jueves, 1 de julio de 2021

Miércoles 28 de Julio de 2021

 

“EN BUSCA DEL TESORO DEL REINO”

 

 

PRIMERA LECTURA

ÉXODO 34,29-35

 

“Al ver la cara de Moisés, no se atrevieron a acercarse a él”

 

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante, y no se atrevieron a acercarse a él. Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara. Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le había mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

El rostro de Moisés reflejaba algo de la luz divina. La oración lo convertía en un pequeño espejo de la hermosura del cielo. Lo mismo hará Dios con nosotros si de veras nos enamoramos de la oración. La oración que nos hace iluminar es aquella que primero nos ha hecho arder. Irradiamos luz porque hemos sido contagiados del fuego que viene de lo alto. En la escuela de los grandes orantes, como Moisés, aprenderemos a orar no como quien hace un negocio sino como quien dilata su tiempo y su corazón frente al mejor amigo. La gente no entendía qué sucedía en el rostro de Moisés. Uno diría que casi les molestaba o les aterraba esa luz extraña. Molestar o aterrar, fastidiar o asustar: estos son los verbos que la mayor parte de la gente aplica a la vida espiritual. El místico será siempre un ser extraño para sus semejantes. Esto no lo autoriza a dejarse guiar por el capricho, pues no es el capricho lo que debe distinguirle, sino la novedad que trae el Espíritu. Tan grande es esa obra que nuestra mediocridad hace a veces que deseemos cubrir con un velo tanta maravilla.

 

SALMO RESPONSORIAL: 98

R./ Santo eres, Señor, Dios nuestro.

 

Ensalzad al Señor, Dios nuestro,

postraos ante el estrado de sus pies:

Él es santo. R.

 

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,

Samuel con los que invocan su nombre,

invocaban al Señor,

y él respondía. R.

 

Dios les hablaba desde la columna de nube;

oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R.

 

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;

postraos ante su monte santo:

Santo es el Señor, nuestro Dios. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es un himno de aclamación a la realeza de Dios y de reconocimiento de su santidad. La santidad de Dios se muestra en el perdón y en las exigencias de justicia. La santidad soberana de Dios se manifiesta en el llamamiento que hace a todos a formar parte del pueblo  de Dios, consagrado por la sangre de Cristo.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 13,44-46

 

“Vende todo lo que tiene y compra el campo”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

El texto evangélico de hoy, pretende aclararnos a través de parábolas qué es el Reino de Dios y cuál es su valor para nosotros, comunidad cristiana. El Reino de los Cielos es un tesoro escondido. En esta oportunidad Jesús nos da elementos para descubrirlo en el campo y la ciudad. No hay excusas. Para quien lo descubre, el Reino de Dios se convierte en el único valor absoluto, aquello por lo cual vale la pena dejarlo todo para poseerlo.

Los primeros cristianos se animaban mutuamente cantando y rezando “Maranatha” ("ven Señor Jesús"). Nosotros en la oración del Padrenuestro pedimos “venga a nosotros tu Reino”… eso quiere decir que para acceder al Reino de Dios no nos tenemos que mudar, cambiar o mover para ningún lugar. El Reino ya está. Ha sido ofrecido para nosotros. La pregunta siguiente debe ser: ¿cómo lo consigo? ¿cómo lo descubro? ¿Señor, qué debo hacer para encontrarlo? Preguntémonos: ¿Camino por la vía correcta para encontrarlo? ¿Será que vivo como quien lo busca?

 

ORACIÓN

Dios del amor, gracias por tu generosidad sin límites. Gracias por ser tú mismo a través de todo tu proyecto, por ser el tesoro más valioso y la perla más fina que podemos encontrar. Ayúdanos a no depender de otros valores superfluos que a veces producen una alegría momentánea y efímera en nuestra vida. Que a través de la acción de tu Espíritu podamos aprovechar cada minuto de la vida que nos has regalado para crecer  en el amor a ti y a los demás.   Amén.

 "Aprovecha cada minuto de la vida para creer en el amor a Dios ya los demás"


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