viernes, 1 de octubre de 2021

Martes 19 de Octubre de 2021

 


“RECONCILIACIÓN Y VIGILANCIA”

 

PRIMERA LECTURA

ROMANOS 5,12.15-21:

 

“Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte.”

 

Hermanos: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación.  En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos. Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, así también, por Jesucristo, nuestro Señor, reinará la gracia, causando una justificación que conduce a la vida eterna. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Sabemos que abunda el pecado. Es necesario que descubramos, guiados por la Palabra y sostenidos por el Espíritu, que abunda la gracia. Porque es una herejía desconocer la gracia, pero es otra desconocer su abundancia.

El pecado tiene un efecto multiplicativo, porque es extremadamente contagioso, especialmente en lo que respecta a la soberbia, el egoísmo, la venganza, la mentira y algunas otras culpas menos visibles pero más insidiosas y generalizadas. Miremos la soberbia. Es difícil resistir a un soberbio sin empezar a engendrar en nosotros mismos soberbia. O el egoísmo: cuando nos sentimos rodeados de gente individualista, rápidamente "aprendemos" a ocuparnos sólo de nuestros propios intereses, repitiéndolo.

Pero Pablo nos asegura que la gracia es contagiosa; que la vida nueva es contagiosa; que el perdón es contagioso. Nos asegura incluso que todas estas realidades nuevas, las que ha traído Jesús con su sacrificio de amor en la Cruz, son más "contagiosas" o por lo menos más poderosas y abundantes que todo lo que el pecado haya hecho o pueda hacer. Creer que abunda la gracia no es más difícil que creer que existe. Su fuente es la Cruz. Y la Cruz es, en una primera mirada, como una negación a toda esperanza, a toda alegría, a toda confianza. Pero bien vista, es la fuente real de la esperanza, de la alegría y de la confianza.

 SALMO RESPONSORIAL 39:

R. / Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

 

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,

y, en cambio, me abriste el oído;

no pides sacrificio expiatorio,

entonces yo digo: "Aquí estoy." R.

 

"-Como está escrito en mi libro-

para hacer tu voluntad."

Dios mío, lo quiero,

y llevo tu ley en las entrañas. R.

 

He proclamado tu salvación

ante la gran asamblea;

no he cerrado los labios:

Señor, tú lo sabes. R.

 

Alégrense y gocen contigo

todos los que te buscan;

digan siempre: "Grande es el Señor"

los que desean tu salvación. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

En este Salmo se encuentran reunidos dos poemas de estilo y contenido diversos. El primero, es un canto de acción de gracias por la liberación de un peligro grave. El segundo es una súplica para pedir la ayuda divina en un momento de desgracia. Es un Salmo muy destacado porque nos revela la fragilidad, la debilidad y la pequeñez de la humanidad. Nos expone la vanidad de la existencia humana.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS  12,35-38:  

 

“Dichosos los criados a quienes el señor los encuentre en vela”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os seguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos."  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El evangelio  introduce el tema del servicio, por medio de la figura de ceñirse la túnica, símbolo de estar preparados para trabajar, y la figura de las lámparas encendidas, signo de acogida y de guardia en el servicio frente al cansancio que se pueda presentar. El tiempo de la espera no es vacío, se ha de testimoniar a Dios ante el mundo. De ahí la invitación: “estén ceñidos sus lomos”, haciendo referencia al uniforme de trabajo y de servicio de la cena pascual, actitud adecuada para la espera del Señor. Las lámparas encendidas evocan al servidor que se convierte en luz para otros. La bienaventuranza pasa del goce individualista de falsa felicidad a la verdadera felicidad de conocer plenamente al Señor prologando su servicio. Permanecer en vela significa recibir el servicio del Señor desde la dinámica del Éxodo, así como en el Antiguo Testamento la gracia del Señor pasa por las casas marcadas con la sangre del cordero, en Jesús la gracia del Señor pasa estando en medio de ellos como el que sirve. 

 

ORACIÓN

Alabado seas, y Bendito seas, Señor. Hoy nos alegramos en ti y tu bendita palabra. Señor ayúdanos a permanecer fieles, en vela y vigilantes a tu llegada. No queremos  estar lejos de ti. Prepáranos, enséñanos, y muéstranos  la forma en que cada día podemos acercarnos y vivir más a tu  manera, ayúdanos a desprendernos de nuestro confort y estar dispuestos a seguir las exigencias de tu Reino. Nos ponemos en este día a tu servicio, conforme a tu bendita voluntad. Amén.

 

“Cristo quiere que estemos listos, despiertos, vigilantes para no dejarnos distraer ni perder el horizonte, avanzando hacia el encuentro con Él”

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