miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lunes 20 de Diciembre de 2010

“NO TEMAS….. ALÉGRATE”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 7, 10-14

“CANSANDO A LOS HOMBRES, CANSANDO A DIOS”

El Señor dijo también a Ahaz: "Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal, ya sea abajo en lo más profundo o arriba en lo más alto."
Ahaz contestó: "No, yo no voy a poner a prueba al Señor pidiéndole una señal."
Entonces Isaías dijo: "Escuchen ustedes, los de la casa real de David. ¿Les parece poco molestar a los hombres, que quieren también molestar a mi Dios? Pues el Señor mismo les va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel

REFLEXIÓN

Tiene su gracia la pregunta de Isaías al asustado e incrédulo rey Ajaz, o Acaz: "¿les parece poco cansar a los hombres, que quieren cansar también a Dios?". ¿Por qué le habla de cansar a los hombres? ¿Qué es eso de cansar a Dios?
El sentido de ese "cansar" es algo como "fastidiar y molestar. Ajaz "cansa" a los hombres porque su reinado carece del vigor, hoy diríamos del "liderazgo" que le da confianza y alegría a un pueblo. Ajaz "cansa" a Dios en cuanto su falta de confianza en el liderazgo de Dios. Dicho de otro modo: Ajaz ni guía ni se deja guiar; ni lidera ni deja a Dios tomar control de su vida.
Este texto de Isaías nos relata también una de las profecías más importantes de la Biblia sobre la “virgen que dará a luz”. Mencionando a Emmanuel que significa Dios con nosotros. Este niño no solo nos regala bendiciones sino que mediante su persona, Dios se hace presente entre los seres humanos y se verifican las promesas tantas veces escuchadas y vigentes hoy para nosotros: “Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.

SALMO RESPONSORIAL: 23
R: Ya llega el Señor, él es el Rey de la gloria.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1, 26-38

“DARAS A LUZ UN HIJO, A QUIEN LLAMARÁS JESÚS”

A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo:
--¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo.
María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
--María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará Rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin.
María preguntó al ángel:
-¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó:
--El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo:
--Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel se fue.

REFLEXIÓN:

En la primera lectura Isaías anuncia al Emmanuel, “Dios con nosotros”, que va a ser concebido por una joven virgen. El evangelio anuncia el nacimiento de Jesús. Una joven judía de Nazaret espera un hijo por obra del altísimo. María es una mujer cuatro veces marginada: por ser mujer, por ser pobre, por ser joven y por ser galilea. Sin embargo, ella es la que recibe el anuncio del ángel, en quien conoce la acción de Dios después de sorprenderse, después de su iniciativa para preguntar y entrar en diálogo. María, con su sí al proyecto de Dios, introduce a Jesús en la historia. Es en ese lugar de marginación y pobreza donde el proyecto de Dios va a fructificar por medio del sí consciente de María. Lucas quiere resaltar que Dios actúa en lo pequeño, en lo que la sociedad cree despreciable. Es precisamente en los pequeños, en los marginados del mundo donde Dios se complace. Los rostros campesinos, indígenas, afros, mestizos, desplazados, los abandonados por la sociedad son los privilegiados donde habita Dios y donde hace surgir su proyecto de vida. Hay que descubrir en esos rostros el rostro mismo de Jesucristo, el Hijo de Dios.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Confío realmente en Dios y dejo que el tome el control de mi vida?
2. Creo en la promesas de Dios, así como lo hizo María y soy capaz de ver como Dios actúa desde lo pequeño ?

ORACIÓN

Señor haz en mi según tu voluntad, quiero ser un esclavo de tu amor, un siervo útil de tu volunt ad salvadora, un ser humano dispuesto a hacer lo que corresponda. Amén

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