domingo, 1 de septiembre de 2013

Martes 03 de Septiembre de 2013


“LA PALABRA DE DIOS ES LIBERACIÓN”

PRIMERA LECTURA
1TESALONICENSES 5,1-6.9-11

“Murió por nosotros para que vivamos con Él”
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Terminamos hoy la lectura de la carta de Pablo a los Tesalonicenses, con un tema que se ve que preocupaba a aquella comunidad y en general a todas las de Grecia: la venida última de Cristo y la resurrección de los muertos.
Cuando Pablo escribe esta carta todavía no han aparecido por escrito los evangelios, pero él ya anticipa la recomendación que Jesús hará varias veces referente al futuro: “el día del Señor llegará como un ladrón en la noche”, o “como los dolores de parto a la mujer encinta” y por eso no podemos vivir distraídos y en la oscuridad. Estas palabras de Pablo no quieren producir en nosotros angustia, pues Dios nos tiene destinados, no al castigo, “sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
De la misma manera a todos nos hace bien pensar en el futuro. Pablo nos invita a vivir en vigilancia, con una cierta tensión, aprovechando el tiempo, como “hijos de la luz” sin dejarnos adormecer por las cosas del camino.

 OREMOS CON EL SALMO 26 Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO

La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante y de alegría confiada.
La presencia de Dios entre los hombres se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a todo hombre. Él puso su morada ante nosotros para hacernos participar de su vida.  
R. / Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor, / eso buscaré: / habitar en la casa del Señor / por los días de mi vida; / gozar de la dulzura del Señor, / contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor / en el país de la vida. / Espera en el Señor, sé valiente, / ten ánimo, espera en el Señor. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 4,31-37

“Sé quién eres: el Santo de Dios”

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios." Jesús le intimó: "¡Cierra la boca y sal!" El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: "¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen." Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca. Palabra del Señor.
  
REFLEXIÓN
El ‘año de gracia’ que Jesús acaba de anunciar se inaugura con la liberación de una persona abatida por un espíritu inmundo. En ese tiempo, esta impureza, estaba relacionada con la incapacidad de mantenerse apto para el culto, es decir, por la imposibilidad de adoptar todas las prescripciones rituales que habilitaban a una persona para participar del culto. Esa incapacidad llevaba a la persona a comportarse de manera violenta, agrediéndose a sí mismo y a los demás. Agrediéndolos con palabras obscenas y comportamiento vergonzoso. La familia sufría, la comunidad se sentía ofendida, pero más aún sufría la persona aquejada por esta grave situación. La acción de Jesús, entonces, libera a la persona de esta atadura, de esa humillación que se causa a sí misma. La acción de Jesús es efectiva por el poder y la autoridad que le confieren su unción espiritual (Lc 4,16-22) y su consagración al evangelio. Jesús no libera a esta persona con ritos, sino con la misericordia y con la verdad. Jesús le ayuda a descubrir y tomar conciencia de su propio rostro humano, bello, hermoso, pulcro, de su vida tan valiosa e importante.

ORACIÓN

Gracias Señor, porque tu Palabra nos ha hecho reflexionar para entrar en el proceso de conversión, que nos anima y levanta de la vida que llevábamos y de los ataques del mundo. No te detengas por favor en esta labor liberadora hasta que nos permitas trascender a tu dimensión plena. Ayúdanos a o desfallecer en el empeño de que nuestro prójimo goce de esta bendita posibilidad. Amén 

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