viernes, 1 de marzo de 2013

Martes 12 de Marzo de 2013


Martes 4ª semana de Cuaresma

“LA PALABRA DEL SEÑOR TIENE PODER PARA PERDONAR Y SANAR”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 47,1-9.12

“Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente”

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho. El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia levante. Midió mil codos y me hizo atravesar las aguas: ¡agua hasta los tobillos! Midió otros mil y me hizo cruzar las aguas: ¡agua hasta las rodillas! Midió otros mil y me hizo pasar: ¡agua hasta la cintura! Midió otros mil. Era un torrente que no pude cruzar, pues habían crecido las aguas y no se hacía pie; era un torrente que no se podía vadear. Me dijo entonces: "¿Has visto, hijo de Adán?" A la vuelta me condujo por la orilla del torrente. Al regresar, vi a la orilla del río una gran arboleda en sus dos márgenes.

Me dijo: "Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente. A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Uno de los profetas más audiovisuales, en el Antiguo Testamento, es Ezequiel, utiliza muchas imágenes para que queden grabadas en nuestra mente, sino recordemos a Ezequiel y la visión de los huesos secos. Hoy tenemos la imagen de un río que crece solo, y es un río que nace del templo, y es un río que lleva vida y que lleva salud a todas partes. Cuando el profeta Ezequiel imaginaba la nueva Jerusalén, veía brotar una fuente del umbral del mismísimo templo. No hay que tomar todos los detalles en sentido material, ya que son imágenes simbólicas. Dios anuncia aquí unos tiempos maravillosos: del Templo sale una fuente, cuyo curso crece hasta llegar a ser un torrente caudaloso. ¡ABUNDANCIA!

Dios no retiene sus bienes, los reparte generosamente. Se trata de una gracia tan abundante que no tiene precedentes, es un torrente que fertiliza el desierto y limpia las aguas del mar Muerto. En las riberas de este torrente crecen de nuevo los árboles de la vida, y que dan cada mes una nueva cosecha. El evangelio nos deja ver que ese verdadero templo es Cristo, cumpliéndose la visión del profeta, siendo fuente de agua viva y fuente de vida para otros y para nosotros.
  
SALMO RESPONSORIAL: 45
R. / El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 5,1-3.5-16

“Al momento aquel hombre quedó sano”

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: "¿Quieres quedar sano?" El enfermo le contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado." Jesús le dice: "Levántate, toma tu camilla y echa a andar." Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: "Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla." El les contestó: "El que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar." Ellos le preguntaron: "¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?" Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: "Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor." Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:

Este evangelio nos interpela a los que, de una forma u otra, nos sentimos inválidos, paralizados para el amor, la solidaridad, el trabajo por la justicia y la paz; inválidos a causa de las pasiones, odio, codicia, corrupción, egoísmo… Jesús encuentra y sana a un hombre que ha vivido postrado toda su vida, esperando la sanación milagrosa. La figura de este enfermo representa la masa de enfermos y marginados, excluidos de la fiesta. Jesús hace capaz de caminar por su cuenta, de elegir su propio camino, al paralítico que no podía ni moverse. Lo cura y salva con su Palabra, no precisamente con las aguas agitadas de la piscina. El inválido, con su integridad recobrada, se siente auténticamente libre. Jesús, con su actitud positiva y solidaria, comunica vida. Frente a la insolidaridad, Jesús transgrede la ley del sábado, y libera al inválido, aunque su liberación se ve amenazada por el legalismo de unos pocos. Jesús regenera a las personas inválidas y marginadas, Jesús les libera  y les devuelve la vida.

ORACIÓN
El encuentro contigo ha sanado nuestro ser, nos  ha devuelto la confianza en nosotros mismos(as), nos  sentimos perdonados(as) y gozosos(as) al contar con un Dios que nos hizo cargar la camilla para seguir avanzando por la vida contando con Él. Gracias Señor. Amén


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