“FORTALEZA EN LAS DIFICULTADES”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 1,8-14.22
“Vamos a vencer con astucia a Israel, porque está siendo más numeroso y
fuerte que nosotros”
En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había
conocido a José, y dijo a su pueblo: "Mirad, el pueblo de Israel está
siendo más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues
si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y
después se marchará de nuestra tierra."
Así, pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la
construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero, cuanto más los
oprimían, ellos crecían y se propagaban más. Hartos de los israelitas, los
egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura
esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos
del campo; les imponían trabajos crueles. Entonces el Faraón ordenó a toda su
gente: "Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con
vida." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Desde hoy, y durante casi tres semanas, haremos lectura del libro del
Éxodo, fundamental para entender la historia de la liberación de Israel. Han
pasado más de cuatrocientos años desde la historia de José y va a empezar la
historia de otro gran personaje escogido por Dios para sacar a su pueblo de la
esclavitud y conducirlo a la libertad y a la tierra prometida: Moisés.
El faraón de turno ya no recuerda el invaluable servicio que José presto
al imperio en el pasado y, siguiendo sus tendencias egoístas cegado por su sed
de poder, se propone reducir a los israelitas por medio de fuertes trabaos. Aún
más, no satisfecho con eso, toma una terrible decisión: manda matar a todos los
niños varones hebreos recién nacidos.
Los imperios tienen siempre un enemigo declarado, y esta vez son los
niños. Los niños son la fuerza de la vida nueva; son el mensaje que saluda al
presente desde el futuro. El mundo que pisamos es más de ellos que nuestro, y
por eso su sola presencia nos recuerda que nunca seremos dueños de nada. El
Faraón rechaza, por supuesto, esa idea; sufre con horror la idea de que su
imperio cambie la forma que él conoce, que él ha establecido, lo hace por su
ambición de poder, de dinero. Quisiera que su voluntad se volviera eterna y que
ninguna fuerza nueva cambiara sus planes. Su solución: que los niños mueran. Es
la "solución" que repiten muchos faraones e imperios de nuestro
tiempo, realidades que se repiten hoy. Pero ante las cuales Dios no permanece
indiferente y cuenta con nosotros para que, animados por su Espíritu luchemos
contra toda forma de injusticia y maldad.
SALMO RESPONSORIAL:
123
R. / Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes. R.
Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto de liberación, Israel
agradece al Señor que lo haya salvado de un gravísimo peligro. Varias imágenes
se suceden para describir vívidamente la seriedad de la amenaza: las aguas
torrenciales, las fieras a punto de devorar, la trampa del cazador, pero
finalmente se reconoce que estuvo la protección de Dios. Debemos proclamar con
el salmista que nuestro auxilio está en el nombre del Señor que hizo el cielo y
la tierra.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 10,34-11,1
“No he venido a sembrar paz, sino espadas”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he
venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He
venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera
con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que
quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a
su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y
me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que
pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a
mí, y el que me recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque
es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo
tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua
fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su
paga, os lo aseguro."
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de
allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Con este pasaje llega a su fin el discurso misionero en el evangelio de
Mateo. Las advertencias sobre las dificultades y peligros que trae aparejada la
misión se agudizan. Jesús había exhortado a sus discípulos pidiéndoles que
perseveraran sin miedo hasta el final. Ahora lleva sus palabras hasta las
últimas consecuencias. Optar por Jesús y su evangelio, elegir la misión como
estilo de vida confronta a quien lo sigue con sus vínculos y afectos más
entrañables. Jesús exige nuevas prioridades. La primera parte del texto es una
constatación de lo que en realidad ha sucedido con los discípulos. Jesús mismo
había sido un “signo de contradicción” para sus contemporáneos. El mensaje del
Reino y su práctica de liberación trae aparejado, inevitablemente, violencia y
división. Quienes adhieran a Él de corazón y asuman para sí la misión de Jesús
han de prepararse para estas consecuencias. El discurso de Jesús no deja lugar
a dudas: Todo esto es posible si él se transforma en el absoluto de nuestras
vidas.
ORACIÓN
Amado Dios hoy tu Palabra nos lleva a meditar sobre las situaciones de
conflicto que afectan a todo un pueblo. Es tan similar a lo que vivimos hoy,
las guerras, los intereses particulares, el anhelo de poder y dominio sobre los
recursos naturales, la indiferencia ante el dolor, en fin son muchas cosas, por
eso a quienes optamos por seguirte nos recuerdas que al hacer la diferencia seremos
perseguidos aún incluso por nuestras familias. Por favor danos tu fuerza y amor
para no desfallecer. Amén
“El seguimiento de Cristo implica estas
exigencias: ponerlo a Él en primer lugar, perderlo todo con tal de ganarlo a Él
en primer lugar y entrar en conflicto con el mundo por su causa”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: