viernes, 1 de octubre de 2021

Jueves 14 de Octubre de 2021

 

 “BASTA DE HIPOCRESÍA”

 

PRIMERA LECTURA

ROMANOS 3,21-30ª

 

“El hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley”

 

Hermanos: Ahora, la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los profetas, se ha manifestado independientemente de la Ley. Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a los que creen sin distinción alguna. Por la fe en Jesucristo viene la justicia. Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia: todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes, porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús.

¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído. Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley.

¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, pues no hay más que un Dios. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La Carta a los Romanos tiene un esquema central: mostrar que toda la humanidad está necesitada de salvación, y luego mostrar que Dios ha provisto esa salvación como un regalo en el sacrificio de su Hijo. Sobre esta base, afirmar que la fe es la condición única para acoger ese regalo. Con la fe nos abrimos a la gracia y accedemos a la vida como hijos de Dios, que es vida en el Espíritu y en comunión de amor y servicio con los demás hermanos.

 

Dentro de ese esquema comprendemos las grandes afirmaciones que Pablo hace hoy, y que vienen precedidas por lo que hemos oído los días anteriores sobre la presencia altanera y general del pecado. La clave está en esos versículos: "todos pecaron, todos están privados de la presencia salvadora de Dios; pero todos son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención llevada a cabo por medio de Cristo Jesús" (Rom 3,23-24). Así, la presencia universal del pecado termina siendo sólo el prólogo inesperado a la presencia universal de la bendición, de la gracia y de la gloria. Todo orgullo queda derribado y sólo Dios es ensalzado.

 

SALMO RESPONSORIAL: 129

R. / Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica. R.

 

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,

y así infundes respeto. R.

 

Mi alma espera en el Señor,

espera en tu palabra;

mi alma aguarda al Señor. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es un humilde reconocimiento del pecado y el acto de confianza en el perdón de Dios  para el salmista y para todo el pueblo. Con la misma convicción de que todos necesitamos el perdón de Dios, podemos hacer nuestras las palabras del salmista. En Cristo Dios concede a todos el perdón. 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 11,47-54

 

“Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías”

 

¡Ay de ustedes!, que construyen los sepulcros de los profetas a quienes los antepasados de ustedes mataron.

Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus antepasados hicieron, pues ellos los mataron y ustedes construyen sus sepulcros.

"Por eso, Dios en su sabiduría dijo: 'Les mandaré profetas y apóstoles, y matarán a algunos de ellos y perseguirán a otros.' Pues a la gente de hoy Dios le va a pedir cuentas de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde que se hizo el mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Por lo tanto, les digo que Dios pedirá cuentas de la muerte de ellos a la gente de hoy.

"¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, que se han apoderado de la llave del conocimiento; pero ni ustedes mismos entran ni dejan entrar a los que quieren hacerlo."

Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la ley y los fariseos se enojaron mucho, y comenzaron a molestarlo con muchas preguntas, tendiéndole trampas para atraparlo en sus propias palabras. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Después de cuestionar a los Fariseos de su tiempo, Jesús lo hace ahora con los legistas. El primer cuestionamiento gira en torno a su vanidad frente a la Palabra de Dios; a diferencia de los profetas que la anuncian, ellos la sofocan con un sinnúmero de prescripciones dando muerte a la misma Palabra. Como sus padres aniquilaron a los profetas, debido a que la sabiduría de Dios siempre es perseguida. Por eso mismo, a la generación de Jesús se le pedirán cuentas de todos los justos y de todos los profetas, a la vez que su muerte redentora les obtendrá perdón y la misericordia. Otro de los cuestionamientos a los legistas es porque se llevaron la llave del conocimiento de Dios transmitiendo la imagen de un Dios sin misericordia. Finalmente, los “ayes” de Jesús son expresiones contundentes contra la soberbia de los escribas y fariseos, que lo acosan implacablemente. Jesús intuye que este camino lo llevará a la cruz.

 

ORACIÓN

En este nuevo día Señor, reflexionamos y nos abandonamos en tu bendita misericordia. Reconocemos que solos(as), no podemos, somos débiles, y nos falta fuerza, por eso necesitamos de tu presencia que nos fortalece. Aleja hoy todo miedo y llénanos de tu Espíritu de Paz, Amor misericordia, haznos cada vez más sensibles al dolor, a la necesidad del otro, cada vez más humanos en nuestro actuar. Amén.

 

Tengamos cuidado con pretender imponer la interpretación de la ley bloqueando la perspectiva de Dios y hacer del conocimiento una fuente de poder excluyendo a los más pequeños y más pobres”

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