“NO BASTA POR FUERA”
ROMANOS 1,16-25
“Conociendo los hombres a Dios, no le han dado la gloria que Dios
merecía”
Hermanos: Yo no me avergüenzo del
Evangelio; es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree, primero para
el judío, pero también para el griego. Porque en él se revela la justicia
salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la
Escritura: "El justo vivirá por su fe."
Desde el cielo Dios revela su
reprobación de toda impiedad e injusticia de los hombres que tienen la verdad
prisionera de la injusticia. Porque, lo que puede conocerse de Dios lo tienen a
la vista; Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde la creación del mundo, sus
perfecciones invisibles, su poder eterno y su divinidad, son visibles para la
mente que penetra en sus obras. Realmente no tienen disculpa, porque,
conociendo a Dios, no le han dado la gloria y las gracias que Dios se merecía,
al contrario, su razonar acabó en vaciedades, y su mente insensata se sumergió
en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron lo
gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros,
cuadrúpedos y reptiles. Por esa razón, abandonándolos a los deseos de su
corazón, los ha entregado Dios a la inmoralidad, con la que degradan ellos
mismos sus propios cuerpos; por haber cambiado al Dios verdadero por uno falso,
adorando y dando culto a la criatura en vez de al Creador. ¡Bendito él por
siempre! Amén. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Una expresión muy novedosa que tiene San Pablo en esta Carta a los
Romanos, es aquella de la justicia salvadora. La idea que uno tiene de la
justicia es como incompartible con la idea que tenemos de la salvación; porque
nos imaginamos la justicia sólo como darle a cada quien lo que merece, y, por
consiguiente, si la persona ha obrado bien, hacerle justicia es reconocer el
bien que ha hecho; y eso pues no mejora sustancialmente su situación. Y si una
persona ha obrado mal, pues que pague las consecuencias de sus obras malas; de
manera que con ese modo, que es el más frecuente de la justicia, ni el bueno
mejora ni el malo cambia; y en cualquier caso, ninguno de los dos es salvado.
Pero resulta que San Pablo habla de una justicia salvadora y de hecho,
esa idea de la justicia salvadora es muy importante. Y la palabra
justificación es importante porque describe lo primero que hace la gracia de
Dios en la vida espiritual; quiere decir que la justicia de Dios no se limita a
una declaración, no es una simple declaración sobre cuál es el bien o cuál es
el mal que se ha hecho en pasado en la vida de una persona. Lo que sucede es
que la justicia, como nosotros la solemos entender, es una separación que se
queda en el plano de las ideas, en el plano de las palabras; en cambio, la
justicia de Dios separa lo bueno de lo malo, no sólo como ideas, no sólo como
una declaración de principios, sino como una realidad en la vida de las
personas. De manera que cuando Dios obra su justicia en
nosotros, según declara en Cristo Jesús, lo que hace es separar su obra buena
de las obras malas.
SALMO RESPONSORIAL:
18
R. / El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las
obras de la creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración.
La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, Palabra
definitiva de Dios, camino, verdad y vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 11,37-41
“Den como limosna lo que tienen y todo será puro”
Cuando Jesús dejó de hablar, un fariseo lo invitó a comer en su casa, y
Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó al ver que no había
cumplido con la ceremonia de lavarse antes de comer. Pero el Señor le dijo:
--Ustedes los fariseos limpian por fuera el vaso y el plato, pero por
dentro ustedes están llenos de lo que han conseguido por medio del robo y la
maldad. ¡Necios! ¿No saben que el que hizo lo de fuera, hizo también lo de
dentro? Den ustedes sus limosnas de lo que está dentro, y así todo quedará
limpio. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
¿Dónde está la esencia de la fe? ¿En los ritos externos? ¿En mantener
tradiciones antiguas que no tienen sentido? ¿En el cumplimiento estricto de
preceptos religiosos y moralizantes? Eso es precisamente lo que le cuestiona
Jesús al fariseo: lavarse las manos antes de comer, no por cuestiones
higiénicas sino por razones de pureza legal religiosa. De nada sirve realizar
actos piadosos, practicar ritos religiosos si el corazón no se ha convertido de
verdad. Si lo que se cree y se celebra no se manifiesta en el modo de proceder
con el prójimo. Si se está absolutamente cerrado en sí mismo. Según Jesús, lo
que purifica no son los rituales sino la compasión y la solidaridad, la
capacidad de salir de sí mismo. Ya decía con toda razón San Juan de la Cruz “al
final de la tarde nos examinarán en el amor”. Ese será el criterio de bondad o
de maldad de nuestros actos. Haz una revisión de vida para detectar la
autenticidad de tu experiencia de fe.
ORACIÓN
En este nuevo día, reconocemos a la Creación como signo de tu Palabra,
en esta creación afirmamos, que no estamos solos, que te pertenecemos. Te
invitamos Señor a que sigas entrando en nuestra casa, en nuestro corazón, sigue
sanándonos, restaurándonos, liberándonos, que nuestras actitudes, sean de
hombres y mujeres nuevos, llenos de amor y misericordia para con los demás; que
antes que cumplir ritos, sea nuestro actuar el de salir de nosotros mismos al
servicio de los demás, al que más lo necesita. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Ivonne Táutiva
en su cumpleaños. Amén.
“El ser humano manifiesta su limpieza
de corazón en lo que hace, dice, ve, piensa y sirve”
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