martes, 1 de marzo de 2016

Jueves 31 de Marzo de 2016


“EL MAESTRO VIVO Y RESUCITADO QUIERE HACERNOS  SUS TESTIGOS”

 PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26

“Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos”
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilatos,  cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Seguimos en el contexto de la curación del paralítico. La gente está admirada y asombrada, por eso Pedro aprovecha la buena disposición para dirigirles una nueva catequesis sobre Jesús, en cuyo nombre ha curado al paralítico. Sus oyentes son judíos y por tanto Pedro argumenta a partir del Antiguo Testamento, de los anuncios de Moisés y los profetas, razonando la “continuidad” entre el “Dios de nuestros padres” y los acontecimientos actuales. Los discursos predicaciones de Pedro ayudan a leer la historia como Historia de la Salvación, que culmina en Cristo, y, después de la venida del Espíritu, en la constitución de la comunidad mesiánica reunida en torno al Señor. El Mesías anunciado ya ha venido, y es el mismo Jesús de Nazaret a quien Israel ha rechazado. Pedro interpela con lenguaje muy directo a los judíos, “al que vosotros entregasteis y rechazasteis… matasteis al autor de la vida” ¡Que contraste: han indultado a un asesino y han asesinado al autor de la vida! Aunque trata de disculparles: “Sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo”. Pedro, que ha madurado claramente en su fe, afirma ahora lo que nunca había entendido bien: que el Mesías tenía que pasar por la muerte y la cruz. Cuando Jesús se lo anunciaba, en vida, era Pedro quien más reacio se mostraba a aceptar ese mesianismo que predicaba Jesús, ahora, ya sabe que “el Mesías tenía que padecer”.

SALMO RESPONSORIAL: 8
R. / Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

¡Señor, dueño nuestro,
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. R.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Israel experimenta de manera especial la predilección de Dios cuando se ve atacado por o sus enemigos. El salmista pide también protección a Dios frente a sus propios adversarios. La iglesia y cada cristiano debe creer en el poder de Dios, que se manifiesta de diversas maneras. La presencia de Dios puede experimentarse también en el abatimiento. El Señor dijo a Pablo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se muestra mejor en los débiles “( 2º Cor. 12,9)
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48

“Así  estaba  escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día”
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La experiencia con el Resucitado, si es auténtica, debe compartirse. Cuando se socializa, la presencia del Señor en la comunidad se hace visible. Jesús certifica la experiencia de los discípulos de Emaús, revelándose en medio de su testimonio. En cierto sentido, es ese testimonio el que acarrea la manifestación del Señor. La presencia del Resucitado trae el don de la Paz. Pero este don, no disipa sus miedos y sus dudas, que degradan aquella presencia real a una presencia fantasmal. Ante esto, Jesús propone una manera nueva de reconocerle que pasa por “mirar” y “tocar” su humanidad transfigurada por la pasión. La vida entregada por amor, nos transforma de tal manera, que sin dejar de ser los mismos, nos hace irreconocibles. A través de este aprendizaje, la comunidad discipular, pasa del miedo y del temor, al gozo y al asombro. La palabra del Señor y el testimonio de la ley y los profetas, terminan de convencer a los discípulos y los cualifica como sus testigos. ¿Nuestra fe en el Resucitado es testimonial, se comparte? ¿La presencia del Señor, en medio de nuestras comunidades, se percibe como una presencia real o se ha degradado a un mero fantasma?

ORACIÓN
 Señor, no ha sido fácil vivir y entender tu sacrificio, perdona si no logramos comprenderlo muy bien, sobre todo rodeados de un mundo cargado de permisividad, libertinaje, facilismo y  confort. Señor que podamos asumir las dificultades, asumir la cruz como tú lo hiciste,  que nos diste el más grande ejemplo de entrega generosa con tu vida. Queremos resucitar contigo, y llevar y ser esperanza para otros; vivir el gozo y la alegría de nuestro encuentro contigo y que nuestra vida sea  testimonio vivo de tu presencia en nosotros.  Amén.


 “Una vez entendido el sentido de las Escrituras, hay que salir a llevar el Evangelio del Resucitado”

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