miércoles, 1 de diciembre de 2010

Jueves 23 de Diciembre de 2010


“YO ENVÍO A UN MENSAJERO DELANTE DE MÍ”

PRIMERA LECTURA
MALAQUÍAS 3, 1-4.23-24

“OS ENVIARÉ UN PROFETA ANTES DE QUE LLEGUE EL DÍA DEL SEÑOR”

El Señor todopoderoso dice: "Voy a enviar mi mensajero para que me prepare el camino. El Señor, a quien ustedes están buscando, va a entrar de pronto en su templo. ¡Ya llega el mensajero de la alianza que ustedes desean!" Miradlo entrar, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca?. Sera un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elias antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.


REFLEXIÓN


Malaquías es un profeta que realiza su misión en el siglo V antes de Cristo, en un tiempo de restauración política, después del exilio, que él querría que fuera también religiosa. Principalmente se queja de los abusos que hay en el pueblo y en sus autoridades. El culto de templo es muy deficiente, por desidia de los sacerdotes. De parte de Dios anuncia reformas y, sobre todo, el envío de un mensajero que prepare el camino del mismo Señor. Su venida será gracia y juicio a la vez, será fuego de fundidor, que purifica quemando, para que la ofrenda del Templo sea dignamente presentada ante el Señor. Una de las características de la misión de este mensajero será que “convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres”.

SALMO RESPONSORIAL: 24
R: Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1, 57-66


“SE LLLAMARA JUAN ”


Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. A los ocho días, llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo:
--No. Tiene que llamarse Juan.
Le contestaron:
--No hay nadie en tu familia con ese nombre.
Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: 'Su nombre es Juan.' Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento Zacarías volvió a hablar, y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Todos los que lo oían se preguntaban a sí mismos: "¿Qué llegará a ser este niño?" Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.


REFLEXIÓN:


En la primea lectura, Malaquías nos habla de Elías, profeta que vendría para anunciar a su pueblo la llegada de los tiempos mesiánicos. Los evangelistas identifican a este profeta que había de venir con Juan el Bautista. Lucas narra el nacimiento de Juan (“Dios es favorable”) en una familia sacerdotal. Sólo en el momento de la circuncisión y de la imposición del nombre, Zacarías vuelve a hablar. El que no creía en la promesa de Dios, ahora la conoce ante su realización. El niño nace de una mujer estéril, es don de Dios y está llamado a llevar a cabo una misión en el pueblo de Dios: ser el profeta precursor del Mesías; ser el que allanará sus caminos, llamará a la conversión y nos presentará al esperado. Juan introducirá otro tipo de rey. Es el que anuncia la venida inmanente del reino verdadero y definitivo. Dios va preparando los elementos que darán vida al momento culminante de la historia de la salvación. La acción de Dios dentro de la historia humana se va desarrollando para incluir en ella la historia de salvación, una historia de esperanza. Navidad es vivencia de esperanza, de confianza en el futuro, de seguridad interna, la seguridad que da el sabernos acompañados por Dios, aunque, eso sí, bajo los velos de la carne y tierna de un niño.


PARA REFLEXIONAR:


1. ¿Estamos descubriendo el paso de Dios por nuestras vidas?
2. ¿Cómo nos estamos preparando para aceptar con realidad la venida del Reino de Dios en nosotros?

ORACIÓN


Señor hoy te pedimos que prepares nuestro corazón, nuestro ser entero quiere estar a tu servicio, ser el lugar donde nazcas, la casa donde habites para servirte. Amén.

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