“¿CÓMO TRATAMOS A NUESTROS EVANGELIZADORES? ”
PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 1, 1-11
“El que ha inaugurado entre vosotros una
empresa buena la llevará adelante hasta el día de Cristo”
Pablo evidentemente entregó de su propio corazón a cada una de las
comunidades que gestó o ayudó a crecer. El amor fue su gran motor, como él
mismo dijo en una ocasión: "el amor de Cristo nos apremia" (2 Cor
5,14). Mas ese amor no siempre ni en su mayor parte fue correspondido. Una
notable excepción fue esta comunidad de Filipos. Los lazos que de allí
surgieron tuvieron siempre el sello de una cálida y entrañable amistad, y ello
se nota en la Carta que hemos empezado a escuchar en la primera lectura de hoy.
Expresiones muy particulares de este afecto son: "Siempre que me
acuerdo de ustedes, doy gracias a mi Dios"; "cuando oro por ustedes
lo hago con gran alegría"; "ustedes han colaborado en la propagación
del Evangelio"; "a ustedes los llevo en mi corazón"; "a
todos los amo entrañablemente en Cristo Jesús": ¡no hay nada parecido en
el resto de los escritos de este gran apóstol! Todo esto, más allá del plano de
la estricta confidencia, nos permite asomarnos por una ventana privilegiada al
aspecto humano de la evangelización.
Más interesante aún es ver qué hace Pablo con todo ese cariño. No es una
pura efusión de sentimientos limpios y bellos; se traduce en oración por
intenciones específicas, básicamente por el crecimiento en la fe, el amor y las
demás virtudes. Es un ejemplo notable de unión entre afectividad humana y
caridad sobrenatural y teologal.
SALMO RESPONSORIAL: 110
R/. Grandes son las obras del Señor.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo, que ya para Israel era un himno de
renovación de la alianza, es para los cristianos como una nueva eucaristía
vespertina que recuerda cómo el Señor ha hecho maravillas memorables para
con sus seguidores y por eso en compañía de los rectos o asamblea, se
recuerda cómo la obra de Dios es esplendor y belleza y por eso se
debe dar gracias al Señor de todo corazón.
LUCAS 14, 1-6
El sábado (séptimo día de la semana), en la religión
judía, era el día consagrado al Señor, porque después de haber creado el cielo
y la tierra, Dios se sentó a mirar su obra, y contemplando cuánto había hecho,
se dio cuenta de que todo era bueno. Satisfecho de su obra, descansó. Sábado en
lengua hebrea se dice shabat, tiene claras prescripciones en la Torá. Si Dios
descansó en el día séptimo, el Pueblo de Dios, debe hacer lo mismo. El libro
del Deuteronomio, capítulo 5 habla del sábado como un "día memorial"
que debe guardarse, santificarse. ¿Desde cuándo el sábado se convirtió en una
ley rígida? ¿Qué sucedió en el camino?
Al sentirse vigilado por los fariseos, Jesús
polemiza nuevamente con ellos acerca del sábado que, siendo un día consagrado a
Dios, no se puede hacer nada. Jesús cura frente a ellos un enfermo, demostrando
que el corazón de la ley es la vida y ésta tiene prioridad sobre cualquier
norma.
ORACIÓN
Amado Padre, tu mensaje sobrepasa cualquier regla humana. Tu mandato supremo es el amor que se entrega por todas tus criaturas. Ese amor nos mueve a hacer aquello que solo entiende el Espíritu quien hace posible lo imposible. Gracias por ser nuestro Buen Pastor. Gracias por las maravillosas bendiciones y oportunidades que nos regalas día a día. Oramos, bendecimos y agradecemos la vida de Mariela Herrera en su cumpleaños. Amén.
“Una buena comunidad debe estar unida por estos
tres hilos: lo espiritual, dado por la oración; lo afectivo como elemento humano
y el apoyo en lo material”
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