martes, 1 de marzo de 2016

Viernes 04 de Marzo de 2016


“ESCUCHAR A DIOS Y AMAR SIN EXCLUSIÓN”

PRIMERA LECTURA
OSEAS 14,2-10

“No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos”

Así dice el Señor: "Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle: "Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano."

Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará como el Líbano. Brotarán sus vástagos, será su esplendor como un olivo, su aroma como el Líbano. Vuelven a descansar a su sombra; harán brotar el trigo, florecerán como la viña; será su fama como la del vino del Líbano. Efraín, ¿qué te importan los ídolos? Yo le respondo y le miro: yo soy como un ciprés frondoso: de mí proceden tus frutos. ¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los caminos del Señor: los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Ante las amenazas, ¿qué hacer?. Resulta que los dos vecinos más grandes, más terribles eran Egipto y Asiria; los israelitas tuvieron esta tentación: "Cuando nos ataquen lo Egipcios nos aliamos con los asirios y cuando nos ataquen los asirios nos aliamos con los egipcios". Pero Dios quería una cosa distinta, Dios no estaba de acuerdo en que ellos estuvieran buscando esas alianzas. Dios quería, sobre todo, que los israelitas buscaran la alianza con Él y confiaran en Él, pero eso no es lo que ellos habían hecho y por eso ellos dicen la oración que leímos en la Primera Lectura.
Ahí escuchábamos: "No nos salvará Asiria: no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios la obra de nuestras manos". Porque ellos habían puesto su confianza en las alianzas con los grupos de poder, y ellos habían creído, que consiguiendo las armas fuertes de la época, es decir, los caballos, esa era el arma fuerte de la época, con eso ya tenían.  Y Dios les hace ver que si no tienen alianza con Él, entonces no importa que tengan las armas fuertes, no importa que tengan aliados fuertes, les va ir muy mal. Esta   enseñanza es también para nosotros. La fuerza no está en buscarse aliados que uno crea muy fuertes, la fuerza no está en buscarse armas que sean muy buenas, ahí no está lo principal; la verdadera fuerza está en Dios, en la alianza con Él.
Los israelitas, finalmente, no entendieron ese mensaje y finalmente, cuando ya estaban divididos, reino del sur y reino del norte, el reino del norte se perdió, se lo tragó vivo Asiria;  Israel de tanto estar buscando a ver quién le  protegía, con quién hacía alianza, Asiria lo desapareció y por eso sólo quedó el reino de Judá.
¿Qué fue lo que llegó hasta los tiempos de  Jesucristo? ¿Cuáles son nuestros aliados y en quién estamos poniendo nuestra confianza?. Los pactos no son lo más fuerte, ni las armas, lo más fuerte es Dios, y el que se vuelve a Dios de todo corazón, este encontrará el verdadero pacto y la verdadera fuerza.

SALMO RESPONSORIAL: 80
R. / Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.

Oigo un lenguaje desconocido:
"Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R.

Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO

En la primera parte de este Salmo (vs. 2-6). el salmista invita al pueblo a celebrar una fiesta y a recordar las lecciones de la historia, para poder obtener las bendiciones divinas. La segunda parte (vs. 7-17) contiene un oráculo que el Señor dirige a Israel, en un tono de reproche y de promesa. En él, le recuerda sus beneficios y sus exigencias (vs. 9-11), lo amonesta por su obstinación (vs. 12-13) y le promete toda clase de bendiciones si escucha su Palabra. La fiesta cristiana también es un recuerdo de la historia de liberación y una constante invitación a ser fieles a Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 12,28B-34

“El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás”

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El mandamiento más importante, el que lo resume todo, es el mandamiento del amor. Palabra que se dice fácilmente. Como pasa con muchas palabras, conceptos y categorías cuando se usan demasiado sin detenerse en su contenido preciso y profundo, la palabra “amor” ha perdido su verdadero significado y sus exigencias radicales. La expresión se utiliza para catalogar cualquier relación que muchas veces maquilla el egoísmo humano y las pasiones oscuras. Por eso vale la pena preguntarnos sobre lo que significa el amor. Jesús da grandes lecciones de amor no solo con sus palabras sino, sobre todo, con su vida. Revela el perdón y la misericordia para todos los seres humanos. Acoge a niños, mujeres, pecadores, adúlteras, publicanos y les brinda la oportunidad de la conversión a una vida nueva. Devuelve la salud y la esperanza a los enfermos. Se solidariza con las viudas y los empobrecidos. Enseña a compartir lo poco que se tiene para que se multiplique y alcance para todos. Lava los pies a los discípulos para mostrarles en qué consiste el servicio. Se entrega a la muerte por amor a su pueblo. Eso es el amor: servicio, perdón, reconciliación, compasión, solidaridad, justicia y, sobre todo, donación de sí mismo. ¿Qué signos del auténtico amor encuentras en tu vida y en la vida de tu comunidad?.

ORACIÓN
Gracias Señor, Dios Nuestro, por enseñarnos el verdadero sentido del amor, por tu amor infinito y perfecto, que se hace servicio, entrega, perdón, justicia, solidaridad, donación  hacia nosotros, danos fidelidad para ser tuyos, completamente tuyos,  y amarte a ti y a los demás  también como tú lo haces. Amén


“Cuando experimentamos el amor de Dios podremos invitar a otros a vivir en el amor”

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