“LA LIBERACIÓN ES POR LA FE EN JESUCRISTO Y LA PRÁCTICA
DE LA MISERICORDIA”
PRIMERA LECTURA
Gálatas 5, 1-6
“Da lo mismo estar
circuncidado o no; lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor”
Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha
liberado.
Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de
nuevo al yugo de la esclavitud.
Mirad lo que os digo yo, Pablo: si os circuncidáis,
Cristo no os servirá de nada. Lo afirmo de nuevo: el que se circuncida tiene el
deber de observar la ley entera. Los que buscáis la justificación por la ley
habéis roto con Cristo, habéis caído fuera del ámbito de la gracia.
Para nosotros, la esperanza de la justificación que
aguardamos es obra del Espíritu, por medio de la fe, pues, en Cristo Jesús, da
lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo único que cuenta es una fe activa
en la práctica del amor. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Con toda razón puede extrañarnos que aquellos cristianos
de Galacia, a los que Pablo escribe en la primera lectura de hoy, dieran tanta
importancia a la circuncisión. El motivo no era médico ni fisiológico, desde
luego, sino estrictamente religioso: era el signo de entrada en el pueblo de la
alianza, el pueblo de Abrahán. Circuncidarse equivalía, como subraya el
apóstol, a entrar a formar parte de ese pueblo en los términos de la antigua
alianza, la de la circuncisión y el resto de los preceptos de Moisés.
Luego el mensaje de hoy es sencillo: ¿te salva la
alianza de Moisés, cuya señal es la circuncisión, o te salva la alianza en
Cristo, cuya señal es la fe? No es asunto de una operación quirúrgica en la
carne sino de la colosal operación de salvamento que Dios ha hecho en el poder
de su Espíritu Santo, dándonos a su propio Hijo para que muriera por nosotros.
Salmo responsorial: 118
r. / Señor, que me
alcance tu favor.
Señor, que me alcance tu favor,
tu salvación según tu promesa. R.
No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R.
Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás. R.
Andaré por un camino ancho,
buscando tus decretos. R.
Serán mi delicia tus mandatos,
que tanto amo. R.
Levantaré mis manos hacia ti
recitando tus mandatos. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
Lucas 11, 37-41
“Dad limosna, y lo tendréis
limpio todo”
En
aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su
casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no
se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el
plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también
lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La distinción
entre pureza e impureza permitía diferenciar a los judíos de los gentiles, a
los ‘justos’ de los pecadores y a los buenos de los malos. Sin embargo, esta
distinción no se inspiraba en criterios éticos, sino en prescripciones de
pureza ritual y, sobre todo, en costumbres de higiene. Siendo esto así, se
producía un desequilibrio entre las exigencias morales y las costumbres
culturales, ya que se daba más valor a cosas puramente funcionales, y se
perdían de vista las exigencias sociales de la Ley. Jesús hace un llamado a sus
opositores para que no conviertan un formalismo ritual en un criterio para
discriminar a las demás personas por su condición social, racial, cultural,
económica o religiosa. De hecho, las personas pobres que trabajaban en el
pastoreo o en la agricultura tenían poca o ninguna posibilidad de cumplir estas
normas de higiene y, por una razón ajena a su voluntad, se veían discriminados
de la vida religiosa comunitaria. – En la actualidad enfrentamos problemas
semejantes, porque en nuestra cultura las diferencias de clase social, las
carencias económicas y la diversidad de raza son causa frecuente de segregación
y discriminación. ¿Se compromete activamente nuestra comunidad cristiana en la
superación de estos problemas?
ORACIÓN
Cuando te hemos
experimentado e iniciamos un proceso de cambio en nuestra vida, nos sentimos
amados, tranquilos y con la capacidad de enfrentar el mundo para parecernos más
a Ti, esto nos llena de certeza en la acción de nuestro Dios y el querer
experimentar y ejercer el amor que libera y nos hace misericordiosos. Ayúdanos
por favor a seguir creciendo en este sentido. Amén
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