miércoles, 1 de febrero de 2017

Viernes 10 de Febrero de 2017

“DIOS QUIERE SIEMPRE NUESTRO BIEN”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 3, 1-8

“Seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal”
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardin?" La mujer respondió a la serpiente: "Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."" La serpiente replicó a la mujer: "No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal." La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Oyeron al Señor que paseaba por el jardín a la hora de la brisa; el hombre y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
La serpiente de la que habla el relato es uno de los animales que Dios creó, por tanto, no simboliza ningún poder demoníaco ni un símbolo de Satanás; sin embargo, su sagacidad llamaba la atención a los hombres de la antigüedad tanto que en algunas culturas se les rendía culto. El autor se esforzó mucho por poner lo menos posible, la responsabilidad fuera del hombre; si ha situado fuera del hombre la ocasión de la tentación fue más por la visualización descriptiva para que así nos imagináramos el mal. El énfasis debemos colocarlo en lo que la serpiente dice, no en lo que la serpiente es. Y pasa de la pregunta a la afirmación en la que el hombre sospecha de los mandatos de Dios; el hombre está dispuesto a decidir por si mismo. 
 "El árbol era bueno para comer". Dios había dicho: "no comáis"; pero  ahora los ojos de Eva tienen otra visión y  dicen: "el árbol es bueno para comer". El mensaje de la serpiente ha sido: "Dios no busca tu bien; si quieres lo bueno, búscalo desde tu criterio, desde tus ojos, desde ti mismo, pasando por encima de Dios". El árbol del conocimiento del bien y del mal era el árbol que representaba precisamente que nuestro bien de algún modo está siempre en poder del que nos ha Creado. El pecado del hombre empezó en  ese acto interior por el cual renunció a recibir el bien de Dios. Por decirlo de algún modo: ya había "comido" del árbol antes de morder el fruto, porque ya había decidido por sí mismo el conocimiento del bien y del mal. Cuántas veces creemos que nuestro "yo" es no más nuestro, y juzgamos como intromisión todo lo que interrumpa  "nuestras" decisiones! Con qué ojos estamos viendo el mundo... se nos olvida quién nos enseñó y nos enseña mejor  a ver las cosas como las vemos.
SALMO RESPONSORIAL 31
R./ Dichoso el que está absuelto de culpa.

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. R.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: "Confesaré al Señor mi culpa",
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. R.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este poema lírico-didáctico expresa la felicidad de un pecador que ha obtenido el perdón divino, contraponiéndola a las aflicciones que provienen del pecado, expresa acción de gracias a Dios por el perdón recibido y  una instrucción sobre la confianza en el amor de Dios. Todos debemos reconocernos pecadores perdonados por Dios, quien nos envió a su Hijo para asegurarnos el perdón y toda la inmensidad de su amor.   

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 7,31-37

“Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", esto es: "Ábrete". Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
En el Bautismo de Jesús, dice el evangelista que el cielo se abrió y se escuchó la voz de Dios. Las autoridades religiosas y políticas de Israel, con su manera de gobernar habían cerrado la comunicación del pueblo con su Dios, en otras palabras, cerraron el cielo para poder manipular a Dios. No es solo una persona, es la mayor parte de Israel que vive como sordomudo ante el anuncio de la Buena Nueva. No pueden escuchar la Palabra de Dios por el ruido de sus hipocresías y de sus leyes que victimizan la vida del ser humano. No pueden hablar de la misericordia de Dios porque su garganta está ocupada hablando de sacrificios. La palabra inspiradora del evangelio de hoy es “ábrete”. Estamos comprometidos a abrir los oídos del mundo para que el susurro de Dios sea más fuerte que el ruido de lo superficial. A abrir la voz del pueblo para que su grito de justicia y de paz se escuche tanto en el cielo como en la tierra. 

ORACIÓN
Amado Dios que nuestra visión sea tu visión, que tu Espíritu sea la fuerza que nos  ayude a vencer el mal, a no cambiar de camino ni desviarnos de tu  proyecto, que antes que buscar nuestros intereses,  busquemos primero los valores de tu  Reino. Amén.


“Escuchemos las necesidades de los demás y pronunciemos palabras de ánimo y no de crítica”

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