“EL REINO REVELADO A LOS PEQUEÑOS”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 3,1-6.9-12
REFLEXIÓN
La visión de la zarza que arde sin consumirse marca un momento decisivo
en la historia de Israel; allí, Dios llama a Moisés y le encomienda la misión
de llevar a cabo la liberación de su pueblo.
Han pasado varios años desde la huída de Moisés. Se ha instalado en
tierras de Madián como pastor, se ha casado, ha tenido familia, ha madurado en
su carácter. En esas circunstancias se le aparece Dios, como suele hacerlo en
momentos decisivos de la historia de su pueblo, en una teofanía, en forma de
fuego. Es el Dios de los patriarcas, el Dios de la promesa, que ve cómo sufre
su pueblo y no lo puede soportar y decide intervenir para liberarlo. De
momento, Moisés responde decididamente: “aquí estoy”, pero luego, ante la
petición de Dios presenta sus objeciones: ¿precisamente él, huido de la
justicia de Egipto, es el que va a volver allí, nada menos que a pedir al
faraón que deje salir a los suyos? Pero la respuesta de Dios es clara y
contundente “Yo estoy contigo”.
Así como en el pasado de Israel, Dios sigue escuchando el clamor de los
que sufren a causa de las esclavitudes del cuerpo, del espíritu y del corazón.
Por eso, nos envía a practicar su misma misericordia y a comunicar un poco de
esperanza a quienes se encuentren hoy con nosotros en entorno social,
ayudándoles a salir de sus diversas esclavitudes. Si nos parece que es misión
difícil, nos hará bien recordar la palabra de Dios a Moisés: “Yo estoy
contigo”.
SALMO RESPONSORIAL:
102
R. / El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo, es un canto de alabanza a Dios por la bondad que ha tenido
con el pueblo y con el salmista en particular. En medio de la fragilidad del
ser humano se revela la grandeza del amor de Dios. Al asumir el Hijo de Dios
nuestra propia fragilidad, nos permite participar con él de la misma herencia y
nos revela la inmensidad del amor de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 11,25-27
“Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a la gente
sencilla”
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de
cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se
las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo
me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El texto de hoy posee un significado que permite comprender la magnitud
de su alcance para la vida de los discípulos: Jesús aparece como revelador de
la sabiduría divina a los empobrecidos del mundo. La misión de los seguidores
de Jesús tiene un resultado contracultural para la mentalidad de su tiempo: Los
pobres e ignorantes han recibido el anuncio y el Reino aconteciendo en ellos.
Este pasaje se ha convertido en una de las revelaciones ejemplarizantes de Dios
a los desheredados del mundo. Sólo los pobres son capaces de comprender el
proyecto de Dios. Éstos, que fueron despojados de su libertad y en su vida no
han contado con los elementos mínimos de vida con dignidad, pueden comprender
que el proyecto alternativo es la justicia y la gratuidad, porque ellos lo
supieron acoger con toda sencillez y confianza. Indudablemente, el hecho de que
Dios haya escondido estas cosas a los sabios y entendidos nos hace caer en la
cuenta de que muchos jefes y dirigentes de nuestros pueblos, y muchos de
nosotros, hoy en día nos creemos dueños de la revelación y somos incapaces de
reconocer la acción de Dios en la sencillez y conflictividad de la vida.
Creemos en Ti Señor, no como el Dios oculto sino como el que se da a
conocer de diversas maneras y siempre a favor de un pueblo sufriente y de la
gente sencilla. Ayúdanos para que desde la humildad y la escucha descubramos
que te interesas por nosotros(as), atiendes las suplicas, ves las angustias y
nos rescatas dignificando nuestro ser. Amén.
“La humildad y
la sencillez nos ayudan a experimentar que todo viene de Dios y que todo vuelve
a Él”
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