jueves, 1 de octubre de 2020

Sábado 17 de Octubre de 2020

 

 

“NUESTRA META ES CRISTO”

 

PRIMERA LECTURA

EFESIOS 1, 15-23

“Dio a Cristo como cabeza, sobre todo, a la Iglesia, que es su cuerpo”

Hermanos: Yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.

Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

Se cuenta que Wolfgang Goethe poco antes de morir exclamó: "¡Más Luz!" No sabemos si para él era una certeza, el relato de lo que empezaba a vivir cuando moría, la expresión de un deseo irreprimible o la confesión de una esperanza absoluta. Esas palabras son también el mensaje del apóstol Pablo en el texto de la Carta a los Efesios que hemos escuchado hoy en la primera lectura. El generoso misionero de Cristo, cuando escribe a aquellos cristianos, les desea sobre todo eso: ¡Más Luz!.  

Hace décadas se libra una batalla continua contra la religión, una batalla que se expresa en la repetición errónea de esta idea: la fe produce violencia. El argumento es que quien tiene fe está demasiado seguro de poseer verdades inconmovibles y por lo tanto está seguro de que puede combatir a quienes no compartan lo que él piensa que es la verdad y que de ahí viene en oscurantismo y violencia, pero este no es un concepto verdadero, la verdadera fe, la fe en Jesús, y el creer en Él nos trae paz, amor,  libertad, tolerancia, solidaridad;  Jesús  en cambio es luz  y nos lleva a la luz. 

El mundo, como se ve, está lleno de sutiles engaños, trampas sutiles, medias verdades, intereses ocultos. Por todo eso necesitamos más luz, la luz de Jesús, como pide san Pablo, para que nunca se pierda de nuestros ojos en dónde está el peligro y en dónde la salvación, porque, según escuchábamos hoy, "todo lo puso Dios bajo los pies de Cristo, constituyéndolo cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y plenitud del que lo consuma todo en todos."

SALMO RESPONSORIAL: 8

R./ Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

 

Señor, dueño nuestro,

¡qué admirable es tu nombre

en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.

De la boca de los niños de pecho

has sacado una alabanza. R.

 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,

 la luna y las estrellas que has creado,

¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,

el ser humano, para darle poder? R.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

 lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

 

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo nos invita a la contemplación de las maravillas de la naturaleza, desde las más grandes hasta las más pequeñas, nos invita a reconocer la grandeza y majestad del Creador y agradecer su predilección por el ser humano, a quien puso al frente de la creación. Cada día debe hacerse más grande   nuestro asombro frente al cosmos y la sensación de pequeñez del ser humano. Por eso se acrecienta la gratitud a Dios que vino a ser parte de nuestra historia y pequeñez.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 12, 8-12

“El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir".Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

Hoy, recordamos a uno de los mártires de la Iglesia Primitiva que dejó honda huella en el corazón de los cristianos: Ignacio, obispo de Antioquía, que entregó su vida en el circo romano, devorado por las fieras. Él, como los cristianos de Éfeso de los cuales hablamos en la primera lectura y muy queridos por Pablo, entendieron la grandeza del don, la profundidad de la gracia del Espíritu Santo y la centralidad de Cristo en la historia y en el cosmos, como cabeza de la Iglesia y rey del universo.

Jesús hoy en el evangelio, después de motivar a los discípulos a la oración, a cuidarse de la levadura de los fariseos y a confiar en Dios, como vimos los días anteriores, les recomienda no temer en las persecuciones que deberán soportar por el evangelio. Les pide fidelidad a su mensaje y confianza en la acción protectora del Espíritu Santo que los orientará de manera oportuna cuándo sea necesario defenderse como lo hizo con Ignacio de Antioquía. ¿De qué manera alimentas la confianza en Dios? ¿Tu comunidad se siente atemorizada? ¿Tiene algún conflicto?

ORACIÓN

Maestro Bueno, afianza hoy nuestra fe en ti, reconstruye lo que el espíritu del mal ha roto en nuestra vida. Sana nuestras heridas, aplaca nuestras rebeliones. Haznos fuertes ante las hostilidades del mundo, que nos invitan a rechazar tus enseñanzas a no creerte; danos la confianza que necesitamos para seguirte y servirte siempre. Amén.  

 “La madurez cristiana se alcanza cuando sabemos cuál es la esperanza a la que Dios nos llama, cuál es la verdadera  riqueza y cuál es el poder salvador de Dios”

 

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