“NUESTRO LUGAR EN EL REINO”
PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 41, 13-20
“YO SOY TU REDENTOR, EL SANTO DE ISRAEL”
Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: 'No tengas miedo, yo te ayudo. " El Señor afirma: "Israel, pueblo de Jacob, por pequeño y débil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor. Haré de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes; trillarás los montes, los harás polvo, convertirás en paja las colinas. Los aventarás y el viento se los llevará; el huracán los desparramará. Entonces tú te alegrarás en el Señor, estarás orgulloso del Dios Santo de Israel. "La gente pobre y sin recursos busca agua y no la encuentra. Tienen la lengua reseca por la sed; pero yo, el Señor, los atenderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré brotar ríos en los cerros desiertos y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en ciénagas, haré brotar arroyos en la tierra seca. En el desierto plantaré cedros, acacias, arrayanes y olivos; en la tierra seca haré crecer pinos juntamente con abetos y cipreses, para que todo el mundo vea y sepa, y ponga atención y entienda que yo, el Señor, he hecho esto con mi poder, que yo, el Dios Santo de Israel, lo he creado."
REFLEXIÓN
En el texto de la primera lectura de hoy, el profeta nos quiere dejar claro que Dios se manifiesta en la historia. El hombre de la Biblia no escribe manual de dogmas o verdades abstractas sobre la fe. Para el escritor sagrado, Dios se muestra, manifiesta su poder y su voluntad en la vida, en la historia de su pueblo. Por eso, la aparición de Ciro significa la desaparición de las grandes potencias, que hasta entonces habían tenido el monopolio de la política mundial.
La teología de la historia contenida en estos versículos nos dice que, en todo acontecimiento, la iniciativa está en manos de Dios, el cual interviene en cada momento y en cualquier lugar. Todo converge para hacer realidad las promesas de la alianza con el escogido, con el amado, con el siervo. La presencia de Dios en medio de su pueblo, se afirma con insistencia y vigor: “No temas, que yo estoy contigo; no te angusties, que yo soy tu Dios”. La exhortación a la confianza se convierte en una bella mención del nombre de Yahvé en el sentido de “Yo soy el que siempre está aquí …contigo”.
SALMO RESPONSORIAL: 144
R: El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 11, 11-15
“NO HA SURGIDO ALGUIEN MAYOR QUE JUAN EL BAUTISTA ”
Les aseguro que, entre todos los hombres, ninguno ha sido más grande que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
"Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él. Todos los profetas y la ley fueron solo un anuncio del reino, hasta que vino Juan; y, si ustedes quieren aceptar esto, Juan es el profeta Elías que había de venir.
Los que tienen oídos, oigan.
REFLEXIÓN:
La liturgia del Adviento nos introduce la figura de Juan el Bautista, que a lo largo de este tiempo de espera será particularmente importante. Juan es Elías que anuncia la llegada del Mesías. No hay profeta más grande que él, porque él es quien abre la puerta a Jesús, el esperado, el Hijo de Dios, quien proclama el reino de Dios. En Juan Bautista toma rostro concreto las esperanzas del pueblo, es ya el tiempo de la salvación. Juan no vaciló en anunciar y señalar, con humildad, a Jesús como único camino de salvación; no tuvo temor de denunciar con valentía las injusticias e impiedades del pueblo y de los líderes civiles y religiosos. El reino lo conquistan los esforzados, aquellos que como Juan dan testimonio de vida y proclaman la justicia de Dios. Al reino de Dios lo enfrenta el anti-reino, reino de injusticia que excluye y extermina a quien no haga parte de su estructura; y lo hace con violencia, destruyendo todo lo que se oponga a él, sin importar destruir la misma vida. Miremos hoy cómo le estamos dando paso a Jesús y su proyecto del reino y cómo estamos luchando contra el reino de muerte en las estructuras políticas, económicas, culturales y religiosas.
Tengamos en cuenta también que el mayor elogio que Jesús dirigió a alguien nacido de mujer lo hace refiriéndose a Juan el Bautista; pero lo que más nos debe alegrar es que nosotros tenemos la esperanza de ser tan grandes como el Bautista y aún más.
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cuáles son mis temores cotidianos?
2. ¿Por qué la liturgia de hoy nos invita a no tener miedo?
3. ¿Cómo vence la Navidad la oscuridad y el temor?
ORACIÓN
Dándote gracias, en este encuentro de vida con tu palabra, Señor, hoy te pedimos que vengas a nosotros y nos muestres como podemos hacer que nuestra vida desde la escucha de tu palabra nos libere de nuestros miedos y que desde ella podamos asumir los retos que tu esperas que asumamos como discípulos (las) tuyas. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: