“LA FE NOS HACE DISCÍPULOS(AS) ACTIVOS(AS) Y COMPROMETIDOS(AS)”
PRIMERA LECTURA
HABACUC 1, 2-3; 2, 2-4
“El justo vivirá por
su fe”
¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me
escuches?
¿Te gritaré: "Violencia", sin que me
salves?
¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras
trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?
El Señor me respondió así: "Escribe la
visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido.
La visión espera su momento, se acerca su
término y no fallará;
si tarda, espera, porque ha de llegar sin
retrasarse.
El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo
vivirá por su fe." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El profeta Habacuc nos
pone en el contexto del diálogo entre el profeta y Dios, donde el primero toma
la iniciativa y pregunta a Dios por la raíz del mal y el sufrimiento que lo
rodea. La injusticia, la violencia y la desigualdad parecen convertirse en la única
forma de vivir de la sociedad en muchos momentos, no sólo de la historia del
pueblo de Dios, sino también de la historia de la humanidad. La queja del
profeta es clara: no hay justicia; se vive en una violación sistemática de los
derechos básicos provocados por la anomia y la confusión de su tiempo. Sin
embargo, la respuesta del Señor, ante la situación, no se hace esperar. El Dios
de la historia y la creación hace un llamado al “justo” a la fidelidad y a la
confianza. Dios se encuentra con el ser humano en la justicia, en la
resistencia pacífica y en la esperanza del ser humano en él.
SALMO RESPONSORIAL: 94
R. /Ojalá escuchéis
hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón
como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron
a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras." R.
OREMOS CON EL SALMO Y
ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Canto litúrgico que expresa
la alegría del pueblo fiel al Señor, e invitación universal a reconocer la
gloria y el poder de Dios. Nuestra liturgia también debe ser expresión de la
alegría que nace de nuestra fe en la obra salvadora de Dios en Cristo. La
invitación universal es más actual gracias al Evangelio. El juicio anunciado es
juicio salvador.
SEGUNDA LECTURA
2Timoteo 1, 6-8. 13-14
“No te avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor”
Querido hermano:
Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te
impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un
espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del
Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten delante la visión que yo te di con mis
palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús.
Guarda este precioso depósito con la ayuda del
Espíritu Santo que habita en nosotros.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la segunda carta a Timoteo el autor nos
presenta de dónde procede el ser apóstoles del Señor: del plan divino de la
salvación de Dios. Los creyentes hoy estamos exigidos a tomar conciencia que
hemos recibido del Señor el don de la fe, de la fortaleza y de la caridad; por
tanto, este don recibido demanda una respuesta oportuna. Ante la situación tan
compleja, adversa y confusa de nuestra situación mundial, los carismas del
Espíritu del resucitado se nos dan para dirigir a la comunidad humana con
valentía y dar testimonio de la liberación y salvación del Señor. Dichos dones
recibidos de la gracia de Dios, son también, tarea humana, y necesitan ser
cultivados e incrementados constantemente para evitar caer en el absurdo y la
desesperanza.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17, 5-10
“¡Si tuvierais fe ... !”
En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al
Señor: "Auméntanos la fe." El Señor contestó: "Si tuvierais fe
como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y
plántate en el mar." Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro
trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de
vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis:
'Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y
beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo
mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:
"Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el texto de Lucas vemos a los discípulos, conscientes de
su poca fe, de su incapacidad para dar su adhesión plena a Jesús y a su
mensaje. Por eso le piden que les aumente la fe. Jesús constata en realidad que
tienen una fe más pequeña que un grano de mostaza, semilla del tamaño de una
cabeza de alfiler. No dan ni siquiera el mínimo, pues con tan mínima cantidad
de fe bastaría para hacer lo imposible: arrancar de cuajo con sólo una orden
una morera y tirarla al mar. Este mínimo de fe es suficiente para poner a
disposición del discípulo la potencia de Dios. O lo que es igual: si siguierais mi camino, si
vivierais según el evangelio, tendríais la fuerza de Dios para cambiar el
sistema.
En este evangelio la comunidad de Lucas hace alarde de ser
adelantados o crecidos en la fe, aspirando a tener más fe . Por su parte, les
advierte sobre los vacíos y debilidades que tienen en el crecimiento de su fe.
Una fe que ni siquiera tiene el tamaño de las semillas más pequeña del campo.
La fe de los discípulos naufraga en la cotidianidad de la vida, pues en la
práctica terminan actuando de la misma
manera que un dueño de esclavos. Hacia el final de la lectura, recibimos el
llamado a ser cumplidores del deber
actuando como simples administradores o servidores, no como dueños. Se trata de
una lección de humildad, reconociendo que no somos indispensables. Esto
significa que hemos de seguir las luces del Espíritu del Señor renunciando a
pretensiones de intereses personales, de fama, poder, y lucro. Las tres lecturas
de hoy se articular en torno a la centralidad de la fe, asumida y vivida en un contexto de injusticia, violencia,
divisiones, rivalidades, y liderazgos distantes de los valores del Evangelio.
Es ahí donde reconocemos la fuerza renovadora
y liberadora de la fe.
ORACIÓN
Señor, en medio de un mundo difícil, nuestras fuerzas se
pueden agotar y sentimos que la se debilitada, por eso como tus seguidores y
seguidoras te pedimos que nos des más fe, para mantenernos comprometidos(as) en
tu causa, con la certeza que, en tu sabia voluntad los árboles se moverán. Amén
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