“LA LIBERACIÓN OBRA EN QUIEN SE ABRE AL ESPÍRITU”
ROMANOS 8,26-30
“A los que aman a Dios, todo les sirve para el bien”
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no
sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros,
con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los
corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu
ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo
aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. A los que de
antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su
Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y a los que Dios
destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo
justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la primera lectura, Pablo parece afirmar con suficiente claridad que
el universo físico no se limitará a ser simple espectador de la salvación y de
la gloria del hombre redimido, sino que también las compartirá. Esto es algo
que Pablo supone entre el universo y los creyentes. Si el ser humano ha
superado en Cristo el destino de maldición y de muerte, el resto de la creación
también lo superará. El proyecto salvador de Dios está abierto a todo el que
quiera recibirlo, y se trata de un don gratuito.
SALMO RESPONSORIAL: 12
R./ Confío, Señor, en tu misericordia.
Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío;
da luz a mis ojos
para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: "Le he podido",
ni se alegre mi adversario de mi fracaso. R.
Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio,
y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.
OREMOS CON EL SALMO
La confianza en el amor de Dios es el centro de la espiritualidad
de los salmos. Los cristianos debemos repetir con Pablo: “Tengo la certeza de
que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni
lo futuro, ningún poder creado, ni lo más profundo, ni ninguna otra
criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro
Señor” (Rom. 8,8-39)
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 13, 22-30
“Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa”
En su camino a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por
donde pasaba. Uno le preguntó: --Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Y él contestó:
Procuren entrar por la puerta angosta; porque les digo que muchos
querrán entrar, y no podrán. Después que el dueño de la casa se levante y
cierre la puerta, ustedes, los que están afuera, llamarán y dirán: 'Señor,
ábrenos.' Pero él les contestará: 'No sé de dónde son ustedes.' Entonces
comenzarán ustedes a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en
nuestras calles.' Pero él les contestará: 'No sé de dónde son ustedes. ¡Apártense
de mí, malhechores!' Entonces vendrán el llanto y la desesperación, al ver que
Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas están en el reino de Dios, y que
ustedes son echados fuera. Porque va a venir gente del norte y del sur, del
este y del oeste, para sentarse a comer en el reino de Dios. Entonces algunos
de los que ahora son los últimos serán los primeros, y algunos que ahora son
los primeros serán los últimos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio de hoy, parece dirigido a una comunidad
que se caracterizaba por la convicción arrogante de bastarle las buenas
intenciones, para obtener la salvación, por una ruta cómoda. Frente a la
pregunta sobre si son muchos o pocos los que se salvan, Jesús prefiere orientar
la reflexión sobre cómo convertirse hoy en discípulos y ser fieles a esa
vocación. Se presenta como condición del discipulado entrar por la puerta
estrecha, por lo que no basta la buena voluntad; la participación en las cosas
de Dios necesariamente pasa por la solidaridad y la práctica de la justicia. La
alusión es a los fariseos, pues exhiben una vida ejemplar pero no logran entrar
por la puerta estrecha porque no se hacen pequeños. El pequeño es el que siente
frágil y confía en la misericordia de Dios. Nosotros podemos ser de esos
cristianos que están con Jesús en lo externo, pero estamos incompletos sin
adherirnos al Reino de Dios. La adhesión a Jesús nos ayuda a superar la vida
tibia, incoherente e hipócrita muchas veces presente en nuestras comunidades.
ORACIÓN
Amado Padre, gracias porque obras en nosotros, tu Espíritu de salvación,
ayúdanos ahora a reconocer el valor de servir, el amor misericordioso, de
escoger la puerta estrecha, de dar la vida por los demás. No permitas que
busquemos nuestros propios intereses egoístas. Guarda nuestra vida de todo aquello que nos separe de
tu amor y bendición; haz que nuestro corazón no se endurezca ni sea insensible.
Que cada día podamos sentir como tu amor nos transforma, sana y restaura. Oramos,
damos gracias y bendecimos la vida de Deisy Pizza en su cumpleaños. Amén.
“Tanto la oración como la salvación misma son dones
que de tal modo nos rebasan, que sólo podemos anhelarlos y agradecerlos
humildemente”
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