceso que le toma a la comunidad de discípulos un buen tiempo, tiempo por demás en el que Jesús, con toda paciencia y comprensión, está ahí cercano, acompañando, animando y ayudando a madurar la fe de cada discípulo.

Jesús, entonces, llega a la comunidad y les dice “paz a vosotros”, con su palabra devuelve la seguridad, la confianza. Y la paz de Jesús es plenitud de vida, serenidad, amor. El primer regalo de la vida pascual es siempre la paz. Una paz que destierra miedos, que abre al diálogo y al testimonio, porque proviene de una fuerza renovadora, de una fuerza que nos transforma.
Tal vez a nosotros también, en este tiempo, nos hace falta madurar aún mucho más en la fe; tal vez nuestros conceptos tradicionales aprendidos sobre Jesús y su evangelio no nos permiten ver con claridad cuál es el horizonte de esa fe cristiana, y que, por tanto, no impacta a nadie. Valdría la pena hacer el ejercicio de desaprender; vaciar completamente nuestro ser, nuestro corazón, hacer lo de Tomás, viendo el caso de Tomás desde la óptica más positiva, claro está; es decir, si no lo juzgamos de entrada como “el incrédulo”, sino como el que quiere creer y poner en práctica su fe, pero que desde su vacío interior necesita ser llenado por la presencia de su Señor. Éste es el camino que estamos llamados nosotros hoy a recorrer. A decir como dijo Tomás, como discípulos, “Señor mío y Dios mío”, en una fe personal pero también comunitaria, porque Él es Señor de todos y para todos.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Entiendo mi llamado a vivir una vida comunitaria, con el sentido que Jesús quiere?
2. ¿Es posible creer sin ver?

ORACIÓN
Señor Jesús, con tu Resurrección, nos regalas de tu presencia y de tu Palabra viva que transforma, hoy reconocemos tu amor, te adoramos como el único Señor y queremos rendirnos ante ti, para servirte con nuestro testimonio, con nuestra vida con nuestras acciones. Señor que podamos creer sin ver, y confiar siempre en tu Palabra y en tus promesas. Amén.

Lunes 2 de mayo de 2011

“JESÚS GRAN Y VERDADERO MAESTRO”


PRIMERA LECTURA
HECHOS 4, 23-31


“LOS CREYENTES PIDEN CONFIANZA Y VALOR”



Pedro y Juan, ya puestos en libertad, fueron a reunirse con sus compañeros y les contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Después de haberlos oído, todos juntos oraron a Dios, diciendo: "Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, dijiste por medio del Espíritu Santo y por boca de nuestro patriarca David, tu siervo: '¿Por qué se alborotan los pueblos? ¿Por qué hacen planes sin sentido? Los reyes y gobernantes de la tierra se rebelan, y juntos conspiran contra el Señor y contra su escogido, el Mesías.”
"Es un hecho que Herodes y Poncio Pilato se juntaron aquí, en esta ciudad, con los extranjeros y los israelitas, contra tu santo siervo Jesús, a quien escogiste como Mesías. De esta manera, ellos hicieron todo lo que tú en tus planes ya habías dispuesto que tenía que suceder. Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos que anuncien tu mensaje sin miedo. Muestra tu poder sanando a los enfermos y haciendo señales y milagros en el nombre de tu santo siervo Jesús."
Cuando acabaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban abiertamente el mensaje de Dios.

REFLEXIÓN
Seguimos la secuencia del libro de los Hechos de los Apóstoles contándonos, como es el camino que vive la comunidad cristiana guiada por la palabra de los Discípulos y guiada sobre todo por la acción maravillosa del Espíritu Santo.
A través de esta acción del Espíritu la comunidad se consolida, la comunidad se fortalece y tiene que afrontar grandes retos: tiene que afrontar la persecución, tiene que afrontar después el desánimo, tiene que afrontar el cansancio, tiene que afrontar el destierro. Pero vemos que el principal recurso de la comunidad es la oración.
Con la oración, que no es individual sino comunitaria, ellos descubren la presencia del Señor y reciben también esa fuerza de lo alto, una fuerza que incluso se deja sentir algunas veces: el día de Pentecostés hubo una especie de temblor, y también en el texto de hoy, cuando terminaron de orar, mencionan tembló el lugar donde estaban.
A través de esos remezones como que se deja sentir una fuerza que va más allá de la simple sugestión o del simple entusiasmo que a veces puede tener una multitud. Este signo externo, este signo del temblor, parece indicar que no es solamente el darse ánimo ellos, sino que hay una realidad objetiva, una realidad nueva y transformante que opera en ellos y que a través de ellos se volverá Evangelio de salvación para nosotros.

SALMO RESPONSORIAL: 2
R: Dichosos los que se refugian en ti, Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3, 1-8


EL QUE NO NAZCA DE NUEVO NO PUEDE VER EL REINO DE DIOS”


Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo:
--Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él.
Jesús le dijo:
--Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le preguntó:
--¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer?
Jesús le contestó:
--Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: 'Todos tienen que nacer de nuevo.' El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu.

REFLEXIÓN:
La Resurrección de Jesús pone en entredicho el orden de cosas, haciéndolo tambalear y haciendo renacer un nuevo ser humano, y por ende un nuevo orden. He aquí el gran desafío para el cristiano, porque es precisamente a través de personas abiertas a ese influjo como opera la fuerza renovadora de la resurrección.
A eso apunta el diálogo entre Jesús y Nicodemo. Si no hay disposición personal para permitir esa fuerza renovadora, y si no hay interés por ponerse al servicio después de esta experiencia maravillosa, el acontecimiento de la Resurrección no tiene efectos concretos. Es muy significativa la aclaración que hace el evangelista: “Es de noche”, y también la calidad del personaje: Es un personaje principal de Israel; a lo largo del diálogo, Jesús afirma “tú eres maestro de Israel…”. La noche es en el evangelio de Juan, símbolo de oscuridad. Y bien, Nicodemo, aunque es Maestro, no ve con claridad el camino y por eso recurre a Jesús; él está convencido de que Jesús puede iluminar su camino, pues “si no viniese de parte de Dios, no podría enseñar ni hacer semejantes signos”.

PARA REFLEXIONAR:
¿Qué significa nacer de nuevo?

ORACIÓN
Señor te pedimos nos saques de nuestros caminos de oscuridad, queremos tener claridad en nuestra vida, entender el sentido de tu proyecto, vivir bajo tu lógica, romper nuestros esquemas y nacer de nuevo para seguirte. Amén

Martes 3 de mayo de 2011

“EXALTACIÓN AL SACRIFICIO MÁS GRANDE DEL SEÑOR: LA CRUZ ”




PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 21, 4-9




“SI ALGUNO ERA MORDIDO Y MIRABA LA SERPIENTE DE BRONCE QUEDABA CURADO”


En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

REFLEXIÓN

En la mayor parte de América hoy se celebra la Exaltación de la Cruz. El texto del libro de los Números nos presenta la serpiente vencida y expuesta sobre el estandarte. Es así imagen de la Cruz del Señor. Después de pasar por la cruz, Jesús vence a la muerte.


El texto de Números nos ubica frente a una de las realidades más controvertidas1 del Antiguo Testamento. Se nos presenta una verdadera leyenda religiosa, casi pagana, propia de un pueblo en el desierto que tiene que defenderse contra los adversarios naturales de este hábitat. Sabemos que a la religión se le ha dotado de tradiciones y leyendas que pueden resultar poco profundas para la fe misma. Eso es lo que sucede en este caso. Los hombres siempre han recurrido a narraciones extrañas, incluso las ha plasmado en ritos religiosos con lo que quiere expresar que sólo es posible que Dios nos defienda. En últimas todo queda claro si decimos que Dios es el que da la solución.

SALMO RESPONSORIAL: 77
R: No olvidéis las acciones del Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,13-17


“EL HIJO DEL HOMBRE TIENE QUE SER LEVANTADO”


En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."

REFLEXIÓN:
Hoy celebramos la fiesta de la Cruz. En este diálogo entre Jesús y Nicodemo se anuncia de una manera oculta el momento supremo de la vida de nuestro Salvador: la crucifixión, el paso por la cruz. Dios en su gran amor, viendo la necesidad que tenía el mundo de ser salvado, no dudó en entregar a su propio Hijo para su salvación. Las circunstancias históricas concurrieron para que la redención se realizara por medio de la cruz. A partir de este acontecimiento la cruz se ha convertido en señal de salvación para todo el que cree que Jesús es el redentor del hombre. A pesar de que Jesús se puso el primero en el padecer no nos resulta fácil asumir la realidad de la cruz y todos la esquivamos de la mejor manera posible. Pero si ser cristiano es seguir al crucificado, ¿por qué rehusamos seguir sus huellas? Sólo desde el amor se entiende esta entrega, y sólo el amor hace posible convertir en alegría las mayores angustias de la vida. Es cuestión de amor, y cuando algo nos cuesta mucho es señal de que el termómetro del amor puede estar marcarcando una baja temperatura. Reflexionemos hoy en la cruz y su sentido y significado.

ORACIÓN
Señor Jesús, que por nuestro amor entregaste tu vida en la cruz, te pedimos acrecientes en nosotros el amor, para que podamos asumir con fortaleza y ánimo las dificultades y los sufrimientos de la vida, que asumamos con valentía que es necesario morir para vivir y para ser generadores de vida para otros. Amén

Miércoles, 4 de mayo de 2011

“¿QUÉ ES EL BIEN PARA EL CRISTIANO?”


PRIMERA LECTURA
PRIMERA DE CORINTIOS 15,1-8



“SE APARECIÓ A SANTIAGO, DESPUÉS A TODOS LOS APÓSTOLES”


Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Este es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes. También por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.
En primer lugar les he enseñado la misma tradición que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto. Después se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles.
Por último se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido anormalmente.

REFLEXIÓN
Pablo alude a lo fundante de la fe: el kerigma, la predicación fundamental de los cristianos, es decir, que Cristo vivió, murió y resucitó para nuestra salvación. El apóstol recuerda una vez más a los corintios nada menos que “el evangelio que les he predicado”. No una ideología, una doctrina filosófica o teológica, tampoco un código moral sino la certeza de los acontecimientos salvadores de los cuales los apóstoles fueron testigos y autorizados mensajeros.
Se trata de la muerte salvífica de Jesús en la cruz, en cumplimiento del plan divino de salvación para toda la humanidad. De su sepultura, garantía de la realidad mortal que experimentó Jesús, y de su resurrección gloriosa, irrupción definitiva de Dios en nuestra pobre historia humana y cumplimiento en Cristo de todas las promesas y expectativas de la humanidad. Éste es el evangelio, la buena noticia. El fundamento y principio de nuestra fe. Lo que nos define como cristianos. Es decir, la misma persona de Jesús: su vida y su muerte. La garantía de que ante Dios todos tenemos un lugar, de que Él nos hará justicia a cada uno, y llevará a la plenitud nuestra efímera existencia, como llevó a su plenitud la existencia de Jesús.

SALMO RESPONSORIAL: 18
R. / A toda la tierra alcanza su pregón.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14,6-14


“HACE TANTO TIEMPO QUE ESTOY CON USTEDES, Y TODAVÍA ¿NO ME CONOCES?


Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.
Felipe le dijo entonces:
--Señor, déjanos ver al Padre, y con eso nos basta.
Jesús le contestó:
--Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿por qué me pides que les deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace sus propias obras. Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no, crean al menos por las obras mismas. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan.

REFLEXIÓN:
Encontramos un diálogo de aquellos que Jesús tenía sólo con los Apóstoles, y en los que procuraba ir formándolos, para que tuvieran ideas claras sobre su persona y su misión. Los apóstoles estaban imbuidos de las ideas que los judíos se habían formado sobre la persona del Mesías: esperaban un liberador terrenal y político, mientras que la persona de Jesús no respondía en absoluto a estas imágenes preconcebidas. Las primeras palabras que leemos son respuesta a una pegunta del apóstol Tomás. “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn.14,6). Esta respuesta a Tomás da pie a la petición de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta” (Jn.14,8). La respuesta de Jesús, es en realidad una reprensión: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe?” (Jn.14,9). Los apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora. Les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá. Estas respuestas, también Jesús nos las dirige a todos nosotros.

PARA REFLEXIONAR:
1. Si nos consideramos apóstoles del Señor, ¿Cómo estamos viviendo nuestra fe y en quien estamos poniendo nuestra esperanza?
2. De acuerdo a la Palabra meditada ¿estamos en verdadera comunión con el Padre?

ORACIÓN
Señor haznos apóstoles según tu corazón, hombres y mujeres convencidos de Ti e inquietos en el corazón para hablar de lo que eres y haces en nosotros. Amén.

Jueves 5 de mayo de 2011

“OBEDECER AL ESPÍRITU SANTO”


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5,27-33



"TESTIGOS DE ESTO SOMOS NOSOTROS Y EL ESPÍRITU SANTO”

Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo:

--Nosotros les habíamos prohibido terminantemente que enseñaran nada relacionado con ese hombre. ¿Y qué han hecho ustedes? Han llenado toda Jerusalén con esas enseñanzas, y encima quieren echarnos la culpa de la muerte de ese hombre.

Pedro y los demás apóstoles contestaron:

--Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien ustedes mataron colgándolo en una cruz. Dios lo ha levantado y lo ha puesto a su derecha, y lo ha hecho Guía y Salvador, para que la nación de Israel se vuelva a Dios y reciba el perdón de sus pecados. De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.
Cuando oyeron esto, se enfurecieron y quisieron matarlos.

REFLEXIÓN
La comunidad cristiana, nacida de Pentecostés, ha tenido ya que recorrer un primer trecho. Y esos primero pasos están marcados por la persecución, los enemigos de Cristo se convierten en enemigos de los cristianos.
Y yo creo que aquí hay una primera enseñanza para nosotros. Es bueno saber que aquel que está fastidiado por Dios, aquel que detesta a Dios, va a detestar a los que creen en Él. Aquel que no ama a Cristo, va a sentirse enemigo de los que creen en Cristo.
En este sentido, tenemos que ser muy realistas: nosotros, los creyentes, tenemos que comprender que nuestra fe automáticamente nos gana enemigos, o dicho de otra manera, es normal que la fe traiga enemistad, es normal, es lo que hay que esperar, es lo que suele suceder.
Pero lo que no es ordinario ni común es encontrar gente de tanto valor como estos Apóstoles, que teniendo que enfrentar persecución, cárcel, azotes, e incluso la muerte, permanecieron fieles al Señor.
Si nosotros tenemos en común con los Apóstoles que tendremos que ser perseguidos, pues, tengamos también en común con ellos el permanecer firmes en la fe.
Y es importante ver cuál es la razón de la esperanza de ellos: están convencidos de que hay una fuerza interior; de que de Cristo mismo proviene ese Espíritu de amor, ese Espíritu de vida que es el que les concede hablar.
Si estos hombres, que carecían de instrucción, son capaces de hablar así, y si estos cobardes, que huyeron en el momento de la Pasión, ahora permanecen y enfrentan lo que venga, incluyendo azotes, cárcel y la muerte, es porque algo nuevo ha sucedido en ellos, y eso nuevo es la efusión del Espíritu Santo.
Qué bien que nosotros, ya desde estos primeros días del tiempo pascual, orientemos nuestra mirada, pongamos nuestro objetivo en el final del tiempo pascual, que es precisamente Pentecostés.
Sin el Espíritu de Jesús no se pueden llevar a cabo las obras de Jesús; sin el Espíritu Santo de Dios no somos capaces ni de dar testimonio ni de sostenernos coherentemente en nuestra fe. Necesitamos de ese Espíritu, necesitamos de esa fuerza. Dios la da, la da con abundancia.
Dios desea darse a nosotros, Dios desea entregarnos el regalo de su Espíritu, y tenemos que estar dispuestos a pedirlo, pero sobre todo a recibirlo, para también nosotros vivir con coherencia, incluso con alegría, nuestra fe.


SALMO RESPONSORIAL: 33
R. / Si afligido invoca al Señor, Él lo escucha.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,31-36


“EL PADRE AMA AL HIJO Y TODO LO HA PUESTO EN SU MANO”

"El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal, y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos, y da testimonio de lo que ha visto y oído; pero nadie acepta su testimonio. Pero si alguien lo acepta, confirma con ello que Dios dice la verdad; pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. El Padre ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todas las cosas. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios."

REFLEXIÓN
No sería fácil para los discípulos de Juan el Bautista entender cuál había sido el papel de su maestro; es de suponer que tanto la predicación del Bautista y su praxis como la de Jesús, suscitó controversias en los inicios del cristianismo; de ahí que todos los evangelistas coincidan en la necesidad de ilustrar de algún modo el papel de Juan, para que, una vez establecido el rol de cada uno, se entendiera a quién había que seguir y posteriormente anunciar: A Jesús.

Cristo nos habla hoy como testigo. Él es el que habla "de lo que ha visto y oído". Su mensaje abre la verdad del cielo para nosotros y para todos los que escuchen la palabra. Y el mensaje es sencillo y a la vez inagotable: es la noticia del amor infinito, incondicional, insondable de Dios. Lo que hagamos después de saber que Dios nos ama así determina nuestro destino en esta tierra y en la eternidad.

Todo esto es importante para nosotros hoy a pesar de que no tenemos ninguna duda sobre quién es el Mesías. Ahí justamente está la dificultad mayor: Sabemos quién es el Mesías, qué y cómo hay que anunciarle, y no lo logramos completamente. El problema tal vez es que “hablamos” de Jesús, pero nos referimos a él basados en el conocimiento racional; sin embargo no lo proyectamos como lo que es: Es el Hijo de Dios vivo.

PARA REFLEXIONAR:

¿Estamos dispuestos a asumir los riesgos que vendrán por ser apóstoles del Señor?

ORACIÓN

Señor Jesús hoy te pedimos que nos llenes de tu Santo Espíritu para poder proclamar tu Palabra con el mismo ardor que tuvieron tus discípulos y para enfrentar todas aquellas dificultades que se nos presentarán en la misión para la cual nos has llamado. Amén.

Viernes 6 de mayo de 2011

“LA SABIDURÍA DE GAMALIEL”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 5, 34-42


“SALIERON CONTENTOS DE HABER MERECIDO AQUEL ULTRAJE POR EL NOMBRE DE JESÚS”


Pero entre aquellas autoridades había un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la ley muy respetado por el pueblo. Este se puso de pie y mandó que por un momento sacaran de allí a los apóstoles. Luego dijo a las demás autoridades:
Israelitas, tengan cuidado con lo que van a hacer con estos hombres. Recuerden que hace algún tiempo se levantó Teudas, alegando ser un hombre importante, y unos cuatrocientos hombres lo siguieron. Pero a este lo mataron, y sus seguidores se dispersaron, y allí se acabó todo. Más tarde, en los días del censo, se levantó Judas, el de Galilea, y logró que algunos lo siguieran; pero también lo mataron, y todos sus seguidores se dispersaron. En este caso, yo les aconsejo que dejen a estos hombres y que no se metan con ellos. Porque si este asunto es cosa de los hombres, pasará; pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes vencerlos. Tengan cuidado, no se vayan a encontrar luchando contra Dios.
Ellos le hicieron caso. Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús; después los soltaron. Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios les había concedido el honor de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús. Todos los días enseñaban y anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, tanto en el templo como por las casas.

REFLEXIÓN
Gamaliel recoge de la memoria de los judíos varios ejemplos en los que hay un común denominador: a la muerte de un líder sigue la dispersión de sus seguidores. Y con juicio sensato estima este maestro de la ley que en esos hechos asoma un buen criterio para analizar lo que sucede con ese fenómeno que es nuevo para ellos: los seguidores del Jesús crucificado.
Afirma Gamaliel que, si todo es cosa de hombres, seguirá la regla de las cosas humanas: muerto el líder se dispersarán sus discípulos. Al fin y al cabo, se supone que nadie va detrás de un fracasado; nadie da la vida por quien ya ha muerto.
Aunque algunos podrían pensar que este criterio no es absoluto, porque hemos conocido obras simplemente humanas que duran muchos siglos, que han resistido miles de años sin diluirse. Mas hay que tener en cuenta el contexto en el que habla Gamaliel: no se refiere él a las religiones en general, sino a un momento y un lugar específicos, la primera comunidad cristiana, donde están involucradas y tienen en común la fe en Dios y en sus promesas.
Estos primeros años de vida de esta comunidad, tal como nos lo cuenta el libro de Hechos, fueron tiempos difíciles, pero así mismo tiempos de bendición, gracia y abundancia. Recordemos como los que ahora descritos en Hechos, confiesan con valentía y con espíritu temerario, la fe en Jesucristo, son los mismos cobardes que habían salido huyendo el día de la condena y muerte del Maestro de Galilea. Esta actitud es signo del poder de Dios que es capaz de transformar la debilidad en fortaleza y el temor en temeridad. Esta pequeña comunidad que desde su pequeñez e insignificancia empezó a proclamar sin temor el amor de Dios y la Buena noticia de la salvación en Jesucristo va a ser, como dice el salmo, signo y esperanza para todos: “ El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?.

SALMO RESPONSORIAL: 26
R: Una cosa pido al Señor: habitar en su casa

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?. El Señor es la defensa de mi vida. ¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6, 1-15



“REPARTIÓ A LOS QUE ESTABAN SENTADOS TODO LO QUE QUISIERON”


Después de esto, Jesús se fue al otro lado del Lago de Galilea, que es el mismo Lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó con sus discípulos. Ya estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús miró y vio la mucha gente que lo seguía, le dijo a Felipe:
--¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?
Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que había de hacer. Felipe le respondió:
--Ni siquiera el salario de doscientos días bastaría para comprar el pan suficiente para que cada uno recibiera un poco.
Entonces Andrés, que era otro de sus discípulos y hermano de Simón Pedro, le dijo:
-Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?
Jesús respondió:
--Díganles a todos que se sienten.
Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes y, después de dar gracias a Dios, los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando ya estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:
--Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicie nada.
Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:
--De veras este es el profeta que había de venir al mundo.
Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro, para estar solo.

REFLEXIÓN:
Unánimemente los evangelistas subrayan que después de que todos se saciaron del pan partido y compartido, llenaron varios canastos con lo que sobró. El planteamiento de Jesús, el signo que acaba de obrar, es sumamente claro: La sociedad del momento, las estructuras que la sustentan, son tan injustas y desiguales que muchísima gente padece hambre y otras mil necesidades; pues bien, el signo de los panes apunta a que haya para todos y llegue a sobrar. Ese es el motivo por el cual el pueblo piensa proclamarlo inmediatamente rey; mas eso no es lo que Jesús busca.
Sería conveniente analizar hasta qué punto el cristianismo actual está llamado a defender esta propuesta de Jesús como la salida efectiva y pronta a las continuas crisis económicas, pero sobre todo a los problemas de alimentación, techo y otras dificultades por las que atraviesa gran parte de la humanidad. Es hora ya de abandonar la interpretación tradicional espiritualista del pasaje de la multiplicación del pan. Aquí hay una propuesta de un ser humano nuevo y de una sociedad concreta hecha diferente, hecha de nuevo, con un concepto y visión nueva.


UNA FRASE PARA RECORDAR HOY :
La Pascua es la gran sonrisa de Dios, y quienes entran en esa sonrisa, aprenden también a ser discípulos temerarios, valientes, alegres, dispuestos a todo, a seguir a Jesús y su proyecto hasta el final.


ORACIÓN
Señor, tú eres nuestra única luz y salvación, a quien temeremos, Señor tú eres la única esperanza de nuestra vida, a quien más iremos. Señor que a pesar de los obstáculos, de las situaciones difíciles de la vida, de las persecuciones por hacer lo correcto, por decir la verdad, no nos desesperemos, no desfallezcamos, que aprendamos a esperar en ti, haznos hombres y mujeres valientes, constantes hasta llegar al final. Amén

Sábado 7 de mayo de 2011

“LA PALABRA ORIENTA LA VIDA COMUNITARIA”




PRIMERA LECTURA
HECHOS 6, 1-7



“ELIGIERON A SIETE HOMBRES LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO”




En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de habla griega comenzaron a quejarse de los de habla hebrea, diciendo que las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de ayuda. Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes, y les dijeron:
--No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de Dios para dedicarnos a la administración. Así que, hermanos, busquen entre ustedes siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos. Nosotros seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios.
Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo. Luego los llevaron a donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y les impusieron las manos.
El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe.

REFLEXIÓN
Si otros pasajes nos han presentado una imagen como embellecida de la primera comunidad cristiana, este pasaje de la primera lectura de hoy nos ayudará a cambiar, o mejor, completar esa perspectiva. Ya asoman las tensiones entre cristianos y también la preocupación por los bienes materiales; es decir, los antiguos temas del poder y del dinero. Nos enseña que es un error considerarnos "ya" salvados. Es verdad que algo maravilloso y único ha llegado a nosotros con la gracia de creer pero de algún modo esa es una especie de semilla que necesita ser alimentada, guardada de malas influencias y cuidada hasta su plena madurez.
De ese conflicto nació un servicio concreto, un ministerio específico, textos posteriores van a mostrar que estos primeros servidores (“diáconos”) realizaron muchas más cosas además de aquel servicio elemental aunque muy simbólico de "atender las mesas." Serán ministros de la palabra y enviados del Espíritu Santo y de la Iglesia para atraer a nuevos fieles y para formar poco a poco nuevas comunidades de creyentes.
Es también de anotar como del texto de Hechos termina con un ejercicio de reconocimiento del poder de Dios manifestado en la fuerza de la predicación y el testimonio de los primeros cristianos, un testimonio y una predicación que convencen y convierten aún a los corazones más duros, tal es lo atestiguado en el último fragmento de la lectura; "La Palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos: incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe".



SALMO RESPONSORIAL: 32
R: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.



LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6, 16-21



“VIERON A JESÚS CAMINANDO SOBRE EL LAGO”



Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago para llegar a Cafarnaúm. Ya estaba completamente oscuro, y Jesús no había regresado todavía. En esto, el lago se alborotó a causa de un fuerte viento que se había levantado. Cuando ya habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús, que se acercaba a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo:
--¡Soy yo, no tengan miedo!
Con gusto lo recibieron en la barca, y en un momento llegaron a la tierra adonde iban.



REFLEXIÓN:
Si despojamos el relato de la multiplicación del pan de una visión milagrera, fantástica y espiritualizante, entenderemos mejor la travesía del lago y la caminata de Jesús sobre el agua. El lago, la barca, los discípulos, representan a la comunidad, que intenta avanzar en el camino de construcción del proyecto heredado de Jesús, el proyecto del compartir y de la solidaridad, como una alternativa de vida en medio de un sistema que sólo proporciona división y empobrecimiento. Pero las cosas no son fáciles; por más energía que haya, por más ganas que se tengan de avanzar, las dificultades y contradicciones siempre están ahí para entorpecer el camino. Ese es el lago encrespado y revuelto que pone en peligro la estabilidad de la barca-comunidad y la vida de los discípulos.
En tal situación, lo único que trae seguridad al discípulo y a la comunidad es la presencia de Jesús, no siempre clara y nítida para el discípulo. Es entonces cuando Jesús se revela con el “soy yo”, expresión típica de la forma como Dios se revela.

PARA REFLEXIONAR:
¿Cómo está tu barca hoy? ¿Estás pasando por un lago embravecido? ¿Estás viendo a Jesús que se revela a ti y está dispuesto a no dejarte solo(a)?

ORACIÓN



Señor, Dios de vivos y muertos, Tú que con tu poder resucitaste a tu Hijo amado Jesucristo de la muerte, libéranos a nosotros con el poder de tu Espíritu Santo, de los miedos que nos impiden seguir tu camino, de los temores que nos alejan del amor del prójimo, de los prejuicios que nos encadenan a la hipocresía y a la mentira. Amén.

Domingo, 8 de mayo de 2011

“EMAUS: LA PALABRA DEFINITIVA ES EL AMOR



PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,14.22-33


"PRIMERA PREDICACIÓN POSPASCUAL DE PEDRO"


Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: "Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir. "Escuchen, pues, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales. Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado. El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo:
'Yo veía siempre al Señor delante de mí;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso se alegra mi corazón,
y mi lengua canta llena de gozo.
Todo mi ser vivirá confiadamente,
porque no me dejarás en el sepulcro
ni permitirás que se descomponga
el cuerpo de tu santo siervo.
Me mostraste el camino de la vida,
y me llenarás de alegría con tu presencia.'
"Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros. Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes. Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría. Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. Después de haber sido enaltecido y colocado por Dios a su derecha y de haber recibido del Padre el Espíritu Santo que nos había prometido, él a su vez lo derramó sobre nosotros. Eso es lo que ustedes han visto y oído.


REFLEXIÓN
La primera lectura viene del discurso del apóstol Pedro en Pentecostés. Después de lo que hemos comentado, ya entendemos el estrecho vínculo que une a la Pascua y Pentecostés y por tanto no nos extraña que Pedro levante su voz para decir con vigor maravilloso: "Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue entregado, y ustedes por medio de los paganos lo clavaron en la cruz. Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio" (Hechos 2,23-24).

Varias cosas debemos destacar en esas palabras que fueron capaces de traspasar como espadas los corazones de los oyentes. Lo primero es que la muerte de Cristo no es un accidente ni es sólo el fruto de confabulaciones humanas: hay un PLAN, hay una lógica, hay un propósito, en todo lo que le ha sucedido al Profeta de Nazaret y ese plan tiene la sanción divina porque su desenlace no es el que pretendían quienes se aliaron contra Jesús.

Lo segundo es que Pedro muestra la responsabilidad del pueblo. Si bien hay un plan y Dios saca bienes de los males eso no quita que nuestros males son auténticos males, y que precisamente por ello necesitábamos el bien auténtico de una salvación que no merecíamos.

Y lo tercero es que la gran derrotada ha sido la muerte, que no podía "retenerlo" bajo su dominio. Cristo derrotado es Cristo victorioso, porque en su derrota ha penetrado las cavernas de la muerte y desde el fondo de ella, como antes, como al principio desde las entrañas de la nada, ahora hace brotar un mundo nuevo. ¡Es Pascua, Aleluya!

SALMO RESPONSORIAL: 15
R./ Señor, me enseñarás el sendero de la vida

SEGUNDA LECTURA
PRIMERA DE PEDRO 1,17-21


"LOS RESCATARON A PRECIO DE LA SANGRE DE CRISTO, EL CORDERO SIN DEFECTO"



Si ustedes llaman "Padre" a Dios, que juzga a cada uno según sus hechos y sin parcialidad, deben mostrarle reverencia durante todo el tiempo que vivan en este mundo. Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de este rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha. Cristo había sido destinado para esto desde antes que el mundo fuera creado, pero en estos tiempos últimos ha aparecido para bien de ustedes. Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, el cual lo resucitó y lo glorificó; así que ustedes han puesto su fe y su esperanza en Dios.

REFLEXIÓN
En la segunda lectura, el apóstol Pedro hace un llamado a mantener la fidelidad a Dios aún en situaciones de destierro, desplazamiento, marginación o exclusión, porque Dios, en un nuevo Exodo, nos libera de una sociedad sometida a leyes injustas e inhumanas, que protegen sólo al que paga con oro o plata. Esta liberación fue asumida por Jesús con el sello de su propia sangre, como una opción de amor, consciente y voluntaria, por los hombres y mujeres del mundo entero. El precio que debemos pagar a Jesús por tanta generosidad, no es con oro ni plata, sino, dando vida a los hermanos que siguen muriendo, víctimas de la injusticia y la deshumanización. Eso será realmente «devolver con la misma moneda».



LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,13-35


"LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS"



En el camino a Emaús. (Mc 16.12-13)
Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. Jesús les preguntó:
--¿De qué van hablando ustedes por el camino?

Se detuvieron tristes, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó:

--¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?
Él les preguntó:
--¿Qué ha pasado?
Le dijeron:
--Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso. Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.

Entonces Jesús les dijo:

--¡Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?

Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.

Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo:

--Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche.

Jesús entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. Y se dijeron el uno al otro:

--¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?

Sin esperar más, se pusieron en camino y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a sus compañeros, que les dijeron:

--De veras ha resucitado el Señor, y se le ha aparecido a Simón.

Entonces ellos dos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.

REFLEXIÓN
Emaús es un tremendo símbolo, después de la escena que nos cuenta el evangelio de hoy. Es el símbolo del fracaso, de la dispersión, de la desilusión. Estos dos discípulos que se van de Jerusalén son una imagen de todos aquellos que se habían ilusionado con Cristo y que ahora, perplejos por la Cruz, no ven otro camino que la huida, la retirada, el largo duelo por haberse atrevido a soñar con un mundo mejor.
En el evangelio, dos discípulos, que no eran del grupo de los once (v.33) se dirigen a Emaús. Probablemente se trata de un hombre y una mujer, casados, (también había mujeres discípulas), que regresaban a su pueblo natal frustrados por los últimos acontecimientos de la capital. Mientras conversaban, Jesús se acerca y comienza a caminar con ellos, al fin y al cabo es el Emmanuel. Pero ellos no pueden reconocerlo, sus ojos están cerrados. ¿Por qué? Porque en el fondo todavía tenían la idea de un mesías profeta-nacionalista, que conquistaría el mundo entero para ser dominado por las autoridades de Israel, un mesías necesariamente triunfador... Por eso, estaban viendo en la cruz y en la muerte del maestro, el fracaso de un proyecto en el cual habían puesto sus esperanzas.

Serán las Escrituras las primeras gotas que Jesús echa en los ojos del corazón de estos discípulos, para que puedan ver y entender que no es con el triunfalismo mesiánico, sino con el sufrimiento del siervo de Yahvé, como se conquista el Reino de Dios; un sufrimiento que no es masoquismo, sino un cargar conscientemente con las consecuencias de la opción de amar a la humanidad, actitud difícil de entender en una sociedad dominada por un poder de dominio que mata a quien se interpone en su camino. Por la vida, hasta dar la misma vida, es el testimonio de Jesús ante sus dos compañeros.

El relato de los discípulos de Emaús es una pieza bellísima, evidentemente teológica, literaria. No es, en absoluto, una narración ingenua directa de un hecho tal como sucedió. Es una composición elaborada, simbólica, que quiere dar un mensaje. Y como todo símbolo, que no lleva adjunto un manual de explicación, permanece «abierto», es decir, es susceptible de múltiples interpretaciones. Y desde cada nuevo contexto social, en cada nueva hora de la historia, los creyentes se confrontarán con ese símbolo y extraerán nuevas lecciones...

PARA REFLEXIONAR


1.¿En nuestra realidad actual estamo dirigiéndonos camino de Emaús? ¿Preferimos huir y escapar ante las situaciones difíciles, ante la injusticia, antes que luchar, dejamos que nos roben nuestros sueños?


2. ¿Somos capaces de renonocer al Señor en el camino, o seguimos viviendo en ceguera espiritual? ¿Buscamos de la Palabra del Señor , y permitimos que ella nos guíe? ¿O buscamos respuesta, orientación en otras corrientes que nos desvian de camino?

ORACIÓN
Señor Jesús, Tú nos conoces bien y sabes nuestras luchas, nuestros temores y nuestros fracasos. Acompáñanos con tu presencia y entra a quedarte con nosotros en nuestra casa. Calienta nuestro corazón con tu amor, abre nuestros ojos con tu luz y acláranos tu Palabra. Queremos caminar contigo y sentir que eres compañero de camino, para conocerte, alabarte y bendecirte. Amén.

Lunes, 09 de mayo de 2011

“SENTIR A DIOS POR DENTRO”


PRIMERA LECTURA
HECHOS APOSTOLES 6,8-15

“NO LOGRABAN HACER FRENTE A LA SABIDURÍA Y AL ESPÍRITU CON QUE HABLABA”


Esteban, lleno del poder y la bendición de Dios, hacía milagros y señales entre el pueblo. Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban; pero no podían hacerle frente, porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo. Pagaron entonces a unos para que afirmaran que lo habían oído decir palabras ofensivas contra Moisés y contra Dios. De este modo alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley; por lo cual atacaron a Esteban, lo apresaron y lo llevaron ante la Junta Suprema. Además buscaron testigos falsos, que dijeron:
--Ese hombre no deja de hablar contra este santo templo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el templo y que va a cambiar las costumbres que nos dejó Moisés.

Las autoridades y todos los que estaban allí sentados, al mirar a Esteban, vieron que su cara era como la de un ángel.

REFLEXIÓN
Lo que dijo Jesús se cumplió: "me han odiado a mí; los odiarán a ustedes" (Jn 15,18). Y es irónico que los de la sinagoga "de los libertos" estuviesen padeciendo tan grave esclavitud como para llegar a acudir al soborno con tal de cerrar la boca de Esteban, a quien no podían vencer con argumentos.

¿Por qué ese odio?, nos atrevemos a preguntar. Odio a Jesús; odio a los discípulos de Jesús. ¿Por qué? ¿Qué clase de amenaza es el amor, como para que reciba tan dura oposición y padezca persecución tan cruel? Esto es bueno preguntárselo por anticipado, hermanos, porque cuando llegue la hora de la prueba tal vez no tengamos tiempo ni siquiera de pensar.

Cristo da una explicación, en el texto que citábamos del evangelio de Juan: "Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no son del mundo, antes yo los elegí del mundo, por eso el mundo los aborrece" (Jn 15,19). ¿Qué pertenece entonces al mundo? Este mismo evangelista nos responde en su Primera Carta: "todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (1 Jn 2,16).

La "lógica del mundo" supone el libre comercio de los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Y un hombre como Esteban, amador de la gloria divina, no entra en ese comercio, se sale de ese esquema y se convierte en una denuncia viva de todo ese sistema de esclavitudes conectadas. Por eso fue odiado y perseguido, pero su rostro "parecía el de un ángel" (Hch 6,15).

SALMO RESPONSORIAL: 118
R./ Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,22-29


“TRABAJEN POR EL ALIMENTO QUE PERDURA PARA LA VIDA ETERNA”


Al día siguiente, la gente que estaba al otro lado del lago se dio cuenta de que los discípulos se habían ido en la única barca que allí había, y que Jesús no iba con ellos. Mientras tanto, otras barcas llegaron de la ciudad de Tiberias a un lugar cerca de donde habían comido el pan después que el Señor dio gracias. Así que, al ver que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, la gente subió también a las barcas y se dirigió a Cafarnaúm, a buscarlo.
Jesús, el pan de la vida
Al llegar ellos al otro lado del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:
--Maestro, ¿cuándo viniste acá?
Jesús les dijo:
--Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas. No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
Le preguntaron:
--¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos?
Jesús les contestó:
--La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado.

REFLEXIÓN

Ni los discípulos ni la gente entendieron muy bien el signo de la multiplicación del pan, lo cual quedó reflejado en la escena del lago; y, como nadie entendió, la reacción inmediata fue proclamar a Jesús como el profeta escatológico, “el que había de venir a este mundo”, o, en el peor de los casos, proclamarlo como rey.
Ése no es el plan de Jesús, y Juan lo advierte muy bien a la comunidad que él anima. El seguimiento de Jesús no es para buscar en él la respuesta a las necesidades materiales. Se busca a Jesús para ver -ver y entender- sus signos y para dejar que sus palabras penetren el corazón y lo dispongan para comenzar a generar un modelo de hombre y de mujer renovados, conscientes de la necesidad de transformar la realidad en que se vive. No es que Jesús esté en desacuerdo sobre la necesidad de luchar por lo material, sino que eso que llamamos material no puede reducir al ser humano exclusivamente a la lucha por la subsistencia material; como persona, tiene que aspirar a su realización aquí y ahora.
El evangelio de hoy nos invita a reflexionar en nuestra manera de seguir a Jesús. Las palabras del Señor son duras al desenmascarar las intenciones de muchos de sus discípulos:"Les aseguro que no me buscan por los signos que vieron, sino porque comieron pan hasta saciarse" (Jn 6,26). Es cosa saludable entonces que cada uno de nosotros se pregunte qué beneficios espera recibir de seguir a Jesús.
"Esto es lo que Dios espera de ustedes: que crean en aquél que él envió" nos dice el Señor. El que espera beneficios terminará queriendo "comprar" a Dios. Y Dios no está de venta. Está de regalo, y la acogida a su regalo es lo que nos viene a través del don de de la fe.

ORACIÓN
Bendito Dios, por tu infinito amor me has regalado tu Palabra, para conocer tu voluntad, dame la sabiduría necesaria para que pueda acogerla y entenderla y así poder cumplir los designios de salvación para nosotros. Amén.

Martes, 10 de mayo de 2011

“¿TIENE SENTIDO SER MÁRTIR EN LA ACTUALIDAD?”


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 7,51-8,1ª


“SEÑOR JESÚS RECIBE MI ESPÍRITU”


"Pero ustedes --siguió diciendo Esteban-- siempre han sido tercos, y tienen oídos y corazón paganos. Siempre están en contra del Espíritu Santo. Son iguales que sus antepasados. ¿A cuál de los profetas no maltrataron los antepasados de ustedes? Ellos mataron a quienes habían hablado de la venida de aquel que es justo, y ahora que este justo ya ha venido, ustedes lo traicionaron y lo mataron. Ustedes, que recibieron la ley por medio de ángeles, no la obedecen."
Muerte de Esteban
Cuando oyeron estas cosas, se enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. Entonces dijo:
--¡Miren! Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre a la derecha de Dios.
Pero ellos se taparon los oídos, y dando fuertes gritos se lanzaron todos contra él. Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon; los que hacían de testigos contra él dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oró, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego se puso de rodillas y gritó con voz fuerte: "¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!"
Habiendo dicho esto, murió. Y Saulo estaba allí, dando su aprobación a la muerte de Esteban.

REFLEXIÓN
Esteban, el primero de la inmensa legión de los mártires cristianos, mostró en su sabiduría y en su virtud de quién era discípulo; pero sobre todo lo manifestó con su modo de dar la vida. Así como Jesús, también este seguidor de Jesús ruega por sus propios verdugos; y lo mismo que su Maestro, Esteban entrega su espíritu al Creador.

La semejanza no termina ahí. En los evangelios vimos cómo en Jesucristo se hallaban a la vez una increíble fortaleza y una entrañable misericordia. La compasión no lo hace débil frente al error; la claridad de su denuncia no lo hace feroz ni vengativo con sus mismos adversarios. Así es también Esteban: claro y a la vez intercesor de quienes le traicionan y calumnian. El motivo es simple: a imagen de Cristo, está tan lleno de verdad como de amor.
En el momento de la máxima humillación, Esteban contempla la máxima glorificación. En este hecho hay una enseñanza para nosotros. Esteban no es un maniático ni un fanático; es alguien que ha entendido que el Crucificado es el mismo Resucitado, y que por consiguiente: abrazar la Cruz de Cristo es ser abrazado por la gloria de Cristo.

La visión de Esteban, por otra parte, no se limita al Señor. Él ve "los cielos abiertos". La imagen de los cielos "cerrados" aparece más de una vez en el Antiguo Testamento. El Deuteronomio amenaza en este sentido por desobediencia a Dios: "Cuidaos, no sea que se engañe vuestro corazón y os desviéis y sirváis a otros dioses, y los adoréis. No sea que la ira del Señor se encienda contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la buena tierra que el Señor os da" (Dt 11,16-17).

Y de hecho, Elías, el gran profeta, obtuvo fama principalmente por haber cerrado los cielos, en castigo a la apostasía generalizada de Israel, pues así leemos: "Entonces Elías tesbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Ajab: Vive el Señor, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca" (1 Re 17,1).

Ahora con Cristo Glorioso los cielos se han abierto. Los bienes de lo alto están prestos a descender, especialmente el bien por excelencia, el don por antonomasia, que es el Espíritu Santo.

SALMO RESPONSORIAL: 30
R./ A tus manos Señor, encomiendo mi espíritu.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6, 30-35

Le preguntaron entonces:

--¿Qué señal puedes darnos, para que al verla te creamos? ¿Cuáles son tus obras? 31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: 'Les dio a comer pan del cielo.'

Jesús les contestó:

--Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.

Ellos le pidieron:

--Señor, danos siempre ese pan.

Y Jesús les dijo:

--Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed.

REFLEXIÓN
La gente que iba detrás de Jesús quería ver cosas extraordinarias para poder creer. Según estas personas, nadie había logrado obrar algo tan maravilloso como lo logró Moisés en el desierto, cuando alimentó al pueblo con maná. Sin embargo, y a pesar de ser algo tan extraordinario según su mentalidad, sus antepasados murieron; es decir que ¿acaso lo verdaderamente maravilloso y extraordinario no sería que el maná los hubiera vuelto inmortales?

Pues Jesús corrige el error de sus opositores; no fue Moisés, fue el Padre quien les dio el pan del cielo; sin embargo, no era ése el pan definitivo; por eso “murieron”, el que sí da la vida en verdad es el mismo Jesús. El auditorio no entendió muy bien qué era lo que quería decirles Jesús, pues ellos siguieron con la idea de un milagro que los hiciera inmortales. Por eso, muy a la ligera, le piden: “Señor, danos siempre de ese pan”. Y ése es el momento propicio para Jesús, para revelarse como el pan verdadero: “Yo soy el pan de vida”; pan que no hay que consumirlo como el alimento mágico en el que piensan los oyentes de Jesús, sino un pan que hay que asimilarlo viviéndolo e imitándolo.

ORACIÓN
Padre Santo, te pido que bendigas y guardes a tu iglesia peregrina en el mundo de toda soberbia, egoísmo. Y falta de humildad, ayúdanos a crecer en tu amor, a reconciliarnos contigo y con nuestros hermanos, para así poder ser verdaderamente sacramentos e instrumentos de salvación y de tu amor. Amén.

Miércoles, 11 de mayo de 2011

“CRISTO SACIA EL HAMBRE ESPIRITUAL”



PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 8,1-8



Aquel mismo día comenzó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Todos, menos los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y de Samaria. Algunos hombres piadosos enterraron a Esteban y lloraron mucho por él. Mientras tanto, Saulo perseguía a la iglesia, y entraba de casa en casa para sacar a rastras a hombres y mujeres y mandarlos a la cárcel.
Anuncio del evangelio en Samaria
Pero los que tuvieron que salir de Jerusalén anunciaban la buena noticia por dondequiera que iban. Felipe, uno de ellos, se dirigió a la principal ciudad de Samaria y comenzó a hablarles de Cristo. La gente se reunía, y todos escuchaban con atención lo que decía Felipe, pues veían las señales milagrosas hechas por él. Muchas personas que tenían espíritus impuros eran sanadas, y los espíritus salían de ellas gritando; y también muchos paralíticos y tullidos eran sanados. Por esta causa hubo gran alegría en aquel pueblo.

REFLEXIÓN
La Iglesia es perseguida; la Iglesia es misionera. Dos realidades que son inseparables en el texto de la primera lectura de hoy y en la historia de los cristianos a lo largo de los siglos.
A veces quisiéramos ser misioneros por afición o por gusto. La verdad es que si nosotros no perseguimos al mundo para contarle que hay esperanza en el amor manifiesto de Dios, el mundo nos perseguirá para hundirnos en el lago de la desesperanza, la desesperación y el odio.
Así pues, el texto nos está contando que los perseguidos se volvieron "perseguidores". En lugar de sentarse a lamentar por qué los trataban mal empezaron a llenar de su mensaje al resto del mundo. No preguntaron por qué hablaban mal de ellos; se dedicaron a hablar bien del mensaje del Evangelio de Jesús.

SALMO RESPONSORIAL: 65
R./ Aclamad al Señor, tierra entera.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,35-40

Y Jesús les dijo:

--Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. Pero como ya les dije, ustedes no creen aunque me han visto. Todos los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera. Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último. Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran al Hijo de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el día último.

REFLEXIÓN
Sabemos que Cristo ha sido enviado por el Padre; es bueno que hoy aprendamos que el Padre también nos envía hacia Cristo.

En efecto, el encuentro con nuestra salvación es el encuentro con nuestro Salvador. Y para que se pueda dar ese puente es preciso construirlo desde los dos extremos. Eso es lo que hace nuestro Padre Dios: acerca Cristo a nosotros y nos acerca a él. El Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre y revestidos con su gracia, nosotros, los hijos de los hombres, llegamos a ser hijos de Dios.

¿Cómo nos lleva el Padre hacia Cristo? Juan nos lo enseña en su Evangelio: "el que ve al Hijo y cree en él, tiene la vida". Cristo es la gran "señal"; la moción interior del Padre es una especie de capacidad para leer ese signo que es Cristo; es también una gracia que nos deja enamorarnos de Jesús hecho hombre.


Con el texto del evangelio queda absolutamente clara la intencionalidad salvadora de Dios: " Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no se pierda nada de lo que me dió, sino que lo resucite en el último día". Esta es nuestra esperanza, si vivimos fieles a Él seremos resucitados con Dios para una vida plena en Él, este el el centro de nuestra fe; confiar en el amor de Dios que que nos salva, esperar en el amor de Dios que nos libera. Y nuestro llamado es, permanecer fieles y unidos a Él, Él no deber ser una moda para nosotros, el Señor es eterno, nos acompaña siempre, todo lo puede, nunca nos falla, es nuestro alimento, hoy nos dice: " Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará nunca sed". No podemos negar que la propuesta del seguimiento cristiano puede sonar extraña para nosotos, para el hombre de hoy; seguir a Cristo, aún poniendo en riesgo nuestra propia vida y negándonos a nosotros mismos sigue siendo un gran reto para nuestro llamado.

PARA REFLEXIONAR

1. ¿Queremos permanecer unidos a Jesús? ¿Estamos dispuestos a seguir sus pasos hasta el final? ¿Aceptamos el reto del llamado?

ORACIÓN
Señor te pedimos sacies todo nuestro ser, alimenta y llena toda nuestra vida, no permitas que nada, ni nadie nos separe de tí. Envía tu Santo Espíritu, tu Espíritu de amor, de fortaleza, de Sabiduría, y llena nuestros corazones con tu verdad para que sigamos contigo en el camino y seamos testigos fieles del evangelio y de tu obrar en nosotros. Amén.

Jueves 12 de mayo de 2011

“EL PAN DE VIDA ETERNA”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 8,26-40


“Y SIGUIÓ SU CAMINO LLENO DE ALEGRÍA”


Después de esto, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y vete al sur, por el camino de Jerusalén a Gaza." Este camino pasa por el desierto. Felipe se levantó y se fue; y en el camino se encontró con un hombre de Etiopía. Era un alto funcionario, tesorero de la reina de Etiopía, el cual había ido a Jerusalén a adorar a Dios. Iba de regreso a su país, sentado en su carro y leyendo el libro del profeta Isaías.
El Espíritu le dijo a Felipe: "Ve y acércate a ese carro." Cuando Felipe se acercó, oyó que el etiope leía el libro de Isaías; entonces le preguntó:
--¿Entiende usted lo que está leyendo?
El etiope le contestó:
--¿Cómo lo voy a entender, si no hay quien me lo explique?
Y le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. La parte de la Escritura que estaba leyendo era esta:
"Fue llevado como una oveja al matadero;
como un cordero que se queda callado
delante de los que lo trasquilan,
así tampoco abrió él la boca.
Fue humillado, y no se le hizo justicia;
¿quién podrá hablar de su descendencia?
Porque su vida fue arrancada de la tierra."
El funcionario etiope le preguntó a Felipe:
--Dime, por favor, ¿de quién dice esto el profeta: de sí mismo o de algún otro?
Entonces Felipe, tomando como punto de partida el lugar de la Escritura que el etiope leía, le anunció la buena noticia acerca de Jesús. Más tarde, al pasar por un sitio donde había agua, el funcionario dijo:
--Aquí hay agua; ¿hay algún inconveniente para que yo sea bautizado?
Entonces mandó parar el carro; y los dos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, y el funcionario no lo volvió a ver; pero siguió su camino lleno de alegría. Felipe se encontró en Azoto, y pasó de pueblo en pueblo anunciando la buena noticia, hasta llegar a Cesarea.

REFLEXIÓN:
Este texto es escrito con una sencillez impresionante, sin que ello signifique falta de profundidad en el mensaje; en él se nos cuenta cómo Felipe, el diácono, en un corto período de tiempo pudo evangelizar a un desconocido.
Un Ángel de Dios y luego el Espíritu Santo van guiando al diácono Felipe. La misión de los evangelizadores, incluso cuando los vemos solos y casi abandonados nunca es una tarea en soledad. Aunque la tierra tenga desiertos y montes, que no dejan ver la obra de los que predican el Reino, todo está patente a la mirada de los cielos.
Es el Espíritu Santo quien le dice: "Acércate y ponte junto a esa carroza". La salvación de cada hombre es así también un acto de elección, un acto de predilección y ternura con que el Espíritu de Dios mueve a los evangelizadores para que hablen y mueve a los evangelizados para que escuchen y acojan lo que se les habla.
El bautismo del etíope sucede también de manera inesperada, casi informal. Acontece como un regalo más que rompe el camino de su carroza y de su vida. Estemos también nosotros dispuestos a que nuestros planes sean cambiados. El Dios que nos salvó tan admirablemente, sobrepasando toda expectativa y todo límite de la Ley Antigua, tiende a abrir caminos que no conocemos ni podemos entender a primera vista.


SALMO RESPONSORIAL: 65
R: Aclamad al Señor, tierra entera.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,44-51

“YO SOY EL PAN VIVO QUE HA BAJADO DEL CIELO”


Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el día último. En los libros de los profetas se dice: 'Dios instruirá a todos.' Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
"No es que alguno haya visto al Padre; el único que lo ha visto es el que procede de Dios. Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo."


REFLEXIÓN
Los antepasados del pueblo de Jesús no entendieron cabalmente el signo del maná, allá en el desierto, en sus inicios como pueblo libre. El plan de Dios, cuando los rescató del poderío egipcio, fue construir con aquella masa de esclavos un modelo alternativo de vida nueva basado en la fraternidad, la solidaridad y la igualdad. Dios insiste en que aquel alimento que “caía del cielo” debía ser compartido de manera equitativa; que nadie debía tomar más de lo necesario, ni guardarlo para el día siguiente, porque día tras día había para todos. Se trata del querer de Dios expuesto al pueblo como una alternativa que podría garantizarle vida para siempre.
Como ya dijimos, aquellos antepasados no supieron mantenerse fieles a ese querer divino; dieron rienda suelta a la ambición y a la codicia, y terminaron víctimas de su propia infidelidad y desobediencia. Jesús, que conoce profundamente la voluntad del Padre, se presenta y se ofrece como ese pan que perdura; es decir, muestra una forma alterna de vida que puede llevar a sus seguidores a su realización, a no sentir más el hambre y la sed.
Luego de veintiún siglos de historia, este mensaje de vida que Jesús nos revela sigue siendo vigente y sigue actuando en nosotros, el quiere que tengamos una vida plena, sin más hambre ni más sed, Él quiere hacernos sus discípulos. Sólo escuchando su palabra, acogiendo su mensaje y poniéndolo en práctica, yendo a su encuentro, reconociéndole y aceptándole como Salvador, sólo de esa manera gozaremos de una vida nueva, una vida plena, una vida con sentido, una vida que se nos da en gratuidad, una vida por el infinito amor que nos tiene.

PARA REFLEXIONAR:
¿Estamos en sintonía con el Señor de tal manera que percibimos el susurro de su voz? ¿Nos dejamos guiar por su Espíritu Santo como lo hizo Felipe?
¿Estamos prestos a ser evangelizadores en nuestra realidad.


ORACIÓN
Señor Jesús, pan vivo bajado del cielo, se Tú nuestro alimento, nuestra fortaleza, que entendamos el verdadero sentido del “mana”, del “pan”, que entendamos que contigo nunca saldremos defraudados, que entendamos que tu eres nuestro todo, que entedamos que contigo tendremos vida y vida eterna. Amén

Viernes, 13 de mayo de 2011

“SÍMBOLOS DE LA CONVERSIÓN DE PABLO


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 9,1-20

“ES UN INSTRUMENTO ELEGIDO POR MÍ, PARA DAR A CONOCER MI NOMBRE A LOS PUEBLOS”


Mientras tanto, Saulo no dejaba de amenazar de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo sacerdote, y le pidió cartas de autorización para ir a las sinagogas de Damasco, a buscar a los que seguían el Nuevo Camino, tanto hombres como mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. Pero cuando ya se encontraba cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brilló de repente a su alrededor. Saulo cayó al suelo, y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
Saulo preguntó: "¿Quién eres, Señor?" La voz le contestó: "Yo soy Jesús, el mismo a quien estás persiguiendo. Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer."

Los que viajaban con Saulo estaban muy asustados, porque habían oído la voz pero no habían visto a nadie. Luego, Saulo se levantó del suelo; pero cuando abrió los ojos, no podía ver. Así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber nada.

En Damasco vivía un creyente que se llamaba Ananías, a quien el Señor se le presentó en una visión y le dijo: "¡Ananías!" Él contestó: "Aquí estoy, Señor."

El Señor le dijo: "Levántate y vete a la calle llamada Derecha, y en la casa de Judas pregunta por un hombre de Tarso que se llama Saulo. Está orando, y en una visión ha visto a uno llamado Ananías que entra y pone sus manos sobre él para que pueda ver de nuevo."

Al oír esto, Ananías dijo: "Señor, muchos me han hablado de ese hombre y de todos los males que ha causado en Jerusalén a tu pueblo santo. Y ahora ha venido aquí, con autorización de los jefes de los sacerdotes, a llevarse presos a todos los que invocan tu nombre."

Pero el Señor le dijo: "Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas. Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa."

Ananías fue a la casa donde estaba Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo:

--Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.

Al momento cayeron de los ojos de Saulo una especie de escamas, y recobró la vista. Entonces se levantó y fue bautizado. Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días con los creyentes que vivían en Damasco.

Luego Saulo comenzó a proclamar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

REFLEXIÓN
Saulo, a quien el Nuevo Testamento terminará llamado Pablo de Tarso, se convierte para nosotros en el modelo o paradigma de lo que es una verdadera conversión cristiana. Este proceso se da de la siguiente forma:

1. Pablo escucha la voz de Jesús
2. Pablo reconoce en este Jesús al Señor
3. Pablo asume que ante Jesús la vida tiene un nuevo sentido
4. Pablo reconoce su ignorancia de Dios representada en la ceguera; antes no veía nada porque estaba en la oscuridad, ahora no ve nada porque tanta luz lo enceguece, sus ojos se tienen que acostumbrar al resplandor de la verdad que se le revela en Cristo.
5. Pablo inicia un re-aprendizaje.
6. El re-aprendizaje lo hace en el seno de la Iglesia, porque la fe es un asunto personal (nadie puede tener fe por otro) con repercusiones sociales (la confianza en Dios se refleja en la construcción de una comunidad de confianza).
Lo que en el fondo transforma a Pablo va a ser la nueva experiencia de Dios. De un Dios juez castigador, implacable y justiciero, va a pasar a una nueva imagen de Dios: Padre, misericordioso y clemente que ha tenido compasión de él a pesar de las torpezas cometidas desde su ignorancia.

SALMO RESPONSORIAL: 116
R./ Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,52-59


“MI CARNE ES VERDADERA COMIDA, Y MI SANGRE ES VERDADERA BEBIDA”


Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
--¿Cómo puede este darnos a comer su propia carne?
Jesús les dijo:
--Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
Jesús enseñó estas cosas en la sinagoga en Cafarnaúm.

REFLEXIÓN
El diálogo de Jesús con los judíos acerca del pan de vida va subiendo cada vez más de tono; cuando él les habla del pan de vida eterna ellos le piden: “Señor, danos siempre de ese pan”; en cambio, Jesús les va aclarando de qué se trata, y poco a poco se va viendo que sus oyentes se van cerrando cada vez más a lo que Jesús les ofrece.

El evangelista plantea a su comunidad la necesidad de escuchar a Jesús con mente y corazón dispuestos a aceptar su mensaje y a dejarse transformar por él. Comer y beber el cuerpo y la sangre de Jesús es aceptar su humanidad, pero al mismo tiempo es aceptar que en esa humanidad completa, se está manifestando la misma presencia de Dios; es decir, que Jesús encarna en su dimensión humana la voluntad y el querer de Dios. No es posible aceptar en Jesús sólo una dimensión, puesto que él no es divisible; hay que aceptarlo en su integridad, “comerlo” completamente, para poder también ser capaces de transparentar en el mundo el plan salvífico de Dios a la manera de Jesús.

En este texto la misericordia vuelve a ser el eje articulador; Jesús se ofrece en alimento para todos, para fortalecernos desde adentro, porque nos ama; eso es gratuidad, eso significa gracia.

ORACIÓN
Señor Jesús, hoy quiero darte gracias por tu bendito amor, entregaste tu vida, a cambio de la mía y la de toda la humanidad, abre mi mente y quita la ceguera de mis ojos para poderte ver y aprender a valorar la vida que Tú me has dado. Amén