viernes, 1 de julio de 2011

Martes 5 de julio de 2011

“LOS COMBATES DE LOS SEGUIDORES(RAS) DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 32,22-32

“HE VISTO A DIOS CARA A CARA Y HE QUEDADO VIVO”

Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, sus dos esclavas y sus once hijos, y los hizo cruzar el vado del río Jaboc, junto con todo lo que tenía. Cuando Jacob se quedó solo, un hombre luchó con él hasta que amaneció; pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le zafó a Jacob mientras luchaba con él. Entonces el hombre le dijo:

--Suéltame, porque ya está amaneciendo.
--Si no me bendices, no te soltaré --contestó Jacob.
--¿Cómo te llamas? --preguntó aquel hombre.
--Me llamo Jacob --respondió él.
Entonces el hombre le dijo:
--Ya no te llamarás Jacob. Tu nombre será Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
--Ahora dime cómo te llamas tú --preguntó Jacob.
Pero el hombre contestó:
--¿Para qué me preguntas mi nombre?

Luego el hombre lo bendijo allí mismo. Y Jacob llamó a aquel lugar Penuel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo."

Ya Jacob estaba pasando de Penuel cuando el sol salió; pero debido a su cadera, iba cojeando. Por eso hasta el día de hoy los descendientes de Israel no comen el tendón que está en la coyuntura de la cadera, porque Jacob fue golpeado en esa parte.

REFLEXIÓN
Es un poco extraño el texto de la primera lectura de hoy, pero no es menos extraño que la compleja relación que nuestra voluntad suele tener con la voluntad de Dios.
Dios, nuestro Dios, nos hace fuertes para que le venzamos: esta es la gran paradoja. Le gusta ser vencido por aquello que, si él no nos lo diera, no tendría poder alguno sobre él. Y esto que nos da es la oración que brota de la fe, y la compasión que brota de sabernos amados sobre toda medida.
Tales son, pues, nuestras "armas" para ganarle a Dios: orar, creer, compadecer. No podemos tener misericordia sin asemejarnos a Jesús Compasivo. Y no podemos ser semejantes a él sin tener una participación en su poder.

SALMO RESPONSORIAL: 16
R: Con mi apelación, Señor, vengo a tu presencia.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,32-38

“LA COSECHA ES ABUNDANTE, PERO LOS TRABAJADORES SON POCOS”

Mientras los ciegos salían, algunas personas trajeron a Jesús un mudo que estaba endemoniado. En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía:
--¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!
Pero los fariseos decían:
--Es el propio jefe de los demonios quien le ha dado a este el poder de expulsarlos.
La cosecha es mucha
Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino, y curaba toda clase de enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos:
--Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla.


REFLEXIÓN:
El evangelio de hoy habla de la liberación de un hombre poseído por un demonio que lo mantenía mudo, acción que Jesús realiza como signo de la presencia del reino en medio de las injusticias. Sin lugar a dudas, este hombre simboliza la realidad del pueblo maltratado por el poder opresor. Es notable percibir cómo la misión de Jesús encontró sus principales detractores entre los dirigentes del pueblo. Jesús tuvo que enfrentar la implacable oposición de todos los grupos religiosos de su tiempo, debido, sobre todo, a sus denuncias de las injusticias contra los más pobres, encubiertas con falsedades. No es de extrañar que, entre algunos que se consideran “verdaderos religiosos” y “auténticos cristianos”, encontremos hoy ciertas oposiciones a propuestas alternativas de evangelización liberadora, cuando en realidad es obra de Dios. Indudablemente que proclamar y practicar la igualdad de derechos humanos inalienables y la justicia sigue sonando como satánico a mucha gente eminentemente religiosa. Necesitamos comprometernos radicalmente a ser apasionados del Reino de Dios.

ORACIÓN
Señor nos envías a ser constructores de tu Reino, a ser obreros de tu causa, Señor capacítanos, ayúdanos a cumplir la tarea, a no desistir, a no dejarnos llevar por otros proyectos, a ser anuncidores de buenas noticias, de tu Buena Noticia, y porque muchos otros también se unan a esta causa. Amén.

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