lunes, 1 de febrero de 2016

Viernes, 26 de Febrero de 2016


“CUANDO EL EVANGELIZADOR SE VUELVE INCÓMODO ”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 37,3-28

“Ahí viene el de los sueños, vamos a matarlo”
Israel amaba a José más que sus otros hijos, porque le había nacido en la vejez. Por eso mandó que le confeccionaran una túnica especial de mangas largas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre a Siquén. Israel dijo a José: "Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos."
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: "Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños." Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: "No le quitemos la vida." Y añadió: "No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él." Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos: "¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra." Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Éstos se llevaron a José a Egipto. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Los viernes de Cuaresma nos van preparando para el viernes de la Semana Mayor; cada viernes de Cuaresma es como una pequeña estación que hacemos para mirar con detención a la cruz, para mirar la muerte del Señor.  Y esas son las lecturas que haremos, lecturas que nos hablan de traición, de persecución y de muerte; que nos muestran como ya en el Antiguo Testamento, aunque veladamente, se iba anunciando cuál va a ser el camino de la salvación y se nos iba enseñando que ese camino pasa por la traición, por el destierro, por la muerte.

Las dos lecturas de hoy, nos presentan un cuadro triste, el cuadro de la envidia. Los hermanos de José, hijos de Jacob, como él, le han oído a este muchacho unos sueños, eran unos sueños extraños y más bien antipáticos. José, por ejemplo, soñó alguna vez que sus hermanos eran como espigas y que todos se inclinaban ante él. Los hermanos estaban fastidiados con que José se considerara tan importante, le envidiaban, a tal punto que lo odiaban y  estaban dispuestos incluso a matarlo, y por poco hacen.
Pero veamos como los planes perversos de los hermanos de José, terminan convirtiéndose en un camino de salvación para ellos mismos y para el plan de Dios. Y así como esclavo fue José a tierra de Egipto. Las intenciones de los hermanos no eran intenciones buenas, sino perversas; pero Dios se valió de esas intenciones perversas para abrir un camino de salvación,  si José no hubiera llegado a Egipto, no hubiera interpretado los sueños del faraón y seguramente los egipcios tampoco hubieran hecho bodegas, ni hubieran almacenado alimento. Los sueños de José  hicieron que los hermanos odiaran a José; casi  lo llevan a la muerte, pero por esos benditos sueños, José supo que venía un hambre terrible, y José llegó a ser el administrador de Egipto. Dios sabe transformar las cosas malas en cosas buenas. José permaneció pegado a Dios, y Dios le transformó una desgracia terrible en una oportunidad magnífica.
Dios no  nos va a suprimir las luchas y los odios que nos rodean, por arte de magia, pero, a través de esos mismos odios, a través de esas mismas luchas, Dios va abriendo un camino sorprendente, muchas veces un camino inesperado. No sabemos qué está preparando Dios y Dios sabe preparar sorpresas que nadie se imagina, hay que dejarnos acompañar por  Dios, hay que seguir pegados de Dios, sin murmurar, sin juzgar, sin maldecir, sin condenar, seguros de que Dios tiene fuerzas inesperadas y sigue mostrando en las cosas pequeñas y grandes que aquél que pone su confianza en Él, no saldrá defraudado.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R. / Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R.

Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R.

El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este Salmo “histórico” es la proclamación de las maravillas que realizó el Señor para la salvación de su Pueblo. Las acciones divinas se enumeran a partir de la Alianza de Dios con Abraham (vs. 8-9), y el designio salvífico es presentado como una prueba constante de la fidelidad de Dios, que lleva a su cumplimiento las promesas hechas al Patriarca (vs. 44-45). La alabanza, la acción de gracias y la obediencia a los preceptos divinos deben ser la respuesta de Israel a la obra de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 21,33-43.45-46

“Éste es el heredero: venid, lo mataremos”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"
Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos." Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El conflicto de Jesús con las autoridades religiosas judías se agudiza. La parábola llamada “los viñadores asesinos” coloca el punto de quiebre con escribas y fariseos. Quienes han detentado el poder político y religioso en el pasado de Israel rechazaron y asesinaron a los profetas que denunciaron las injusticias y violencias contra los pobres, los forasteros, los huérfanos y las viudas. Ahora ellos también buscan eliminar a Jesús, el Hijo, enviado del Padre para denunciar la falsedad de su sistema religioso-político y anunciar la irrupción del Reinado como Dios como propuesta alternativa de vida abundante para todos. Cuando el evangelizador se vuelve incómodo porque interpela y confronta entonces es necesario aniquilarlo, desaparecerlo, desprestigiarlo para que no siga siendo estorbo. Cuando una propuesta social o, incluso, eclesial se muestra como alternativa novedosa, fundada en la equidad, la dignidad y la justicia hay que detenerla y “se vale todo”. ¿Qué signos proféticos como los de Jesús descubres hoy en tu medio social y eclesial?

ORACIÓN
Señor, es evidente que este mundo se mueve en medio de la injusticia de los opresores, especialmente  en contra de los más desprotegidos; te pedimos nos ayudes a luchar y trabajar por una realidad  más digna, justa, donde se viva la solidaridad, la equidad, la generosidad, el amor. Danos de la fuerza de tu Espíritu Santo para no cansarnos y desfallecer en el intento, a pesar de las circunstancias y danos el discernimiento para leer los signos y señales que se presentan en nuestra vida. Amén


“Jesús anhela que sus seguidores(as) continúen su obra luchando por la justicia social”

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