martes, 1 de octubre de 2013

Martes 08 de Octubre de 2013

“ACOGER LA PALABRA DE DIOS EN ACTITUD DE DISCÍPULO”

PRIMERA LECTURA
JONÁS 3,1-10

Los ninivitas se convirtieron de su mala vida, y Dios se compadeció”

De nuevo vino la palabra del Señor sobre Jonás: "Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo." Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.

Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: "Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos." Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Son tantos los ejemplos de dureza del corazón humano ante el llamado de Dios, son tantas las oportunidades en que los profetas parece que predicaron en el vacío, son tantas, en fin, las ocasiones en que la rebeldía se impone sobre la sensatez, que hoy no podemos sino alegrarnos de que los ninivitas hayan aceptado la palabra de Jonás. Por una vez, funcionó. El ejemplo de la conversión de estos paganos, que fueron capaces de oír a un profeta de una religión que no era la suya, fue citado más de una vez por Jesús. "Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí."Mateo 12, 41, y también dijo: "de la misma manera que Jonás vino a ser una señal para los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación." Lucas 11,30.

Dios hizo fecundo a Jonás. Notemos que el común denominador en la Biblia, es que prácticamente a los profetas la gente no los oye: Isaías, Jeremías, Ezequiel; Samuel, lo que encontramos son profetas que no fueron escuchados. Jonás fue la excepción, fue un ministerio excepcional, después de haber traicionado su vocación, fue un ministerio muy humilde, valioso ante los ojos de Dios, y Dios le hizo fecundo, aunque hubiera resbalado.
Entendamos que Dios permanece y que Él puede bendecir nuestras palabras, que nuestro Dios es el Dios que resucita a los muertos, cambia nuestras realidades, está por encima de toda situación, nuestro Dios es el que nos hace nacer de nuevo y siempre nos da otra oportunidad.

SALMO RESPONSORIAL: 129
R. / Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resisitir?

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
 de todos sus delitos. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Humilde reconocimiento del pecado y acto de confianza en el perdón de Dios para el salmista y para todo el pueblo. Con la misma convicción de que todos necesitamos el perdón de Dios, podemos hacer nuestras las palabras del salmista. En Cristo, Dios concede a todos el perdón.    


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 10,38-42

“Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la mejor parte”

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano." Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."  Palabra del Señor.

REFLEXIÒN
El episodio de Jesús en casa de Marta pone de manifiesto la inconveniencia de dejar que se enrede nuestra vida en demasiadas preocupaciones. La lectura nos sitúa en el nivel de la vida y las relaciones cotidianas de dos hermanas que actúan con Jesús de modo diferente. A Marta le absorben los quehaceres domésticos de la casa, como puede sucederle a muchos hombres y mujeres hoy en nuestras comunidades y en nuestras parroquias. En cambio, María asume el camino de discípula, que, poniéndose a los pies de Jesús, expresa su deseo de seguirle y de escuchar su palabra. María hizo la mejor elección. Jesús no subvalora la labor de Marta. Con Jesús incluso habría que recriminar a quienes no valoran el trabajo arduo y abnegado de las mujeres en la dirección de sus hogares y a quienes consideran su trabajo como inferior y de menor valor al de otras personas. Pero queda de manifiesto que, como cristianos, el discipulado es como una carta de navegación que debe orientar por el buen camino todo lo que hagamos o digamos. Con Marta miremos hacia María para aprender que, a los pies de Jesús, comienza nuestro discipulado al servicio de la familia y de la sociedad.

ORACIÓN

Cuando reconocemos tu Palabra, Señor, y nos disponemos a escucharla y sentirla encontramos paz, aliento e instrucción para la acción. Ayúdanos por favor a ser oidores (as), aquietándonos y atendiendo a tu amorosa sabiduría y enseñanza instrucción. Amén    

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