martes, 1 de octubre de 2013

Viernes 04 de Octubre de 2013

“LA NO ESCUCHA DE LA VOZ DE DIOS CONDUCE A LA OSCURIDAD”

PRIMERA LECTURA
BARUC 1,15-22

“Pecamos contra el Señor no haciéndole caso”

Confesemos que el Señor, nuestro Dios, es justo, y a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los judíos y vecinos de Jerusalén, a nuestros reyes y gobernantes, a nuestros sacerdotes y profetas y a nuestros padres; porque pecamos contra el Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro Dios, no siguiendo los mandatos que el Señor nos había dado. Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios, hemos rehusado obedecerle. Por eso, nos persiguen ahora las desgracias y la maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo, cuando sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, que nos hablaba por medio de sus enviados, los profetas; todos seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y haciendo lo que el Señor, nuestro, Dios reprueba. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Baruc, probablemente el secretario y hombre de confianza del profeta Jeremías, que se encuentra en Babilonia, con los desterrados, hacia el año 580 antes de Cristo.
Su oración está cargada de emoción y humildad. Abiertamente reconoce que todo el pueblo, empezando por los políticos y los sacerdotes, es culpable de lo que les está pasando por su infidelidad a la Alianza hecha con Yavhé.

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué pasan cosas malas en el mundo, por qué no nos resultan nuestros planes, por qué nos persigue la calamidad, por qué Dios hace oídos sordos a tanto sufrimiento?. Es entonces, cuando debemos entrar en la intimidad de la oración y tomar conciencia de que en la mayor parte de males está puesta la mano del hombre.

Tenemos que aprender las lecciones que nos da la historia. Los períodos de decadencia de una persona o de la Iglesia se deben seguramente a muchas causas. Entre otras, nuestra propia dejadez y nuestra infidelidad para con Dios, Padre rico en misericordia que no nos trata como merecen nuestros pecados, sino que se compadece siempre de sus hijos. Sembramos vientos y recogemos tempestades. Olvidamos la base sólida del edificio y luego nos quejamos de que el primer ventarrón ha derrumbado sus paredes.

Por eso la oración de Baruc sigue siendo actual. Solemos excusarnos echando las culpas a los demás o las instituciones o al mundo que nos rodea. Pero entonar un mea culpa de vez en cuando, reconocer nuestras fallas, nuestra debilidad y nuestra culpa, no en el de los demás, nos ayuda a progresar en nuestra vida de fe.

SALMO RESPONSORIAL: 78
R. / Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.

Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles
a las fieras de la tierra. R.

Derramaron su sangre como agua
 en torno a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera? R.

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R.

Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Después de recordar lo que Dios había hecho en tiempos antiguos en favor a Israel, el salmista se lamenta por la situación presente de aflicción y opresión y pide a Dios que tenga compasión de su pueblo.
En la calamidad o en la prosperidad la persona debe reconocer la soberanía y santidad de Dios y recordar que siempre está en sus manos y en su amor.


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 10,13-16

“Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado”

En aquel tiempo, dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el momento en que Jesús decide entrar en Jerusalén, siente el rechazo en la ciudad de Samaria y se retira a otro poblado… Ahora lo encontramos hablando a las ciudades; en particular se dirige a Corozaín y Betsaida, ciudades de la provincia de Galilea cercanas al lago de Tiberíades.

Hasta ahora Jesús ha estado en la periferia; su predicación y misión iban dirigidas a quienes lo habían seguido en su itinerario. Así mimo, hace referencia a Tiro y Sidón, ciudades paganas en el extremo norte, en territorio fenicio; ciudades que no profesaban la fe en el Dios proclamado por Jesús, y que fueron testigos de la misericordia comunicada por Jesús.

La comparación es de dos en dos: si en Tiro y Sidón hubieran ocurrido los hechos acontecidos en Corozaín y Betsaida, hace tiempo hubieran aceptando el Reino.
Jesús habla de un juicio, un concepto conocido e interiorizado por los judíos, el cual será más ligero para las ciudades paganas que para quienes han visto el actuar a Jesús, ha experimentado de su amor y misericordia, de quienes han visto su Gloria.

ORACIÓN

Señor, muchas veces hemos retrocedido en el caminar espiritual y nos “enfriamos”, porque dejamos de lado el encuentro intimo contigo, la biblia y la comunidad. Nos volvemos de nuevo intolerantes y descuidados en nuestras relaciones interpersonales. Ayúdanos por favor para que esto no suceda, pues sin tu cobertura perderemos la luz. Amén      

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