domingo, 1 de diciembre de 2013

“EN ADVIENTO NOS PREPARAMOS PARA IR  DE LA CASA DE BETANIA
A  LA  CASA  DE BELEN”.

En meses anteriores en Día a Día con la palabra, disfrutamos de la casa, la mesa y la Comunidad de Betania; en donde reflexionamos sobre el amor, la fraternidad, la amistad sincera, el escuchar al otro y el ser escuchados; lugar a donde quisiéramos llegar cada vez que estamos fatigados del camino y encontrar allí una mano generosa, que mitigue nuestro cansancio, y decir como  Pedro:  “ Señor, ¡ qué bien se está aquí ¡ .  Pero es necesario prepararnos para continuar nuestro peregrinar, seguir hacia la “CASA DE BELEN”, que se divisa ya muy cerca, pero antes de llegar allí, ( NAVIDAD), es preciso prepararnos durante un período litúrgico, marcado por cuatro semanas, en las que centramos nuestra mirada en  la espera y venida del Mesías: EL  ADVIENTO.
Por lo tanto nuestra espera debe ser gozosa en el Señor.  En la Biblia, nuestra esperanza mencionada no es equivalente a nuestro anhelo.  La esperanza en términos bíblicos, es la certeza de lo que Dios ha prometido e indudablemente sucederá. Por eso como discípulos(as), debemos confiar plenamente en  su promesa, la llegada  de nuestro Salvador y esperarlo con alegría, dispuestos a abrirle nuestros corazones, e invitarlo a que haga morada en nuestras vidas. Es así, que no hay otra alternativa diferente a la de “estar despiertos (as) y vigilantes”, ¡Velad!.  No dice que velen otros, éste ¡Velad!, va dirigido  sin duda  a cada uno y a cada una de nosotros. A veces nos duermen, la rutina, el desánimo, el dar por hecho que ya no es edad para cambiar, para ir al encuentro de  nuestro  hermano, nuestro llamado aquí y ahora es ¡despertar y velad!.
¡Ha llegado el momento de despertarnos, de ponernos en búsqueda del que puede cambiar el rumbo de nuestra historia y nos invita a que vivamos felices y hagamos felices a otros!.  ¡Qué alegría¡ después de un alto en el camino, de días de preparación, es tiempo de enderezar nuestro rumbo y de hacer vida su Palabra, de fijar nuestra mirada, más allá de nuestros afectos e intereses; hemos llegado a la “ CASA DE BELEN”, la que Dios escogió para humanizarse en medio de la historia y de la vida de los pequeños y sencillos .
LA CASA DE BELEN, está de fiesta, ha llegado “NAVIDAD”. Queremos decirles: que todos somos de ésta casa, de la casa de Dios, no somos extraños, ni forasteros; en ésta familia a la que pertenecemos, somos bien recibidos, es grande y estamos llamados (as) para que participemos de ella. Y desde ésta Casa te invitamos para que “prendas las luces”, ´las luces de la esperanza, de la solidaridad, del amor, de la paz….  para aquellos que debido a sus problemas, quebrantos de salud y tal vez ausencia de Dios en sus vidas las han perdido; es por eso que en Navidad se ha prendido una nueva luz: “ LA LUZ DE JESÚS”, DÉJALA BRILLAR,  LA VERDADERA LUZ QUE ILUMINA NUESTRA VIDA”.
NAVIDAD: hermosa ocasión para prender las luces del AMOR, amor a Dios, a mi mismo (a) y amor a  los demás.
NAVIDAD: Hermosa ocasión para prender las luces de LA FRATERNIDAD Y SOLIDARIDAD al estilo de Jesús, que pasó su vida haciendo el bien.
NAVIDAD: Hermosa ocasión para prender las luces del PERDÓN, perdonando hasta setenta veces siete. Es decir, siempre.
NAVIDAD: hermosa ocasión para prender las luces de LA MISERICORDIA, escuchando el grito del oprimido, del que sufre, del que se encuentra solo y abandonado, del que no tiene trabajo, del que está privado de su libertad, del triste, del que no tiene techo, del enfermo.
NAVIDAD: Hermosa ocasión para prender las luces DEL ENTUSIASMO Y LA MOTIVACIÓN, para dejar de lado la rutina, fijarnos nuevos sueños, proyectos y nuevas metas.
NAVIDAD: Hermosa ocasión, para prender las luces de  LA ESCUCHA Y LA PACIENCIA, escuchar a Dios, a nosotros mismos  y al otro. Ser pacientes consigo mismos  y con los demás.
Que la  Casa de Belén se quede para siempre en nuestra vida, en nuestra casa; que sea el motor que nos impulse en la realización de nuestros sueños y proyectos, sin perder de vista el horizonte que es  Jesús y su Proyecto de Salvación.
Jesús que acontece en nuestro corazón en ésta  Navidad, nos llene de su amor, alegría y mucha paz, para continuar compartiendo en familia y con el hermano las maravillas del Dios humanado, del Dios con nosotros.

Dios los BendigaORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Gracias Señor, por este último mes del año, por la posibilidad de encontrarme cada día en tú presencia, levantando mis manos al “Rey de Reyes”, “Señor de Señores”, en alabanza y gratitud por el don de la vida, que  me permite contemplar y disfrutar de todas las maravillas de tu creación. Por el año que finaliza y en el cual te manifiestas con gran amor y generosidad, cumpliendo tu promesa en mí y en los míos, en mí comunidad y en quienes siguen Día a Día con la Palabra. “Tú tinaja no se verá vacía, a ti y a los tuyos no les faltará harina ni aceite”. Si, mi buen Dios, no nos ha faltado nada, ni nos faltará, porque Tú eres grande y misericordioso con cada uno (a) de nosotros (as) y estamos alegres. Por eso cada día que me regalas y especialmente en este tiempo en el que celebramos tu cumpleaños “Navidad” te pido la presencia de tu Espíritu para permanecer despierta (o) y vigilante para escuchar el mensaje que me regalas a través de tu Palabra y que lo pueda hacer vida con gestos y hechos concretos. Amén.
Te ofrezco mi corazón, para que vivas y reines en el. “bienvenido mi señor”, toma el control de todo lo que soy, lo que tengo y lo que viva y que al emprender cada jornada, seas Tú la luz que ilumine mi camino, la fortaleza, la alegría y el amor que todo lo puede.
Señor te doy gracias, por la vida de mi hermano y amigo Roberto Zamudio, quien ha sido guía en mi camino y que gracias a él he aprendido a conocer y vivir más de tu Palabra. Te pido amado señor, que extiendas tu mano poderosa sobre él y lo bendigas y que a través de él sean bendecidas: su familia, comunidades y todas las personas que Tú dispongas a lo largo de  su misión.
Te amo mi señor y te doy gracias en nombre de mis hijos, mi familia, mi comunidad y de quienes siguen Día a Día la palabra y que la “Casa de Belén”, tú “Casa Señor Jesús”, nos muestre el camino de la solidaridad para vivir, hoy y siempre como Tú lo quieres.
                                                                                                             Gracias Señor





ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Señor Amado, al finalizar el día y al acercarse la noche, te contemplo con ternura y gozo mi Salvador, siento que me abrazas y que a través de ese abrazo me llenas de alegría y  paz para poder descansar, sabiendo que Tú estás a mi lado cuidando mi sueño y el de todos los que amo. Sé que reparas mis fuerzas para emprender el mañana en bendición y con tu presencia me ayudas a ser luz para los míos, mi comunidad, amigos y a todos los hermanos que día a día encuentro en mi camino. Así mismo Señor, quiero darte gracias por todo lo aprendido y lo vivido a lo largo de este año; por el bien que hice y que dejé de hacer, por los días felices y los momentos difíciles, por mis sueños y proyectos hechos realidad y por aquellos  serán según tu voluntad; por todo lo que compartí con mis seres queridos, hermanos de comunidad, amigos y personas que encontré a lo largo de este año.
Señor  regálame  la serenidad interior, la disponibilidad que como discípulo(a) y misionero (a), necesito para llevar tu mensaje de amor, justicia y paz a donde me envíes. Te amo, mi salvador, confío en Ti y espero en ti, porque sé que en todo estás derramando la unción poderosa de tú Espíritu Santo que renueva, que transforma y que vivifica.  Gracias Señor porque me escuchas. Amén.

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