domingo, 1 de septiembre de 2013

Miércoles 11 de Septiembre de 2013

“LOS VALORES DEL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA”

PRIMERA LECTURA
COLOSENSES 3,1-11

“Habéis muerto con Cristo; en consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros”
Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. Esto es lo que atrae el castigo de Dios sobre los desobedientes. Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa manera; ahora, en cambio, deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo, el apóstol incansable, nos pone en movimiento el día de hoy: hacia arriba y hacia delante. Nos invita, nos apremia a buscar los bienes de cielo y a dejar atrás nuestro pasado. Pablo nos invita e invita a la comunidad de Colosas para que se mantengan en coherencia, si son conscientes que “han resucitado con Cristo”, deben ser consecuentes y buscar “los bienes de allá ariba” y no los de este mundo. De aquí aprendemos en primer lugar que la vida cristiana es movimiento más que posesión; conquista, más que dominio; más la búsqueda del peregrino, que la seguridad del residente.
Queda claro también que la dirección no es la que cada cual pretenda, sino que el Señor Jesús, en virtud de su resurrección, se ha convertido en el punto omega de toda evolución y trasegar humano, y a la vez, en el punto de referencia y criterio de marcha de la humanidad entera.
Por otro lado, no dejemos perder ese otro dinamismo tan característico del pensamiento de Pablo entre lo antiguo y lo nuevo, entre el "hombre viejo" y el "hombre nuevo". El pecado es una flecha que pretende retardar el tiempo, para encarcelarnos en "lo mismo". Vivir el hombre nuevo, es vivir la Pascua, que nos debe llevar a renunciar a todo lo terreno que hay en el corazón (la codicia, la avaricia, la ira, calumnia, etc. Y en cambio revestirnos de la criatura nueva, que cada día se va asemejando más a su creador. “Buscad las cosas de arriba” significa vivir con una mentalidad no terrena y libre, vivir resucitados conscientes de que nuestra nueva condición exige, no tanto nuevos conocimientos sino un modo de vida diferente.

OREMOS CON EL SALMO 144 Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO .
Salmo de alabanza al amor de Dios que se extiende a todas las criaturas.
El reinado del Mesías, reinado de paz y de amor, será eterno.

R. / El Señor es bueno con todos.

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,20-26

“Dichosos los pobres; ¡ay de vosotros, los ricos!”
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: "Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La secuencia que lleva el evangelio de Lucas, nos enfrenta ahora con su versión de las bienaventuranzas, texto muy significativo y que ha nutrido las corrientes teológicas del tercer mundo.
La opción por los pobres y la lucha decidida por la justicia y la libertad de los humildes de todos los tiempos es una máxima del cristianismo, que en América Latina ha hecho camino.
En la metodología usada por el maestro, la enseñanza al interior del grupo de discípulos, teniendo como referencia la situación social, política y cultural, reviste una importancia vital. Mirar la realidad desde la experiencia del Dios que Jesús comunica traerá consecuencias que los discípulos tendrán que asumir. Dar la vida por la causa.
Las cinco bienaventuranzas en contraposición a los cinco ayes, forman un paralelismo de antítesis, que indican la tensión que se presenta entre las dos fuerzas contrapuestas, las realidades que vive el pueblo que busca a Jesús y la propuesta de Dios, su Reino proclamado alegremente por Jesús y sus discípulos.

Al volver sobre estas palabras de Jesús en la Bienaventuranzas, recordemos que ser cristiano no es fácil, que no basta con orar, con decirnos bautizados, sino que creer en Jesús y guiarse por lo que Él enseña implica seguir sus criterios de vida, aunque nos parezcan difíciles. Esa es la verdadera sabiduría, el auténtico camino de la felicidad y de la libertad, que nada ni nadie nos puede dar ni quitar.

ORACIÓN

Señor, gracias por revelarnos que el único camino para alcanzar la liberación es aprender de ti el  cómo ser dichosos practicando los  bienes de tu propuesta. Por favor mantennos con la conciencia bien abierta para permanecer necesitados de tu presencia,  no caer en el orgullo, dejarnos consolar por ti y que lo común y permisible de este mundo no  nos haga vivir fuera de tu Evangelio del amor. Amén.

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