lunes, 1 de octubre de 2012

Viernes 12 de Octubre de 2012



“VIVIR DE  LA FE CON LA CERTEZA DEL TRIUNFO DE JESUCRITO SOBRE EL MAL”

PRIMERA LECTURA
Gálatas 3, 7-14

“Son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel”

Hermanos: Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: "Por ti serán benditas todas las naciones." Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel.
En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una maldición, porque dice la Escritura: "Maldito el que no cumple todo lo escrito en el libro de la ley."
Que en base a la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que "el justo vivirá por su fe", y la ley no arranca de la fe, sino que "el que la cumple vivirá por ella."
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito, porque dice la Escritura: "Maldito todo el que cuelga de un árbol." Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El tono de la primera lectura es fuerte. Pablo, casi más que enseñar, parece estar dando consignas y criterios de acción. La situación, como hemos comentado en otros lugares, no era para menos. Los gálatas, confundidos por la llegada de algunos predicadores posteriores a la evangelización que había hecho Pablo, empieza a creer que su fe estaba incompleta si no empezaban a obedecer la Ley de Moisés. El apóstol escribe con líneas de fuego porque le arde el corazón de pensar que el mensaje central de su enseñanza está por perderse.

Y tomando el tema por su raíz misma, se remonta hasta Abrahán. Si todo el orgullo de los predicadores que le hacen la competencia a Pablo es lograr que los gálatas se circunciden para que así empiecen a ser "hijos de Abrahán," pues entonces examinemos qué es ser hijo de Abrahán. Nacer de Abrahán es tener la vida que él tuvo, pues un hijo recibe vida de su padre. Y lo que le dio vida a Abrahán, lo único que lo salvó de la esterilidad y con ello de una vida absurda, fue la fe. Tener la vida de Abrahán es vivir de fe como vivió Abrahán.


Salmo responsorial: 110

R. / El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
Lucas 11, 15-26

“Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: "Si echa los demonios, es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. El, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina, y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo hecho los demonios con el poder de Belzebú; y si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo les demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: "volveré a la casa de donde salí". Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio".  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El evangelio nos invita a darle el debido lugar a Jesús. Sus opositores intentaban desprestigiarlo con acusaciones absurdas y colocándolo al nivel de los exorcistas populares que obraban por puro capricho. Jesús les responde con argumentos, demostrándoles cómo la realización del bien no requiere medios mágicos, sino únicamente la fe en Dios. Él se presenta como el hombre fuerte que puede restablecer el orden en la casa; él, con su presencia, logra llenar el espacio dejado por los miedos y temores, que se alejan cuando se emprende un camino de liberación interior. En la vida cristiana tenemos el desafío no sólo de obrar el bien, sino también el deber de reconocerlo allí donde acontece, incluso, si las obras buenas realizadas no pertenecen a la religión cristiana; es un deber cristiano acoger y exaltar ese bien. Tenemos también el desafío de permitirle a Jesús que ponga orden en nuestra casa, en nuestro interior, en nuestra mente. En vano haremos terapias de liberación interior, de sanación, de reconciliación, si el lugar del temor, de la angustia y de la violencia no es ocupado por el amor de Dios. ¿Cómo podemos entonces, disponer nuestra vida para que sea Jesús quien habite en ella?

ORACIÓN
Señor aunque en este mundo alejado de Ti sea tan difícil hacer la diferencia, muchos y muchas luchamos por no dejar que se nos ataque en nuestra convicción de que tu actuar en nuestra vida y en todo lo creado, vence tanta existencia sin amor.  Ayúdanos por favor a reflejar nuestra fe en Ti desde lo que somos, pensamos, hacemos y esperamos. Amén




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