jueves, 1 de octubre de 2020

Viernes 23 de Octubre de 2020

 

 

“APRENDER A MIRAR, APRENDER A DISCERNIR”

PRIMERA LECTURA

EFESIOS 4, 1-6

  “Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo”

 Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

La libertad es uno de los grandes temas de inspiración para novelas, canciones, poesías, pinturas, películas y obras de teatro. Es una auténtica aspiración de todo ser humano. Es un motor para luchar cada día. Es un anhelo profundo de cada persona. En esta ocasión, Pablo, privado de su "libertad", desde la cárcel, escribe a la comunidad de Éfeso, invitándolos a vivir en el amor, movidos por la fe, en un ambiente de libertad. El amor se manifiesta concretamente en expresiones de respeto, paz, amabilidad y tolerancia.

Pablo  también nos recuerda que en el  corazón de la vocación cristiana nace  el compromiso con la unidad de la Iglesia, ésta se expresa en comportamientos prácticos de humildad, paciencia, justicia, solidaridad y toda virtud que favorezca el amor. La unidad del cuerpo representa lo visible; la unidad de espíritu, lo interior; la unidad en la esperanza y en la fe nos indica que todos caminamos hacia un mismo destino; la unidad del bautismo nos hace miembros del cuerpo de Cristo, y el vértice de todo, está en la unidad en el Padre que nos incorpora en la única familia de los hijos de Dios.

La fe no se reduce a sermones dominicales, es el testimonio vivo de la esperanza y la caridad a las que nos convoca la Palabra de Dios. Vivamos en unidad, cualquiera que sea la iglesia a la que pertenezcamos, hacemos parte del único proyecto de Dios y Él está por encima de nuestras divisiones.

 

SALMO RESPONSORIAL: 23

R. / Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

el orbe y todos sus habitantes:

él la fundó sobre los mares,

él la afianzó sobre los ríos. R.

 

¿Quién puede subir al monte del Señor?

¿Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes

y puro corazón,

que no confía en los ídolos. R.

 

Ese recibirá la bendición del Señor,

le hará justicia el Dios de salvación.

Este es el grupo que busca al Señor,

que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de Cristo al santuario celestial, a su glorificación definitiva. De él también se puede decir  que es el Rey de la gloria. La conducta de los que buscan al Señor debe corresponder con su profesión de fe.     

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 12, 54-59

 

“Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?”

 

En aquel tiempo decía Jesús a la gente: "Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. ¡Hipócritas!: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?  

Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo".  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Jesús no utiliza para nada el lenguaje religioso de su tiempo. Sus discursos, ejemplos y manera de dialogar, ya sea en público o en la intimidad con sus discípulos, expresan con claridad que la esfera en la que Jesús se mueve es esencialmente laical. La gente de su tiempo, aquellos que le siguen, las multitudes, pero también los amigos, los muy cercanos, los discípulos, siguen esperando que él se muestre como un gran líder que toma las armas e implanta una gran batalla contra los poderes de turno. No terminan de abandonar la idea de un gran Mesías que responda a la lógica de los poderosos, de los grandes. Tampoco terminan de entender que la gran revolución, la más importante y la que Dios quiere es la que hay que realizar al interior del corazón y de la conciencia. Jesús recrimina el que no sean capaces de comprender los signos de los tiempos, el que no puedan entender el nuevo mesianismo que se basa no en el poder sino en el amor de Dios. También nosotros hemos de estar atentos a los signos de los tiempos para comprender la voluntad de Dios y para reconocerlo donde pareciera que no se revelase.

 

ORACIÓN

Padre Bueno, cuan urgentes son en nuestros días el diálogo y la reconciliación. Desármanos hoy de tantos sentimientos de odio y venganza que no nos dejan ver la posibilidad de perdonarnos y construir fraternidad. Déjanos reposar en Ti, Señor. Que en medio de la diversidad y el pluralismo podamos ser signo de unidad en los más cercanos. Que ningún sentimiento negativo nos lleve a imponer nuestra voluntad,  lastimando a nuestros hermanos. Que tu Espíritu de paz,  reconciliación, sabiduría nos guie para saber leer los signos y tu voluntad. Amén.

 “Invitados hoy a leer los "signos de los tiempos", aprender a leer la vida, es decir, a no limitarnos a "escribir" cada día una página de ese libro que es vivir: antes de escribir, ¿por qué no leer un poco?”


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