domingo, 1 de septiembre de 2013

Jueves 26 de Septiembre de 2013

Santoral: Cosme, Damián
“LA PRESENCIA DE DIOS EN EL PROYECTO DE VIDA”

PRIMERA LECTURA
AGEO 1,1-8

“Construid el Templo, para que pueda complacerme”
El año segundo del rey Darío, el mes sexto, el día primero, vino la palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote: "Así dice el Señor de los ejércitos: Este pueblo anda diciendo: "Todavía no es tiempo de reconstruir el templo."" La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo: "¿De modo que es tiempo de vivir en casas revestidas de madera, mientras el templo está en ruinas? Pues ahora -dice el Señor de los ejércitos- meditad vuestra situación: sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Meditad en vuestra situación: subid al monte, traed maderos, construid el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria -dice el Señor-." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Todo sucedió en el siglo sexto antes de Cristo. A principios de este siglo, un rey llamado Nabucodonosor, rey de los caldeos, destruyó Jerusalén y desterró a los judíos. Unos setenta años después, todavía dentro del siglo sexto antes de Cristo, los reyes: Ciro, Darío, Artajerjes, fueron instrumentos de Dios para que los judíos pudieran regresar a su tierra.
Pero no todo estaba en volver simplemente a una tierra, a unos ganados y a unos sembrados. Y es aquí donde entra la palabra de Ageo. Este hombre santo le recuerda al pueblo de Dios, podemos decir, les recuerda los derechos de Dios, y les recuerda que cuando Dios está en primer lugar, las bendiciones fluyen; en cambio, cuando nos preocupamos primero de nuestras cosas, entonces se cumple lo que dice el mismo Ageo: "Sembramos mucho y cosechamos poco" "nos esforzamos mucho y obtenemos poco". Son palabras milenarias, y sin embargo nos hablan directo al corazón. Pueden servir para describir un poco de esa ansiedad y vacío que persiguen a tantas vidas.
"Nunca el género humano tuvo a disposición suya tantas riquezas, tantas posibilidades y tanto poder económico. Sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre aún hambre y miseria, mientras inmensas multitudes no saben leer ni escribir. Nunca como hoy ha tenido el hombre sentido tan agudo de su libertad, mas al mismo tiempo surgen nuevas formas de esclavitud social y psíquica.
Pareciera que Ageo se estuviera dirigiendo a nuestra actual sociedad, en la cual se da prelación a lo material y pasajero, y se deja de lado la construcción de verdaderos valores humanos y espirituales. No negamos que la prosperidad económica sea importante, que los adelantes científicos y técnicos mejoren, muchas veces, la calidad de vida del ser humano. Lo que si creemos es que aquellas cosas no son lo principal en la vida de una persona o de una comunidad.

OREMOS CON EL SALMO 149 Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Invitación universal a la alabanza con acompañamiento de música y de danzas.
El salterio concluye con una invitación a la alabanza a Dios. La oración no se reduce a pedir dones, sino que tiene que ser sobre todo reconocimiento del amor y del poder divino.     
R. /El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 9,7-9

“A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?”

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: "A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?" Y tenía ganas de ver a Jesús. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Antes de este pasaje encontramos los siguientes acontecimientos, que nombraremos a modo de titulares: la tempestad calmada, el endemoniado de Gerasa, la curación de la hemorroisa. Todos ellos dan cuenta de las acciones del Reino, que son contrarias a las políticas del Imperio Romano, representado por Herodes, símbolo de la muerte, de la corrupción y de la injusticia -como en todo imperio.

El capítulo 9 se abre con el envío de los doce, investidos con la autoridad y poder que Jesús ha ido mostrando a lo largo del camino. Es el pueblo quien legitima la autoridad de Jesús, en contraposición al poder de Herodes, que se impone al pueblo a la fuerza; con ese poder ellos harán frente al Imperio, que tiene capacidad para asesinar.

Herodes, al igual que muchos otros, ha oído hablar de Jesús; pero esta escucha es diferente a la de los discípulos; es meramente informativa y especulativa, de carácter de espionaje, pues los milagros de Jesús recuerdan a Juan Bautista y a Elías; el primero, muerto a manos del mismo Herodes.

ORACIÓN

Señor el templo que quieres restaurar para que puedas habitar en él, es la vida de todos ser humano que apartado de Ti comete tantas equivocaciones, pero que muy en su interior siente la curiosidad de saber de ti. Si Dios, porque eres la esencia de nuestra existencia. Solo necesitamos recibirte y dejar que camines a nuestro lado, haciéndonos personas que luchan por un mundo donde prevalezca el amor liberador que nos permita al final de este paso volver a ti plenamente. Amén.

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