Sábado
Santo
“¡OH FELIZ CULPA QUE
MERECIÓ TAN GRANDE REDENTOR!”
PRIMERA
LECTURA:
GÉNESIS
1,1-2,2
“Vio
Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno”
REFLEXIÓN
Toda
la creación es la obra del amor de Dios Padre que quiso preparar para el hombre
un lugar hermoso y adaptado a su dignidad de imagen de Dios. Al ser humano le
corresponde el compromiso de continuar y conservar esta creación.
SALMO
RESPONSORIAL: 103.
R.
/Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Bendice,
alma mía, al Señor;
¡Dios mío, qué grande eres!
Te
vistes de belleza y majestad,
la
luz te envuelve como un manto. R.
Asentaste
la tierra sobre sus cimientos,
y
no vacilará jamás;
la
cubriste con el manto del océano,
y
las aguas se posaron sobre las montañas. R.
De
los manantiales sacas los ríos,
para
que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y
entre las frondas se oye su canto. R.
Desde
tu morada riegas los montes,
y
la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces
brotar hierba para los ganados,
y
forraje para los que sirven al hombre. R.
Cuántas
son tus obras, Señor,
y
todas las hiciste con sabiduría;
la
tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice,
alma mía, al Señor! R.
SEGUNDA
LECTURA:
GÉNESIS
22, 1-18
“El
sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe”
REFLEXIÓN
La lectura de la salvación de Isaac nos coloca
frente a las exigencias de la experiencia de fe de Abraham: aceptar que sólo
Dios sabe cómo dirige la historia de salvación. De la misma manera que para el
pueblo de Israel, para nosotros nuestra historia se funda única y exclusivamente
en la voluntad de aquél que libremente dispone de la historia, y en virtud de
esa libertad dejó vivir a Isaac.
TERCERA
LECTURA:
ÉXODO
14, 15-15, 1:
“Los
israelitas en medio del mar a pie enjuto”
REFLEXIÓN
Los israelitas eran esclavos en Egipto, eran un
pueblo sometido a otro pueblo. Pero Dios vio la miseria y las penalidades del
pueblo, escuchó sus clamores y le abre un camino de salvación al pueblo esclavo
y salva a Israel del poder del faraón.
Esta tercera lectura en el marco del relato del paso
prodigioso del mar Rojo, por parte del pueblo de Israel, luego de haber sido
liberado por Dios del poder del faraón. El paso del mar aparece a los ojos de
los protagonistas como una impresionante revelación del Dios que guía el curso
de la historia. Este relato concluye con tres verbos fundamentales: El pueblo “
vió”, “temió” y “creyó”, verbos que reaparecen en las narraciones evangélicas
de la resurrección de Cristo.
CUARTA
LECTURA:
ISAÍAS
54, 5-14
“Con
misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor”.
REFLEXIÓN
Esta
cuarta lectura nos introduce en el ciclo de las profecías. Este texto
constituye lo que se ha llamado “el cántico de amor de Yavhé” por su pueblo,
por su esposa, que es la Iglesia.
Las
infidelidades de Israel y su sufrimiento en el destierro, a causa de su
desobediencia a su Esposo, han quedado en un segundo plano; es un pasado
cancelado ( perdonado), por el inmenso amor del
Señor, el Dios fiel, que se une a su pueblo con una alianza nueva que no
puede fallar porque esta cimentada en su misericordia. Esta profecía es ya el
anuncio, de la pasión salvadora de nuestro Señor Jesucristo.
SALMO
RESPONSORIAL: 29
R/Te
ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te
ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se
rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando
bajaba a la fosa.R.
Tañed
para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un
instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la
mañana, el júbilo. R.
Escucha,
Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.
QUINTA
LECTURA:
ISAÍAS
55, 1-11:
“Venid
a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua”.
REFLEXIÓN
Esta
profecía halla su inspiración en la experiencia del pueblo de Israel en el
destierro, donde pasaron unos duros momentos de extrema pobreza. La ausencia de
pan y de agua, expresa globalmente la privación de lo más esencial de la vida. El
pueblo se encuentra en una situación de muerte que parece definitiva. Es
entonces cuando el Señor, por boca del profeta, hace una invitación que puede
parecer paradójica: “ Vengan todos los sedientos, vengan por agua y compren de
balde”. En esta agua dada gratuitamente, está prefigurado el don del Espíritu
que manará del costado de Cristo, inundando a la Iglesia naciente y a toda la
humanidad.
SEXTA
LECTURA:
BARUC
3, 9-15. 32-4, 4
“Caminad
a la claridad del resplandor del Señor”.
REFLEXIÓN
Esta
otra profecía del profeta Baruc es un himno que exalta la belleza y la fuerza
de la Palabra de Dios, ella es fuente de la vida, el don más precioso que el
Señor ha dado a su pueblo. Pero los suyos la olvidaron, no la acogieron. De
ahí, todas las calamidades sufridas por el pueblo. Pero no hay que quedarse en
lamentos, sino hay que avivar en el corazón la certeza de la eterna
misericordia y fidelidad de Dios que no retira su don: todavía es posible
volver a las Palabra; es más, este es el único camino para hallar de nuevo la
paz, la sabiduría, la verdadera alegría y la vida plena.
SALMO
RESPONSORIAL: 18, 8. 9. 10, 11
R/Señor,
tú tienes palabras de vida eterna.
La
ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
Los
mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es
límpida y da luz a los ojos. R.
La
voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R.
Más
preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal
que destila. R.
SÉPTIMA
LECTURA:
EZEQUIEL
36, 16-28:
“Derramaré
sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo”
REFLEXIÓN
Esta
séptima profecía contiene una declaración y ordenanza (oráculo), que deja de
manifiesto los claros contrastes entre el modo de actuar del hombre y el de
Dios. Con su infidelidad a la alianza, Israel ha contaminado la Tierra Santa,
recibida como don, haciéndose indigno de ella y llevado al destierro, a
profanado el nombre del Señor entre los gentiles. Pecado tras pecado.
Aplastado
por su perversidad, no ve salida a su situación. Entonces, sin mérito alguno de
parte del pueblo interviene la gratuidad del amor misericordioso de Dios. Al
pueblo disperso y dividido le promete la vuelta a su patria. Se trata de una
“Nueva Alianza”, que tiene como característica distintiva el hecho que
transforma al pueblo “ desde dentro” ,
“desde lo más profundo del corazón” para así superar el pecado, la herida el
vacío de manera radical. Se trata de una
nueva Pascua, que culmina en Jesucristo como una alianza definitiva.
SALMO
RESPONSORIAL: 41, 3. 5bcd; 42, 3. 4
Como
busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Tiene
sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R.
Cómo
marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios, entre cantos de jubilo y
alabanza, en el bullicio de la fiesta. R.
Envía
tu luz y tu verdad; que ellas me guíen
y
me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. R.
Que
yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son
de la cítara, Dios, Dios mío. R.
EPÍSTOLA
ROMANOS
6, 3-11
“Cristo,
una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más.”
REFLEXIÓN
El
apóstol Pablo nos enseña que por el bautismo también el cristiano pasa de la
muerte a la vida. Ese misterio pascual de Jesús, misterio de muerte y
resurrección es nuestro propio misterio, porque el cristiano, mediante el
bautismo, está muerto al pecado y vivo para Dios. En Cristo Jesús el cristiano
vive el misterio de Cristo muerto y resucitado cada día en los momentos de
tristeza y gozo, de enfermedad y salud, cuando pecamos y sentimos que Dios
Padre nos acoge con misericordia. Lo vivimos especialmente en los sacramentos.
Cada sacramento que recibimos es una reactualización del misterio Pascual.
LECTURA
DEL EVANGELIO:
LUCAS
24, 1-12
“¿Por
qué buscáis entre los muertos al que vive?”
El
primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando
las aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y,
entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban
desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos
refulgentes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron:
"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No esta aquí. Ha
resucitado. Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea: "El Hijo
del hombre tiene que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al
tercer día resucitar.""
Recordaron
sus palabras, volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los once y a los
demás.
María
Magdalena, Juana y María, la de Santiago, y sus compañeras contaban esto a los
apóstoles. Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron.
Pedro
se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas por el
suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La narración de la tumba vacía del Evangelio de
Lucas pone en la boca de los ángeles vestidos de blanco, el significado de la
Resurrección de Jesús para las mujeres que fueron al sepulcro al amanecer del
primer día de la semana, y para todos nosotros: no podemos buscar a Jesús entre
los muertos, porque está vivo, en medio de nosotros. Sólo nos corresponde
descubrir el rostro de Jesús en las miles de personas que pasan por la calle,
en los niños tristes y desnutridos, en las mujeres que necesitan un trozo de
pan para ellas y sus hijos; en el hombre maloliente que está a nuestro lado en
el templo, en todos los hombres y mujeres que por diferentes caminos buscan a
Jesús.
La tumba vacía no es una prueba de la resurrección
de Jesús, sino la pregunta que sólo tendrá respuesta cuando se logre vivir la
experiencia de Jesús resucitado.
Los apóstoles no creyeron en lo que las mujeres les
narraron. Entre los judíos las mujeres no eran personas creíbles: mucha mujer,
mucha mentira, se afirmaba entre los judíos. Mientras habían vivido la
experiencia de Jesús vivo, Pedro comprueba que la tumba está vacía, se asombra,
pero no ha logrado vivir la experiencia pascual.
ORACIÓN
Señor
venimos a decirte que eres nuestro Dios,
que sólo Tú eres grande, digno,
asombroso e inigualable. Nunca podremos en verdad entender cuánto costó
el haber asumido por nosotros las consecuencias de estar apartados de Dios. Tu
amor fue más allá de todo, te entregaste, fuiste defraudado, presionado,
enlodado por nosotros. Amor inigualable, Rey de bondad, danos cada vez más de
Ti porque anhelamos hacerte el dueño de nuestra vida. Amén
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