lunes, 1 de octubre de 2012

Jueves 11 de Octubre de 2012


 
“LA ORACIÓN SIEMPRE ESCUCHADA: LA QUE PIDE EL ESPÍRITU SANTO”

PRIMERA LECTURA
Gálatas 3, 1-5

¿Recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?

¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado?

¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?

¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley, o porque respondéis a la fe?
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Los elementos centrales  nuestra fe se pueden resumir en  dos: la gracia y la fe. "Gracia," en griego: jaris, es una palabra que alude al amor con que Dios nos ha amado, es decir, al regalo de su amor que nos perdona, nos restaura, nos da victoria, y nos participa de la vida misma que hay en Dios. Todo esto es regalo, no es algo que hayamos comprado o que podamos comprar, ni siquiera si nos ponemos en la tarea de "ser buenas personas."

Y la fe es fundamentalmente entender que así son las cosas, o sea, que por nuestras propias fuerzas nada podemos esperar sino desastre. Ni nuestra inteligencia, ni nuestras tradiciones, ni los grupos a que pertenezcamos, ni las ceremonias que realicemos, nada de eso por sí solo trae salvación, nada de eso nos permite acceder a la gracia. Recibimos la gracia de Dios por un acto de absoluta confianza en él, es decir, arrojándonos en su amor manifiesto en la Cruz de Jesucristo, y en la gloria de su resurrección. Obrar así es tener fe.

Pablo, pues, quiere que esa predicación básica esté siempre ante los ojos de los gálatas, y los nuestros por supuesto. Esto es tan vital, es tan central a la predicación de este apóstol y está tan unido al valor de la Pasión de Jesús, que olvidarlo es dejar sin fruto la labor de los genuinos predicadores y mucho más que eso: hacer inútil el dolor de Cristo. Pablo no puede tolerar algo así y por eso su voz se levanta.

SALMO RESPONSORIAL: Interleccional: Lucas 1
R. / Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia / que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza. R.

Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R.

LECTURA EVANGELIO
Lucas 11, 5-13

“Pedid y se os dará”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada, mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos". Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe; quien busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?" Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El evangelio destaca dos valores: la fidelidad y la perseverancia. La fidelidad se manifiesta en la recepción del huésped inesperado. No importa si llega sin avisar; para la cultura del pueblo de Jesús, los deberes de hospitalidad son sagrados. Por esta razón el anfitrión se anima a importunar a su vecino para atender al amigo que ha llegado. El visitante es merecedor de todas las atenciones y el cuidado que se preste a estas obligaciones revela la calidad humana del anfitrión. La perseverancia se manifiesta en la capacidad de no dejarse vencer por los obstáculos y de mantener siempre claros los objetivos de la tarea que se ha emprendido; no importa que una persona parezca inoportuna, si las metas que se proponen obedecen a un propósito noble. – En la vida cristiana ocurre algo semejante. Jesús es nuestro huésped y llega a nosotros en la Palabra, en la eucaristía, en la persona necesitada. Para recibirlo bien, con frecuencia debemos asumir trabajos, pasar molestias e incluso importunar a otras personas, despertarlos, “sacarlos de su lecho”. Sin embargo, si asumimos los deberes de la hospitalidad para con nuestro Señor y Maestro, lo recibiremos correctamente y le daremos la prioridad que se merece.
ORACIÓN
Señor gracias porque hoy nos recuerdas que contamos con esa persona maravillosa del Espíritu Santo para llegar a una plena comunión contigo, a una comprensión correcta  de tu Palabra y a  ejercerla en la vida como verdaderos apóstoles(as). Que es en la oración constante personal y comunitaria, guiada por El donde Tú nos darás las respuestas a nuestras peticiones. Amén


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