viernes, 1 de marzo de 2013

Sábado 23 de Marzo de 2013


 Sábado 5ª semana de Cuaresma

“LLAMADOS A CREER EN JESÚS COMO EL ENVIADO DEL PADRE”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 37,21-28

“Los haré un solo pueblo”

Así dice el Señor: "Yo voy a recoger a los israelitas por las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar. Los haré un solo pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías. No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes. Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra.

Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la que habitaron vuestros padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos; y mi siervo David será su príncipe para siempre. Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Pocos textos como la lectura de Ezequiel en este día resumen tan preciosamente las promesas de Dios, que ciertamente desbordan nuestros anhelos y los sacian de cielo. Mira cuántas cosas nos promete el Señor por boca de este profeta: el cumplimiento de las promesas hechas al pueblo de la alianza; la reconciliación y la unidad, la victoria sobre la idolatría, el fin de la tiranía del pecado, una nueva pureza, estado de amistad y amor con Dios, dulzura en una paz estable y duradera, gloria entre todos los pueblos. Si examinamos estos bienes maravillosos notamos que comprenden dos momentos básicos: la sanación de las heridas del mal y la consolidación en la obra del bien. Y eso es la Pascua, eso es lo que el Señor ha querido darnos con la muerte de Cristo, en la que nuestros males han muerto y con la Resurrección de Cristo, en donde ha encontrado cimiento y fuerza toda bendición.

SALMO RESPONSORIAL: INTERLECCIONAL: JEREMÍAS 31
R. / El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
"El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño." R.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 11,45-57

“Para reunir a los hijos de Dios dispersos”

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: "¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación." Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: "Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera." Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: "¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?" Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Fariseos, escribas y autoridades religiosas, han firmado la sentencia de muerte de Jesús. Identifican la supervivencia del pueblo con la suya propia. Así justifican su oportunismo político y la injusticia que cometen. La actividad de Jesús en favor de los que ellos marginaban y excluían los interpela seriamente. La denuncia la está haciendo el mismo Dios que trabaja en la historia. Pero ellos ahogan todo cuestionamiento matando al enviado de Dios. Esta manera de argumentar de los poderosos para justificar la opresión que realizan se repite una y otra vez en la gran historia. Sin embargo, les fallaron los cálculos. Mataron a Jesús, pero su causa continuó viva en medio de cuantos ansían la libertad y la justicia.

Básicamente el punto parece ser que el Evangelio de la gracia allanaba de tal manera el encuentro con Dios, Padre de amor y perdón, que hacía superfluo todo el montaje de conveniencias y alianzas humanas, todo el tejido de afectos y pactos de familia que habían logrado construir esas "autoridades". Los saduceos, con su descarada camaradería con los romanos, y los fariseos, ebrios de su vanidad de fachada religiosa, veían espantados que Dios estaba demasiado cerca y que todo lo que ellos habían levantado con el esfuerzo de una vida se venía al suelo ante la noticia de un amor sanador, perdonador, gratuito y bello como el que ofrecía Jesús. Aceptar a Jesús implicaba renunciar a la tarea de toda su vida. Y, como dijo el Señor, querían "conservar" su vida... y por eso la estaban "perdiendo". Resultaron capaces de sacrificar al autor de la vida por no perder lo que habían pretendido con su labor y su amor a sí mismos.

ORACIÓN
Señor a través de tu Palabra descubrimos que tu diste respuesta a la necesidad de que  murieras para que los dispersos y apartados de Dios se volvieran al Padre, por eso te sacrificaste. Ayúdanos como comunidad a celebrar tu paso por nuestra vida, como fruto de tu amor y entrega, porque ahora podemos comunicarnos con el Padre gracias Ti. Amén     

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