lunes, 1 de abril de 2013



“LA VIDA VENCIÓ LA MUERTE”

“ESTE EL EL DÍA EN QUE ACTÚO EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRO GOZO”  (Salmo 117, 24)

Este canto de victoria y alegría resuena en toda la Iglesia durante estos 50 días de tiempo pascual. Experimentamos días de alegría y gozo porque Jesús ha resucitado y con este hecho se abre un camino nuevo de esperanza y liberación para todos los desfigurados y crucificados del mundo. Si Cristo se transfiguro y resucito, también nosotros seremos trasfigurados y resucitaremos con Él.  Por eso es importante en estos días dejarnos contagiar de ese espíritu de alegría y de esperanza. No es cualquier alegría  barata o pasajera. Es la alegría que nace en el corazón de las personas de buena voluntad. Y esto sí que lo saben  los pobres, los enfermos que si viven su fe en esta perspectiva.

PASCUA es un tiempo nuevo, es como dice el profeta Isaías, olvidar el ayer y descubrir un nuevo camino que se abre en medio de nuestros desiertos (Isaías 43, 16-18). Es un tiempo para la comunión; pues lo vamos a reconocer y a experimentar vivo cuando estamos reunidos en comunión. La común-unidad debe ser la carta de presentación de todos los cristianos. Ante  la realidad de un mundo dividido por toda clase de problemas, el testimonio de fraternidad y unidad compacta en los creyentes será el mejor anuncio del Resucitado. Sólo cuando nos esforzamos en vivir en la solidaridad y la caridad  estamos dando testimonio del “Verdadero Evangelio”. Sin testimonio de unidad corremos el riesgo de no ser convincentes en lo que anunciamos. Por eso PASCUA es el tiempo de optar por la vida comunitaria; es el tiempo como Tomás el discípulo, para regresar a la comunidad.  PASCUA como lo esperamos con el nuevo Papa, sucesor de Pedro,  es un tiempo nuevo de esperanza que el Espíritu Santo nos trae a la Iglesia de Cristo. Esperanza en que Jesús nunca nos deja solos, sino que Él a través de su Espíritu esta guiando la barca de la Comunidad Cristiana aún en medio de las tormentas y tempestades que quieran hundir la Iglesia.

Pero esta experiencia de la Resurrección tiene una tarea o un costo  para el discípulo (la) de Jesús. Quien ha experimentado a Jesús Vivo no puede quedarse tranquilo en el mismo lugar. Hay que ponerse en camino. La experiencia del Resucitado los debe llevar  del individualismo a la vida comunitaria, al servicio misionero, en la vida de los necesitados. Vayan por todo el mundo a compartir y anunciar la experiencia del Resucitado.

De aquí se desprende que la Pascua, la experiencia de la Resurrección es ante todo un compromiso misionero. Compromiso a vivir en comunidad, la existencia del Evangelio del Reino.

Oro por ti y los tuyos  en este tiempo de Pascua. Declaro que en este nuevo mes la bendición de Jesucristo Resucitado te transfigurará, Bendiciones. Amén.

Roberto Zamudio     

PROMESA BÍBLICA DEL MES

“ESTE EL EL DÍA EN QUE ACTÚO EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRO GOZO”  (Salmo 117, 24)


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Buenos días mi Liberador. Gracias cada día de este mes de abril te quiero dar porque te haces novedad en mi vida al darme cada año más claves para profundizar y comprender el sentido Redentor de tu Amor. Gracias por resucitar en mi corazón y darme la fuerza para seguir adelante en este trasegar por el mundo. Ayúdame a transmitirte con mi testimonio de vida. Cuida mis reacciones, palabras, sentimientos, que no haga nada que dañe a mis semejantes, ni a todo lo que fue creado para nuestro bienestar; nada que este fuera de tu proyecto de amor. No me permitas olvidar esta mañana y todos los días de mi existencia que cuento con el regalo maravilloso de tu Espíritu Santo para vivir en ti que eres luz, camino verdad y vida, que se da, se entrega sin medida, ni recompensa y que obedece a este Padre-Madre nuestro  creador, al que renuncia y vuelve a crear  por amor.  Que tu Palabra,  la oración y la comunidad sigan siendo mi alimento.   Mantenme hoy en Pascua y despierto(a) en ti por favor. Amen 

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Ya es de noche y el día a día ha sido más llevadero contigo en mi mente y corazón. Gracias por todo lo que me has dado. Confió en tu poder y misericordia, por eso me pongo en tus manos ahora cuando voy a dormir y tengo la conciencia de mi fragilidad y de mis fallas. Quiero ser tuyo(a) y que en este momento tu fuerza y tu poder me cubran de tal manera que esté protegido(a) y que pueda recuperar todas la fuerzas invertidas hoy. Te suplico que refuerces tu actuar en mi corazón de tal manera que lo prepares para que yo pueda hacer tu voluntad, dócil a lo que me has  pedido y que sepa que  lo que me ordenas es lo mejor para mí. Que el don de tu Espíritu me envuelva con su docilidad. Te amo y confío plenamente en tu poder y por eso cierro los ojos para dormir con total tranquilidad y serenidad. Te pido que bendigas a los que amo y también a ellos los hagas dóciles a tu Palabra y tu voluntad, que siempre será para su bien. Amén  

Lunes 1 de abril de 2013



“JESÚS HA RESUCITADO, Y NOSOTROS(AS) SOMOS  SUS TESTIGOS”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 2,14.22-33

“Dios resucitó a Jesús, y todos somos testigos”

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: "Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia."
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."

REFLEXIÓN
La primera lectura de hoy nos transporta desde el principio al final al tiempo "pascual". Este tiempo litúrgico empieza con la Pascua y se prolonga hasta Pentecostés. Pues bien, precisamente desde el día de Pentecostés nos alcanza la palabra del apóstol Pedro: "A Jesús de Nazaret, que conforme a los planes y propósitos de Dios, fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado".
Sin Pascua no hay Pentecostés, porque Cristo dijo: "si no me voy, el Espíritu no vendrá para estar con ustedes" (Juan 16,7). Pero sin Pentecostés no es posible recibir ni entender el misterio de la Pascua, pues dijo Cristo también: "Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a la verdad completa... El Espíritu mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes" (Juan 16,13.14).
Así entendemos el vínculo íntimo entre la ascensión de Jesús desde de la tierra, que se celebra en Pascua y el descenso del Espíritu desde el Padre, que se celebra en Pentecostés. Cristo envía al Espíritu, y el Espíritu trae a nosotros su presencia y su gracia.

SALMO RESPONSORIAL: 15
R: Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 28, 8-15

“ANUNCIEN A MIS HERMANOS QUE VAYAN A GALILEA; ALLÍ ME VERÁN”

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "Alegraos." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

REFLEXIÓN:
Jesús sale al encuentro de las mujeres y las saluda. Ellas le responden “acercándose, abrazando sus pies y adorándolo”. Esta es la experiencia de las mujeres (y de la comunidad) de la resurrección de Jesús. Ni el sepulcro vacío, ni la presencia de un ángel son razón suficiente para creer en la resurrección. El verdadero y único argumento es llegar a sentir vivo al resucitado y expresarle en fe la adoración.
Pero los dirigentes judíos se obstinan en su mala fe. Ante el informe de los guardias, se reúne de nuevo el Gran Consejo, el Sanedrín. No les interesa lo que realmente sucede, sino la repercusión que pueda tener en el pueblo. Con dinero se habían apoderado de Jesús; con dinero quieren impedir la fe en él. Es increíble el poder corruptor del dios dinero. La resurrección de Jesús no tiene más prueba que la propia experiencia. Esta experiencia, que es también la nuestra, nos libera del miedo y nos compromete en acciones concretas de seguimiento y de anuncio.

ORACIÓN
Gracias Señor porque vamos a vivir 50 días de fiesta intensamente puesto que ¡Has Resucitado!. La vida no pudo ser retenida por el reino de la muerte y por eso permaneces en nuestro ser y nos vamos preparando para el paso definitivo. Nos queremos dejar capacitar por el Espíritu Santo para ser testigos(as) del poder de Dios en ti que eres el Hijo del Dios Amor. Amén

Martes 2 de abril de 2013



“LA LIBERACIÓN DE DIOS EN CRISTO ES PARA TODAS LAS PERSONAS SIN DISTINCIÓN”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,36-11

“Bautícense todos en nombre de Jesucristo”

El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos: "Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías." Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó: "Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos."
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: "Escapad de esta generación perversa." Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.

REFLEXIÓN
La primitiva comunidad cristiana comprendió que la Buena Noticia no era puramente espiritual, sino que obligaba a asumir un compromiso real en el orden social y económico. Ese aspecto particular de la realidad comunitaria es lo que conocemos hoy como la “comunicación cristiana de bienes”, es parte de la naturaleza misma de la vocación de Jesucristo que un verdadero discípulo debe poner en práctica.
La conversión tiene unos pasos, que empiezan por el hecho de la Resurrección y que siguen este orden: testimonio, acogida de la palabra, conciencia del propio límite, acto de la fe, expresión pública de la fe, expresión de su conversión, cambios concretos, integración en la comunidad cristiana, formación en la escucha de la enseñanza, la práctica de la caridad y la celebración de la fe. Tal es el itinerario básico para todo aquel que va caminando buscando el Señor y finalmente llega a Cristo Resucitado.

SALMO RESPONSORIAL: 32
R. / La misericordia del Señor llena la tierra

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,11-18

“He visto al Señor y ha dicho esto”
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto." Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?" Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré." Jesús le dice: "¡María!" Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!" Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."" María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto."

REFLEXIÓN
Jesús resucitado se encuentra con María Magdalena, figura de la comunidad, como la esposa del Cantar de los Cantares. En el huerto-jardín se encuentra la nueva pareja que comienza la nueva humanidad. El relato comienza con el llanto de María y su diálogo con los ángeles (20,11-13); en el centro de la escena se describe el encuentro con Jesús, el reconocimiento y su encargo a María (20,14-17) y termina con el cumplimiento del encargo (20,18). Jesús y María Magdalena tienen un encuentro que se transforma en misión. Jesús está vivo y presente entre los suyos, primicias de la nueva creación, destinada a toda la humanidad. Existe una vida nueva, ya presente, pero en tensión hacia el futuro. Existe ya el Reino de Dios, pero ha de crecer hasta su estadio final, en que culminará la realidad que se ha vivido y preparado. Están realizados los preparativos para las nupcias, pero la unión definitiva queda en futuro, cuando los discípulos hayan recorrido el camino de Jesús. -- Cada uno de nosotros somos hoy María Magdalena, en encuentro pleno con Jesús y enviados a la misión, a anunciar su mensaje a los hermanos.

ORACIÓN
Señor, que reconfortante es recordar que tu amor es universal, no se queda en una región, ni solo para el pueblo elegido, sino que incluye a toda aquella persona que decida volverse a ti, a buscarte, seguirte, sin importar su condición. Gracias, porque en  María Magdalena las mujeres se identifican  como perdonadas, liberadas y promovidas para dignificar su vida en el amor y la entrega. Amén 

Miércoles 3 de abril de 2013



DEMOS LO MEJOR QUE HEMOS RECIBIDO: AL RESUCITADO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,1-10

"Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar

En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: "Míranos." Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.

REFLEXIÓN
Los Hechos de los Apóstoles, si bien lo pensamos, son los hechos de Cristo Resucitado. Porque los únicos "hechos" que salían del corazón asustado de esos pobres hombres eran: esconderse, callarse, llorar de miedo, huir. Por contraste, los "hechos" que les vemos realizar en los textos que oímos en Pascua son en todo maravillosos. He aquí hombres valientes, llenos de luz, de pureza, de desinterés, de gallardía, de vida interior, de generosidad. ¿Qué ha sucedido? Lo que también puede suceder en nosotros: llevan a Cristo Vivo en su corazón.
Por eso puede decir el apóstol Pedro: "lo que tengo, eso te doy". Es que tiene vida adentro, tiene a Cristo adentro, tiene fuerza capaz de levantar a uno y muchos paralíticos, a uno y muchos muertos.
Descubramos la diferencia entre lo que aquel paralítico pidió y lo que recibió. Pedía una limosna que podía aliviar su necesidad de un día; recibió curación para el resto de sus días. Este hombre tenía que quedarse siempre "a la puerta" del templo; la curación, le permite "entrar" al templo y proclamar como los demás y junto con los demás las glorias de Dios. Este paralítico, en fin, era "llevado por otros"; ahora, ya curado, "lleva a otros" a que se encuentren con la noticia fantástica del amor divino hecho presente y real entre los hombres.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R./ Que se alegren los que buscan al Señor
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R.

Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,13-35

"Lo reconocieron al partir el pan"
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

REFLEXIÓN
Emaús es un tremendo símbolo, después de la escena que nos cuenta el evangelio de hoy. Es el símbolo del fracaso, de la dispersión, de la desilusión. Estos dos discípulos que se van de Jerusalén son una imagen de todos aquellos que se habían ilusionado con Cristo y que ahora, perplejos por la Cruz, no ven otro camino que la huida, la retirada, el largo duelo por haberse atrevido a soñar con un mundo mejor.
Jesús los alcanzó. Se hizo "el encontradizo", salió al paso de ese duelo que punzaba sus almas y ensombrecía sus rostros. ¡Dios, cuánta misericordia en ese solo hecho! ¡Qué piedad la del Señor, que no abandona a los que le abandonan y que busca mostrar su rostro a los que ya le daban la espalda!
Cristo les explica las Escrituras. Hace camino con ellos, no sólo en cuanto une sus pies a los de estos entristecidos, sino sobre todo en cuanto recorre a su lado la senda interior que lleva de la oscuridad a la luz y de la desolación a la esperanza. Así también Cristo sigue haciendo camino con su pueblo y con todos los pueblos y gentes.
Este texto también nos plantea claves importantes de la pedagogía de Jesús. Enseña que un buen maestro trata a sus discípulos como amigos, los invita al diálogo, los escucha, les habla, les pregunta. Recurriendo a la tradición profética de las Escrituras les recuerda que él es el Mesías. Y en seguida comparte y celebra la cena comunitaria con sus amigos, quienes le reconocen de inmediato. Pero él desaparece, dándoles autonomía para que ellos mismos disciernan sobre el dato revelado y sean testigos de la resurrección. Observamos cinco pasos de su pedagogía: 1. Partir del contexto: Es decir, de la vida de comunidad, de sus problemas, miedos, esperanzas… 2. Ir al texto para iluminar esta realidad: La Palabra de Dios ilumina e interpela nuestra realidad presente. 3. Compartir la cena en comunidad: Con esta cena recordamos que Jesús es el pan de vida que se da como alimento. 4. Discernir la palabra: Implica ponerse en camino del Reino; 5. Anunciar la fe: La esperanza, la vida en abundancia para todos (Jn 10,10). – Es así como  Jesús nos llama a que vivamos su misma pedagogía en nuestra vida de fe.

ORACIÓN
Señor, nos arde el corazón cuando te reconocemos en tu signo de la comunidad que parte y comparte el pan material y el espiritual. Esto nos llena de fuerza  para dar de lo mucho o poco que tengamos en bien de quien lo necesita. Que el encuentro contigo nos haga cada vez más ser testimonio del verdadero y real sentido de tu Resurrección. Amén 

Jueves 4 abril de 2013



“EL TREMENDO MISTERIO DE LA NECESIDAD DE LA CRUZ”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26

“Mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó”

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."

REFLEXIÓN
Pedro explica el juicio y condena a muerte a Jesús como fruto de la ignorancia. Es algo semejante a lo que oró Cristo en la Cruz, intercediendo por sus verdugos: "perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Pedro aplica este atenuante de ignorancia incluso a los jefes del pueblo que instigaban con odio reclamando la muerte de Jesús. Algo parecido nos dice Pablo en 1 Cor 2,8: si hubieran conocido la sabiduría de Dios "nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria".
Esta última frase de Pablo nos ayuda a entender cuál es esa ignorancia que puede llevar a condenar a un inocente. En efecto, a uno le parece que uno nunca condenaría a muerte a un inocente, pero eso no es tan obvio como se ve en un primer momento.
Cualquiera diría que es comparativamente fácil decidir algo así en un caso tan extremo; de todos modos, ello muestra que condenar inocentes no es algo tan absurdo para la mente humana cuando se piensa que eso garantizara que se salvan muchos más inocentes. Y no podemos descartar que estas eran las cuentas que en conciencia se hacían las autoridades judías mismas, como lo sugiere la frase de Caifás: "es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Jn 11,50) y esas son las mismas  cuentas que muchas oportunidades hace el mundo mismo. A nosotros, con todos los datos que tenemos, nos parece insuficiente y retorcido un argumento así, pero es posible que con los datos que ellos tenían, no pudieran fácilmente pensar de otro modo, solo en el mover de Dios, en la sabiduría de Dios y en el caminar de Dios se piensa diferente.

SALMO RESPONSORIAL: 8
R./ Señor, dueño nuestro, ¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!

¡Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
 lo coronaste de gloria y dignidad,
 le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. R.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48

“Estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará al tercer día”

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."
REFLEXIÓN
La lectura de hoy presenta una nueva aparición de Jesús a sus discípulos, evidenciando nuevos rasgos de su pedagogía. Inicia con un saludo de paz que emana del interior, anticipándose al miedo y a las dudas de los apóstoles. Invita a utilizar los sentidos: vean y toquen, e incluso come delante de ellos. Apela al entendimiento de sus discípulos para que comprendan los acontecimientos como cumplimiento de las Escrituras. Finalmente, les hace partícipes de la redención del mundo y les hace testigos de la Buena Nueva. Su pedagogía: 1. El saludo, es la fuerza vital que te pone en sintonía y compromiso con el otro. 2. El ver con los sentidos, denota que hay otras formas de acceso al conocimiento, además del intelectual. El ver con los sentidos nos invita a valorar la subjetividad, la experiencia corporal individual y colectiva de nuestras comunidades afro, indígenas, de mujeres con experiencias profundas de Dios y de Jesús. 3. Ir al texto para iluminar y discernir la realidad. 4. El ser testigos de la Buena Nueva nos compromete con una ética liberadora, de penitencia y perdón, y de compromiso por luchar por la fraternidad y la justicia en la sociedad que nos rodea.

ORACIÓN
Gracias porque como discípulos(as) nos haces participes de la redención y testigos de la Buena Nueva. Sino hubieras pasado por este amor de entrega no hubiésemos podido volver a la casa del Padre y conocerte para compartir la vida desde aquí y hacia la plenitud, ayudando para que otros reciban la liberación que produce el reencuentro con el Dios del amor y la vida. Amén.

Viernes 5 de abril 2013



“JESÚS ES NUESTRO SEÑOR Y LIBERTADOR”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 4,1-12

“Ningún otro puede salvar”

En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan, se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Les echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?" Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió: "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos."

REFLEXIÓN
Pedro portavoz de los demás discípulos, también ahora, como lo había sido en la vida de Jesús, no se calla: aprovecha la ocasión para dar testimonio del Mesías delante de las autoridades, como lo había hecho delante del pueblo. Es su tercer discurso y siempre dice lo mismo: que los judíos, mataron a Jesús, pero Dios lo resucitó y así lo glorificó y reivindicó, y hay que creer en él, porque es el único que salva. Si antes eran valientes los apóstoles, ahora delante de las autoridades y experimentando ya lo que es la persecución y la cárcel, aparecen admirablemente decididos y cambiados.
El amor que Pedro había mostrado hacia Cristo en vida, pero con debilidad y malentendidos, ahora se ha convertido en una convicción madura y en un entusiasmo valiente que lo llevará a soportar todas las contradicciones y, al final, la muerte en Roma, para dar testimonio de aquel a quien había negado delante de la criada. Ya Jesús les había dicho que los llevarían a los tribunales, pero que no se preocuparan porque su Espíritu los ayudaría.
Cada año celebramos la Pascua, y cada semana el domingo, y cada día podemos celebrar la Eucaristía. No es rutina. Es convicción, y es como el motor de toda nuestra existencia. Y en nuestro trabajo también repetimos una y otra vez con toda la pedagogía de que somos capaces, el anuncio central de Cristo muerto y resucitado.

SALMO RESPONSORIAL : 117
R./ La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 21,1-14

“Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, lo mismo el pescado”

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar." Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo." Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?" Ellos contestaron: "No." Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis." La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor." Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: "Traed de los peces que acabáis de coger." Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: "Vamos, almorzad." Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

REFLEXIÓN
La aparición de Jesús hace que la fe de sus discípulos renazca. Recuperen el tiempo perdido y comiencen a pensar cómo se van a organizar nuevamente, entendiendo que en ese momento su vida la están dedicando únicamente a la subsistencia.
La presencia y actividad de Jesús es necesaria para que la misión de la comunidad sea fecunda. Jesús está presente, no como patrón que manda, sino como amigo que colabora con los suyos y se pone a su servicio para dar fecundidad a su esfuerzo. “Echen la red a la derecha y encontrarán pesca”. Tan pronto como habla, la comunidad le reconoce. Necesita ella de esa presencia que la siga iluminando y acompañando. El fruto de la misión depende de la docilidad a la palabra de Jesús. Él nos pide la decisión de seguirlo hasta dar la vida, y nos orienta en el campo de nuestro trabajo. La misión cristiana, en unión con Jesús, termina en la comunión del grupo con él en la fracción del pan. En ella ofrece él su alimento -que es su misma persona- y a él se agrega el aporte de los discípulos. En la comunión de vida y misión se verifica la unión de la comunidad con Jesús.

ORACIÓN
La misión cristiana que se realiza en unión contigo tiene sus frutos, ya que está en sintonía con el amor y la solidaridad. Señor, nos ofreces el alimento como símbolo de tu entrega personal, integrado con nuestro aporte como discípulos(as),  para que juntos(as) ayudemos a que muchas personas sean liberadas y te hagan también el Señor de sus vidas. Gracias Jesús, ayúdanos y fortalécenos para continuar la  misión. Amén.

Sábado 6 de abril de 2013



“EL ENCUENTRO CON EL RESUCITADO, TRANSFORMA”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 4,13-21

“No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído”

En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: "¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre." Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: "¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído." Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.

REFLEXIÓN
La fuerza interior, la valentía de los discípulos nos debe impresionar. Ni las amenazas, ni las humillaciones, ni las torturas logran achicarlos. Se levantan serenos , ante las autoridades y anuncian con valor y dignidad de dónde proviene su misión: "Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído".
Necesitamos cristianos así. La tal vez llamada "postmodernidad", se ha venido a convertir como en una gran cobija con la que todos pretendemos tapar nuestras mediocridades, perezas, inconsistencias e inconstancias. Es fácil así vender la verdad, comprar amigos, negociar el amor, alquilar esperanza... mientras nos burlamos de todo, nos entristecemos de todo, y mientras todo se va hundiendo.
Necesitamos voces que digan: "no podemos callar". Gente que sea valiosa pero que no se venda; hombres y mujeres que tengan no sólo "medios" y "recursos" sino también principios y fines claros y nobles. ¿Alguien podrá darnos semejante tesoro, si no es Cristo, el que llegó al extremo de la Cruz y se levantó, y dejó el sepulcro vacío?

SALMO RESPONSORIAL: 117
R: Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos. R.

La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R.

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entraran por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 16, 9-15

“Vayan al mundo entero y prediquen el evangelio”
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación."

REFLEXIÓN

En el texto de hoy, Marcos hace un resumen de las apariciones de Jesús resucitado y relata las señales de su presencia en la comunidad ¿A quién se aparece Jesús y cuáles son las señales de su presencia? En Marcos 16,9-11 se aparece a María Magdalena, pero los otros discípulos no creen en ella. María, de la que Jesús había expulsado siete demonios, se convierte en testigo de la resurrección y de las apariciones de Jesús a las mujeres. Jesús se aparece a dos discípulos de Emaús y los otros tampoco creen en ellos. Finalmente se aparece a los once y los reprende por no haber creído en los que lo habían visto resucitado: “Felices los que crean sin haber visto” (Jn 20,29). Marcos subraya la resistencia de los discípulos creer. ¿Por qué será? Seguramente para insistir en que la fe en Jesús pasa por la fe en las personas que dan testimonio de él, y porque no hay que desanimarse cuando la falta de fe crece en el corazón. Hasta los once tuvieron dudas. – Jesús nos invita a creer, a ser testigos de su proyecto y a anunciar la Buena Nueva en calidad de discípulos.

ORACIÓN
Señor, las señales de tu presencia en la comunidad se dan primeramente a través de las mujeres, a  quienes diste gran capacidad de comunicación, ayúdanos a utilizarla para llevar siempre un mensaje restaurador, de unidad  y que lleve al encuentro contigo. Un mensaje que refleje que has pasado por nuestra vida y te has quedado en el corazón para restaurarlo en el amor y la misericordia. Amén