lunes, 1 de octubre de 2012

Domingo 21 de Octubre de 2012



“EL VALOR REDENTOR DEL SUFRIMIENTO”
PRIMERA LECTURA
Isaías 53, 10-11

“Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años”.

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
y entregar su vida como expiación:
verá su descendencia, prologará sus años
Lo que el Señor quiere prosperará por su mano
Por los trabajos de su alma verá la luz,
el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos,
porque cargó con los crímenes de ellos.

REFLEXIÓN
La  lectura de hoy, tomada de la segunda parte del libro de Isaías, nos habla de la misión del ‘siervo sufriente’, es decir, de aquel redentor del Pueblo de Dios que ofrece su vida para ver el nacimiento de una nueva posibilidad, de una nueva descendencia. Este poema nos habla más de esperanza, de tenacidad y de lucha que de sufrimiento pasivo o resignación. La misión del siervo del Señor no es ver su cuerpo destrozado, sino servir de puente para las nuevas generaciones de creyentes que se han de inspirar en su particular estilo de vida. Por esta razón la “nueva descendencia” no se refiere, ni en el texto ni en la interpretación cristiana, a los descendientes biológicos, sino a una nueva generación de personas comprometidas con la Causa de Dios en favor de su pueblo, el pueblo pobre, dolorido y oprimido.

Salmo responsorial: 32
R. / Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.

SEGUNDA LECTURA
Hebreos 4, 14-16

“Acerquémonos con seguridad aL trono de la gracia”

Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El escrito a los Hebreos nos insiste en un tema que con frecuencia se nos refunde en la memoria: la mediación de Jesús para comprender el designio de Dios. Si prescindimos de él, de lo que él hizo y de lo que él significa para nosotros, estaremos vaciando nuestra fe, vaciando el cristianismo. Mantengamos nuestro norte y nuestra esperanza en aquel que libre de pecado,  sacrifico su vida por nosotros: Jesucristo.

LECTURA DEL EVANGELIO
Marcos 10, 35-45

El hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir." Les preguntó:- "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Jesús replico: "No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Contestaron /: "Lo somos" "Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado." Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

En este  evangelio nos Jesús nos habla  sobre el que quiera ser el primero y el que quiera ser  grande. No dice  Jesús: "El que quiera ser grande, que se quite ese deseo", ni dice: "El que quiera ser el primero, que se olvide". De entrada Cristo no condena el deseo de ser importante ni habla mal de quien quiere tener el primer puesto,  sino  que le da sentido a  cuál es la verdadera grandeza, y en dónde está  el primer lugar.
Nos muestra, en dónde radica la verdadera "importancia”,  cuál es el "primer puesto" al que hay que aspirar, cual es la manera de ser el primero,  de la esencia de la humildad cristiana.
 Dice Jesús:  "El que quiera ser grande entre vosotros, debe ser servidor de los demás; y el que quiera ser el primero entre vosotros, debe ser esclavo de todos" (Mc 10,43-44). Luego, lo que Cristo pide es que el que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos. Cristo no está eliminando las autoridades aquí, no está propugnando por una especie de igualitarismo, o por una especie de comunitarismo, o de democracia, o de comunismo, nada de eso. Jesús no desarma las autoridades, sino que le da su verdadero rostro. El verdadero rostro de la autoridad es la autoridad del servicio, y el mayor de los servicios es dar la vida por los otros, porque dar la vida es la mayor señal de amor.
¿Queremos recuperar la autoridad? ¿Queremos recuperar el sentido verdadero de la autoridad, por ejemplo en la familia?.  La verdadera autoridad es el servicio y el verdadero servicio es dar la vida, y el verdadero dar la vida es AMAR. El verdadero ser “el primero” es ser el primero en el amor.
Y amamos, cuando buscamos el bien de la otra persona. Que no sean las ambiciones superfluas de poder, de tener, de querer ser,  las que nos motiven en la vida, sino  que a  partir del amor,  de la búsqueda eficaz del bien de la otra persona, y a partir del deseo, nacido de Dios, del bien de la otra persona, y de servicio, vivamos proyectándonos y  recuperemos  la verdadera autoridad.  
Con ese mensaje, con este sentimiento, contemplemos a Jesucristo. Nadie hay entre nosotros que haya prestado un servicio más grande. Todos  dependemos de su Palabra, de su amor, de su alimento.
Él hoy y siempre, sigue siendo el gran servidor de todos nosotros. Y por eso es hoy y siempre, el Primero, el Glorioso y el Rey, a quien se merece honor y la alabanza por los siglos.

ORACIÓN
Padre-Madre,  te damos gracias porque por la entrega del cuerpo, sangre y agua de tu Hijo nos has propiciado liberación, perdón y nos has conducido como discípulos(as) y servidores(ras) a tu Reino, en el cual servir, donarse y entregarse es reinar; ayúdanos en esta semana a descubrir el misterio redentor del sufrimiento y así ofrecer los nuestros por la liberación, la transformación de este mundo. Amén    

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: