lunes, 1 de febrero de 2016

FEBRERO 2016

“LA FALTA DE PERDÓN ENVENENA EL ALMA”

Cuantas veces no hemos escuchado, esta frase: “A esta persona no la pienso perdonar nunca, no se lo merece”. Afirmación que parece sonar satisfactoria, cuando en verdad es una intoxicación que poco a poco nos va envenenando el alma, por guardar rencor. Pensamos que negando el perdón a quien nos ofendió, tomamos venganza de esa persona y lo mantenemos preso en nuestra decisión de no perdón;  como pensamos que no se lo merece, simplemente lo estamos amarrando a nuestro rencor. Muchos vivimos cargando en nuestra cartera o bolso emocional un sinnúmero de cargas pesadas de personas que nos lastimaron, eso hace cada vez más lento y pesado  nuestro andar. Algunos corren la carrera de la vida con tantas cadenas, de odio, resentimiento, que se quedan atrás y no logran avanzar en su vida, y alcanzar la gracia o bendición que Dios les tiene preparada.  De ahí el acertado comentario de la carta a los Hebreos en su capítulo 12: “Si queremos seguir corriendo con paciencia la carrera que tenemos por delante necesitamos despojarnos de la carga pesada que nos estorba, especialmente del pecado que nos asedia”. La falta de perdón es la raíz profunda de muchas situaciones de amargura, tristeza, depresión y muchas enfermedades mentales y hasta físicas. Perdonar, es quedar libre, sentirme libre. El que no perdona es el que sufre, y nunca el ofensor. Eres tú el que estas preso y sigues atado si no perdonas, y no la persona a la que le niegas el perdón.  Deja hoy mismo tu bolso o cartera pesada por el resentimiento a los pies de aquel que supo perdonar tu ofensa, mi ofensa, y corramos libremente con paciencia hasta llegar a la meta. No sigas haciendo esa contabilidad peligrosa, de seguir llevando un registro exhaustivo de cada ofensa que has recibido. Puedes comprender que te sea difícil perdonar sino puedes ser perdonado por Dios. Si ese es hoy tu caso, urgentemente, acércate a Dios, pídele perdón, experimenta su inmenso amor misericordioso; pídele que en su Espíritu te de la fuerza y decisión para perdonar. Es increíble que conociendo los beneficios que trae el perdón todavía haya personas que se niegan a dar ese paso sanador y liberador, sólo porque no quieren dejar de odiar. Es como lo que decía alguien alguna vez: Estrellar la cabeza contra la pared y esperar que le duela al otro. NO, el único lastimado siempre serás tú, si no quieres dar el paso del perdón.  El primer bendecido al optar por el perdón eres tú. Así que a partir de hoy, “Anota las ofensas emocionales en la arena y las bendiciones espirituales en la roca”. Cuando sientas ganas de odiar y de vengarte recuerda o mira a Jesús en la cruz, allí encontrarás una fuerza maravillosa para derrotar el rencor y el odio; en la cruz encontraremos la verdadera sanación y liberación.

“LA FALTA DE PERDÓN, ES COMO TOMAR EL VENENO Y ESPERAR QUE EL OTRO SEA EL QUE MUERA”

Bendiciones para tu vida, tu familia y tu comunidad, en torno a este tema, para este nuevo mes.

Roberto Zamudio          

PROMESA BÍBLICA DEL MES

“ Y perdónanos,  como nosotros también perdonamos a nuestros deudores.” 

Lucas 11,4


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Buenos días Dios de la vida. Llegando al segundo mes de este año  no podemos dejar de darte gracias por todas las vivencias que nos has permitido tener. Sentimos y experimentamos que estás aquí, en nuestra realidad, acompañándonos en todas nuestras circunstancias y llevándonos a  reflexionar los frutos de la Misericordia, para nuestro crecimiento como hijos(as) tuyos(as). Nos damos cuenta  que el amor, es la base de la existencia humana, es la única y verdadera religión que Tú creaste.  Ayúdanos a que este primordial fruto que nos permite salir de nosotros mismos y darnos sin medida, que nos lleva a renunciar a nuestros propios anhelos, sentimientos,  necesidades y hasta entregar la vida, por el bien del otro, se desarrolle en nuestro ser, lo necesitamos tanto para transformar nuestras relaciones e ir sembrando paz y armonía. Que cada mañana de este mes también nos ayudes a interiorizar acerca del don del PERDÓN, necesitamos sanar nuestro interior, reconociendo que hemos errado, hecho daño a otros con acciones que no vienen de ti;  y que también otros nos han hecho daño, ayúdanos a curar nuestras heridas y liberarnos de  sentimientos que nos lesionan y lesionan a otros, que seamos capaces de mostrarles tu amor misericordioso, que nos lleva a vivir el verdadero perdón. Gracias Dios, por dirigirnos en este día y andar en nuestro camino. Amén 

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
  Señor, te buscamos en esta noche, con fuego en nuestro corazón. No podemos  dejar de hablarte antes de ir al descanso, necesitamos tanto de ti, de tu ternura, de tu Palabra, de tu Espíritu que nos hace conscientes de los pasos que hoy dimos, de nuestro  pensar,  hablar,  sentir,  actuar y  amar.

Ven Señor y controla todo nuestro ser, sánanos y ayúdanos  a seguir refugiados en ti, con la certeza que eres nuestro amigo y nuestro todo. Te entregamos el dolor y sufrimiento de tantos que tal vez hoy no encontraron consuelo, ni te buscaron para experimentar tu amor misericordioso que da fuerzas y levanta para continuar sin desfallecer, en medio de las dificultades. Trabaja en nosotros y guárdanos bajo tu amparo. Te amamos y nos disponemos para que continúes tu proceso de conversión en nuestra vida y en toda persona que así lo desee. Fórmanos como seres humanos sensibles al dolor y necesidades de los semejantes. Ayúdanos a reconocer nuestras fallas y a ponernos en los zapatos del otro, para que mañana podamos ejercer tu propuesta de amor y reconciliación. Te alabamos, te adoramos, te bendecimos y te damos gracias Señor Nuestro. Sé que velaras nuestro descanso. Amén     


SEGUNDO FRUTO DE LA MISERICORDIA: EL PERDÓN

Reflexionemos en este mes en torno a este fruto nacido de la misericordia que es el perdón. Entendiendo el perdón en la Biblia como un disculpar, no tener en cuenta la ofensa recibida y de hecho eximir de todo castigo la falta cometida. En el Nuevo Testamento la palabra griega que se traduce como perdón significa: “Dejar pasar, no guardar”, como cuando una persona renuncia a una deuda que se le tiene. El Señor Jesús uso esta comparación al enseñar a sus discípulos a orar: “Perdona nuestras deudas, como nosotros también perdonamos a quienes nos deben” (Lucas 11,4). Recordemos la parábola del esclavo que no mostró misericordia con su deudor, Jesús nos enseña que el perdón es como la cancelación de una deuda (Mateo 18,23-35). Podemos hablar de perdón cuando dejamos de guardar resentimiento y deseo de venganza y no buscamos pedir compensación por el daño que nos han hecho o por la pérdida que hayamos podido sufrir. La madre o fuente de donde nace el perdón es el amor, ya que el amor no lleva en cuenta el daño (1ra de Corintios 13,4-5). El perdón es un don o regalo perfecto que viene de Dios, su origen etimológico es “per : perfecto o ganancia, don : gracia o regalo”.

FALSAS INTERPRETACIONES SOBRE EL PERDÓN

1.      Perdono si olvido: Eso no es verdad, la única manera de olvidar es que le dé a la persona una enfermedad llamada amnesia. No se trata de hacer esfuerzos humanos para olvidar, se trata más bien que aún recordando la ofensa ya no me duele, y no siento deseo de vengarme.
2.      Aprobar siempre la ofensa: La Palabra de Dios no es para  masoquistas, bobos o tontos; es para mansos de corazón pero no para mensos ( Isaías 5,20).
3.      El verdadero perdón nacido del amor misericordioso, siempre es educativo y correctivo. No puedo seguir actuando como si el ofensor no hubiera cometido la ofensa. Te perdono o pido perdón pero si enseño y aprendo la lección y corrijo. Dios perdonó al rey David sus “graves pecados”, pero no lo libró de la corrección y consecuencias de su pecado ( 2Samuel 12,9-13).
4.       Dejar que los demás se sigan aprovechando de uno. Por ejemplo pensemos en un caso que puede ser muy real y de moda: Le presto un dinero a alguien, que es un mal administrador y mala paga, que de antemano sé que no me va a pagar; así  no estoy edificando a la persona sino que le estoy haciendo el mal de crearle más deudas, de atarlo cada vez más. Esta persona se siente esclavizada por las deudas, quizás hasta llega a reconocerlas, puede llegar hasta pedirme perdón. Nosotros podríamos o tendríamos que  perdonarlo, es más, en este que es el año de la Misericordia lo haríamos por amor venido de Dios, y más si se trata de un familiar, con mayor razón, podríamos hasta olvidar o cancelar la deuda por completo; pero esto no significaría estar otra vez dispuestos a prestarle en el futuro, si de verdad tenemos la sabiduría venida de Dios, ya que le causaríamos más daño. ( Proverbios 14,15; 22,3; Gálatas 6,7).     
5.      Perdonar sin una base sólida: Dios no perdona a quien no reconoce su error, se arrepiente y busca enmendar o resarcir el daño ocasionado (Proverbios 28,13; Hechos 26,20; Hebreos 10,26: Salmo 139,21).

HERRAMIENTAS QUE NOS PUEDEN AYUDAR A PERDONAR

1.      Recordar  lo que implica perdonar, considerar lo que sucedió, no negar que nunca pasó; sencillamente recordándolo, teniéndolo en cuenta que lo pasamos por alto.
2.      Pensar en lo beneficios que trae el perdón:  Dejar de sentirnos enojados, con deseos de venganza, perder la calma y la paz.  El perdón verdadero como lo decíamos antes viene o es nacido de Dios, entonces de tal manera, definitivamente se convierte en toda una medicina sanadora, restauradora y liberadora, que nos hace más felices (Proverbios 14,20; Mateo 5,9). Y quizás lo que es más importante: “Perdonar es imprescindible para que Dios me perdone a mí” (Mateo 6,15).
3.      Ser más comprensivos: Todos somos imperfectos (Santiago 3,21). Si deseamos que los demás perdonen nuestros pecados, nosotros también perdonemos a los otros (Mateo 7,12).
4.      Si entendemos que ninguno de nosotros somos perfectos, seamos más tolerantes con el otro, más, si el error es de poca importancia, pongamos en práctica el siguiente consejo sabio de la Biblia: “Sopórtese unos a otros” (Colosenses 3,13).
5.      No reciclemos o guardemos las ofensas que se van a convertir cada vez en heridas más profundas; actuemos con la medicina del perdón de inmediato (Efesios 4,26-27)   
ALGUNOS TEXTOS BÍBLICOS PARA REFLEXIONAR SOBRE EL PERDÓN     

-          Efesios 4,32
-          Mateo 6,14
-          Colosenses 3,13
-          2da Crónicas 7,14
-          Miqueas 7,18
-          Salmo 86,5
-          Proverbios 17,9
-          Hechos 13, 35-39
-          1ra Juan 2,2
-          Efesios 1,7
-          Hechos 2,38

En síntesis el perdón nace del amor; y el amor viene de Dios, total sin Dios no se puede o es imposible perdonar. El gran reto del creyente en Dios para todos los tiempos es: “VIVIENDO EL AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS ATREVERNOS A PERDONAR, CONVIRTIENDO ESE AMOR-PERDÓN EN SERVICIO A LOS DEMÁS”. No hay color político, ideología, filosofía, credo, doctrina, religión, más veraz y segura que me lleve al camino directo, a la verdadera felicidad que estas tres acciones.    

           

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