“LLAMADOS
A APRENDER CONSTANTEMENTE LA MISERICORDIA DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
1TIMOTEO
1,1-2.12-14
“Yo
antes era un blasfemo, pero Dios tuvo compasión de mí”
Pablo,
apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de
Jesucristo, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la
gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor
nuestro. Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió
de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un
perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era
creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la
fe y el amor en Cristo Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la primera
lectura de hoy hay una expresión sorprendente, Pablo habla de un Dios que le
tuvo por fiel" o "por digno de confianza".
Es sorprendente que pueda hablar
así quien fue elegido por Dios en el tiempo en que estaba obrando en abierta y
violenta oposición al mensaje de Dios. Hay un contraste total entre lo que
Pablo hacía y lo que Dios veía en él. Y lo sorprendente, y maravilloso, es que
lo que finalmente se impone no es lo que Pablo hacía sino lo que Dios veía.
De aquí aprendemos varias cosas:
ante todo, que Dios ve cosas que nosotros no vemos. Luego, que es la visión de
Dios la que se impone. ¡Bendita sea la mirada del Señor! ¡Y bendita su
voluntad!
OREMOS
CON EL SALMO 15 Y ACERQUÉMONOS
A SU CONTEXTO
Los
levitas no recibieron una porción especial en Israel, porque Dios mismo fue la
parte que les tocó en herencia. El salmista expresa su alegría por esa suerte y
la certeza de que su pertenencia a Dios no será frustrada por la muerte
Esta
herencia especial se extiende a todo el pueblo de Dios, pueblo sacerdotal. Cada
creyente puede repetirlo personalmente, Cristo, al resucitar, nos da la certeza
de que Dios no dejará en el poder de la muerte a aquellos que Él ama (Hech.
2,31)
R.
/ Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios
mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
"Tú eres mi bien."
El Señor es el lote
de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en
tu mano. R.
Bendeciré al Señor,
que me aconseja,
hasta de noche me
instruye internamente.
Tengo siempre
presente al Señor,
con él a mi derecha
no vacilaré. R.
Me enseñarás el
sendero de la vida,
me saciarás de gozo
en tu presencia,
de alegría perpetua
a tu derecha. R.
LECTURA DEL
EVANGELIO
LUCAS 6,39-42
¿Acaso puede un
ciego guiar a otro ciego?
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola: "¿Acaso puede un
ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más
que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la
viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano,
déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en
el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro
para sacar la mota del ojo de tu hermano."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Nuevamente retomamos el
itinerario que ha planteado Lucas, quien va describiendo las estrategias
pedagógicas de Jesús para formar a sus discípulos. Después de la exhortación
con carácter de mandato del amor a los enemigos, Jesús propone la comparación
del ciego que guía a otro ciego. Una mirada al texto desde la perspectiva del
discipulado nos ayudará a comprender mejor la comparación. Esta es la propuesta
de Jesús para sus discípulos, que lleguemos a ser como él, sin sentirnos
superiores a otros. Para llegar a ser como el maestro, es necesario mirar hacia
nosotros mismos; en términos actuales sería hacer una auto-evaluación, o, como
dice el mismo evangelio mirar la viga que tenemos en nuestro ojo, antes de
pretender sacar la pelusa del ojo ajeno.
Este pasaje se cierra con un
fuerte adjetivo: “Hipócrita”, haciendo referencia a que no podemos ser guías de
otros mientras no haya luz en nuestras vidas. Con este diálogo, Jesús cuestiona
la pedagogía del momento y nos ubica en una nueva lógica, la diversidad de
saberes que nos invita a valorar lo que hay de discípulo y de maestro en cada
uno.
ORACIÓN
Gracias Señor porque nos haces
dignos de confianza al ponernos a tu servicio. Por eso debemos permanecer
necesitados de tu Palabra y en encuentro contigo, formándonos e interiorizando
nuestros pensamientos, palabras y actitudes; seguros que no estamos terminados
y que sin tu Espíritu difícilmente podremos
servir con idoneidad y testimonio. Amén.
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