Fiesta de los Santos
Ángeles Custodios
“LOS(AS) SERVIDORES(AS) DE JESÚS ALIMENTAN, CUIDAN Y
PROTEGEN AL PUEBLO”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 3, 20-23
Por lo tanto, yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas
las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón los dejará
salir. Además, yo haré que los israelitas se ganen la buena
voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las manos
vacías. Cada mujer pedirá a su vecina, o a cualquier otra mujer
que viva con ella, que le dé objetos de plata y de oro, y vestidos, con los que
ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo
que tengan. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En la fiesta de hoy
sobre los ángeles, debemos tener claro, su existencia como servidores y
mensajeros de Dios, que le pertenecen a Cristo, y fueron creados por Él y para
ÉL. Su fin último es la de ser adoradores del Dios vivo.
En la primera lectura,
Dios promete a Moisés, su compañía,
asistencia y protección a través de un ángel para cuando tengan que entrar en
Canaán. El ángel acompaña y custodiará al pueblo para que cumpla fielmente el
plan de Dios. En un sentido espiritual y práctico para nosotros hoy, la misión
del ángel protector consiste en acompañarnos, defendernos y protegernos en las acechanzas del mal, e
interceder por nosotros, ante Dios en momentos de dificultad. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 90
R./ Que se me pegue la
lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Junto a los canales de
Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus
orillas
colgábamos nuestras
cítaras. R.
Allí los que nos
deportaron
nos invitaban a
cantar;
nuestros opresores, a
divertirlos:
"Cantadnos un
cantar de Sión." R.
¡Cómo cantar un
cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti,
Jerusalén,
que se me paralice la
mano derecha. R.
Que se me pegue la
lengua al paladar
si no me acuerdo de
ti,
si no pongo a
Jerusalén
en la cumbre de mis
alegrías. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS
A SU CONTEXTO
Exhortación a tener confianza absoluta en la protección de Dios, en medio
de toda clase de peligros y dificultades.
La enseñanza de Jesús que nos invita a llamar a Dios “Padre nuestro”,
hace aún más íntimo el sentimiento de confianza filial.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 18, 1-5,10
En aquel momento, se
acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el más
importante en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo
puso en medio y dijo:
«Os aseguro que, si no
volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el
que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los
cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar
a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en
el cielo el rostro de mi Padre celestial. »
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio el
tema central no son los ángeles, sino la invitación de Jesús, desde la
comunidad de Mateo a un cambio de mentalidad, es decir, toma a la conversión
del Reino de Dios. Para ellos se vale de
la imagen de los niños, cuya conducta se caracteriza por su sencillez,
confianza y dependencia de sus padres o mayores. “Ser como niños”, según el
evangelio consiste en asumir las exigencias del discipulado en Jesús. Los “pequeños” son los predilectos del Señor,
sus ángeles custodios ven siempre el rostro de Dios y están muy próximos a Él.
Por eso, los discípulos de Jesús, en lugar de despreciar a los pequeños deben
tratar de ser como ellos. Actualmente los ángeles se han puesto de moda.
Libros, imágenes de todos los materiales posibles, joyas, cursos que enseñan a
hablar con ellos, centenares de clubes o asociaciones de fieles, librerías
especializadas y negocios para coleccionistas. Quizás el hombre actual, cansado
de bienes materiales, desilusionado de los grandes proyectos filosóficos y
políticos, reacciona huyendo hacia el esoterismo, la superstición, la magia y
el satanismo. Tal vez, el éxito alcanzado en estos años por los ángeles está
indicando la aspiración de salvación de quien se siente vacío y oprimido por la
soberbia tecnológica y la insignificancia existencial. Por esto, debemos tener
mucho cuidado, pues podemos caer en el gran error de dar a los ángeles
atribuciones que no les corresponden, elevarlos a un lugar de semidioses,
convertirlos en un fetiche o en amuletos de la buena suerte que nos hacen caer
en la idolatría.
ORACIÓN
Señor, cuando hemos decido servir a un Dios tan
bueno, Tú lo permites, nos das muchas herramientas, a través de tu Palabra para
hacerlo como corresponde. Llénanos de la luz del Espíritu para que impregnados(as) de tu amor
logremos ser respuesta eficaz para
quienes necesitan de tu alimento,
cuidado y protegidos. Amén.
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