domingo, 1 de diciembre de 2013

Viernes 20 de Diciembre de 2013


“SOSTENIDOS(AS) POR LA PALABRA GENERADORA DE VIDA”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 7,10-14

Mirad: la virgen está encinta
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros". Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Tiene su gracia la pregunta de Isaías al asustado e incrédulo rey Ajaz, o Acaz: "¿les parece poco cansar a los hombres, que quieren cansar también a Dios?". ¿Por qué le habla de cansar a los hombres? ¿Qué es eso de cansar a Dios?
El sentido de ese "cansar" es algo como "fastidiar, molestar, ser gravoso". No indica la magnitud de un esfuerzo prolongado, concepto que asociamos con el verbo cansar como tal, sino la idea de algo que enfada o disgusta. Acaz "cansa" a los hombres porque su reinado carece del vigor, hoy diríamos del "liderazgo" que le da confianza y alegría a un pueblo. Acaz "cansa" a Dios en cuanto su falta de confianza en el liderazgo de Dios. Dicho de otro modo: Acaz ni guía ni se deja guiar; ni lidera ni deja a Dios tomar control de su vida.
Hay acuerdo entre los exégetas en el sentido de que el anuncio que hace Isaías a Acaz no es en primer lugar una promesa mesiánica. El término utilizado, cuando dice que "la virgen" está encinta y dará a luz un hijo un alude a una concepción o un nacimiento milagroso, pues "virgen" en el hebreo equivale a una joven o doncella, mujer en edad de matrimonio aunque sin hijos, probablemente la esposa o una de las esposas del mismo Acaz.
De acuerdo con esto, el sentido primero de las palabras del profeta sería: "aun en medio de esta crisis política y de esta incertidumbre agobiante, Dios mantiene su promesa a la descendencia de David: así como tú eres rey, ya Dios anuncia heredero, porque habrá un futuro; tenemos a Dios con nosotros".
Este sentido original, si quedar anulado, queda enriquecido al paso del tiempo. Dios no sólo sosiega y da un camino a Acaz. Dios sosiega y abre un camino a la humanidad, que en aquella Virgen por excelencia, recibe al verdadero Emmanuel. Es el misterio gozoso de la Navidad.
SALMO RESPONSORIAL: 23
R./Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Después de enunciar las condiciones morales para que el culto a Dios tenga sentido, se dramatiza la entrada de Dios, Rey de la gloria, en el templo.
En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de Cristo al santuario celestial, a su glorificación definitiva. De Él también se puede decir que es el Rey de la gloria. La conducta de los que buscan al Señor  debe corresponder a su profesión de fe.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1,26-38

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin."
Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Para entender este evangelio la liturgia nos propone a Isaías, que anuncia el nacimiento
de un hijo al rey Acab, en el seno de una joven doncella, quien, sin ser la reina o alguna de las princesas, se convierte en la madre del Emanuel, del “Dios- con- nosotros”. – El
anuncio del nacimiento de Jesús tendrá sus propias particularidades y nos mostrará los
criterios con los que actúa Dios. Será hijo de una joven judía de Nazaret, que por la intervención de Dios en su vida cambia de planes y esperará un hijo por obra del Altísimo. En María debemos reconocer cuatro tipos de marginación: es mujer, es pobre, es joven y es de Galilea. Pero ella es la elegida de Dios para sus planes y su condición marginal no la deja sin palabras ante la Palabra. Al recibir el anuncio que le revela el actuar de Dios, se sorprende, después pregunta y entra en diálogo, para, finalmente aceptar. María, con su sí trae el Mesías a nuestra Historia. En ese lugar de marginación y pobreza es donde el proyecto de Dios fructifica por medio del sí de María. Ahí muestra Dios su complacencia.
– En este Adviento, digamos en el silencio de nuestro corazón y en la práctica de nuestra vida: que se cumpla en mí tú según tu palabra, Señor.

ORACIÓN

Señor de la vida, aquí estamos de nuevo, buscando de corazón tu presencia, gracias por darnos tu vida, tu compañía y especialmente ese bello signo y modelo discipular  que es María como mujer, madre, discípula y maestra, gracias por escuchar nuestras oraciones, todas aquellas intercesiones que podemos levantar a ti. Gracias Señor Jesús porque al nacer de María demostraste que es posible llevar una vida santa, en comunión y servicio contigo en la oración y la palabra. Amén. 

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