“LA ORACIÓN SIEMPRE ESCUCHADA: LA QUE PIDE EL ESPÍRITU SANTO”
PRIMERA LECTURA
Gálatas 3, 1-5
¿Recibisteis el Espíritu
por observar la ley, o por haber respondido a la fe?
¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado?
¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la
figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis
el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?
¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu
para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que
han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra
prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley, o porque
respondéis a la fe?
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Los elementos centrales nuestra fe se pueden resumir en dos: la gracia y la fe. "Gracia," en
griego: jaris, es una palabra que alude al amor con que Dios nos ha amado, es
decir, al regalo de su amor que nos perdona, nos restaura, nos da victoria, y
nos participa de la vida misma que hay en Dios. Todo esto es regalo, no es algo
que hayamos comprado o que podamos comprar, ni siquiera si nos ponemos en la
tarea de "ser buenas personas."
Y la fe es fundamentalmente entender que así son las
cosas, o sea, que por nuestras propias fuerzas nada podemos esperar sino
desastre. Ni nuestra inteligencia, ni nuestras tradiciones, ni los grupos a que
pertenezcamos, ni las ceremonias que realicemos, nada de eso por sí solo trae
salvación, nada de eso nos permite acceder a la gracia. Recibimos la gracia de
Dios por un acto de absoluta confianza en él, es decir, arrojándonos en su amor
manifiesto en la Cruz de Jesucristo, y en la gloria de su resurrección. Obrar
así es tener fe.
Pablo, pues, quiere que esa predicación básica esté
siempre ante los ojos de los gálatas, y los nuestros por supuesto. Esto es tan
vital, es tan central a la predicación de este apóstol y está tan unido al
valor de la Pasión de Jesús, que olvidarlo es dejar sin fruto la labor de los
genuinos predicadores y mucho más que eso: hacer inútil el dolor de Cristo.
Pablo no puede tolerar algo así y por eso su voz se levanta.
SALMO RESPONSORIAL: Interleccional: Lucas 1
R. / Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha
visitado a su pueblo.
Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia / que tuvo con nuestros
padres,
recordando su santa alianza. R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R.
LECTURA EVANGELIO
Lucas 11, 5-13
“Pedid y se os dará”
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle:
"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y
no tengo nada que ofrecerle", y, desde dentro, el otro le responde:
"No me molestes; la puerta está cerrada, mis niños y yo estamos acostados;
no puedo levantarme para dártelos". Si el otro insiste llamando, yo os
digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la
importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará,
buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe; quien
busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el
hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una
serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que
sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?" Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio
destaca dos valores: la fidelidad y la perseverancia. La fidelidad se
manifiesta en la recepción del huésped inesperado. No importa si llega sin
avisar; para la cultura del pueblo de Jesús, los deberes de hospitalidad son
sagrados. Por esta razón el anfitrión se anima a importunar a su vecino para
atender al amigo que ha llegado. El visitante es merecedor de todas las
atenciones y el cuidado que se preste a estas obligaciones revela la calidad
humana del anfitrión. La perseverancia se manifiesta en la capacidad de no
dejarse vencer por los obstáculos y de mantener siempre claros los objetivos de
la tarea que se ha emprendido; no importa que una persona parezca inoportuna,
si las metas que se proponen obedecen a un propósito noble. – En la vida
cristiana ocurre algo semejante. Jesús es nuestro huésped y llega a nosotros en
la Palabra, en la eucaristía, en la persona necesitada. Para recibirlo bien,
con frecuencia debemos asumir trabajos, pasar molestias e incluso importunar a
otras personas, despertarlos, “sacarlos de su lecho”. Sin embargo, si asumimos
los deberes de la hospitalidad para con nuestro Señor y Maestro, lo recibiremos
correctamente y le daremos la prioridad que se merece.
ORACIÓN
Señor gracias porque hoy nos recuerdas que contamos
con esa persona maravillosa del Espíritu Santo para llegar a una plena comunión
contigo, a una comprensión correcta de tu
Palabra y a ejercerla en la vida como
verdaderos apóstoles(as). Que es en la oración constante personal y
comunitaria, guiada por El donde Tú nos darás las respuestas a nuestras
peticiones. Amén
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