martes, 1 de septiembre de 2015

INTRODUCCIÓN


EL SILENCIO ACTIVA LA ESCUCHA

En torno a dos grandes acontecimientos o celebraciones para este mes, el mes de la Biblia y del amor y la amistad te proponemos leerlos y reflexionarlos en clave de SILENCIO Y ESCUCHA, ya que esta  es  nuestra novena llave de bendición.
Me sirvió mucho en estos días leer, una reflexión del Padre Alberto Linero sobre la escucha:

Una escucha eficaz es:
1.      Aprender a hacer silencio y no interrumpir al otro mientras este habla;  hay gente que no espera que el otro termine de hablar sino que le corta inmediatamente sin permitir que  termine y argumente su idea; se necesita hacer silencio y tener paciencia para esperar que el otro se exprese. El silencio es fundamental para captar bien el mensaje, un silencio atento, con la mirada focalizada en la persona que habla.
2.      No adivinar lo que el otro nos está diciendo, sino que desde el silencio que guardo prestar la suficiente atención, hasta que el otro nos comunique el mensaje completo, hay personas que antes de que el generador del mensaje, lo termine, ya están pensando en la respuesta que van a dar. Hay que atender completamente la idea, procesarla, de esa manera podremos prepararnos mejor para responder.
3.      No juzgar como equivocado antes de escuchar. Los juicios nos cierran y no nos dejan movernos de nuestros preconceptos. Hay gente que pretende siempre en todo momento tener la razón y no aceptan que los otros puedan tener formas diferentes de ver la misma realidad.
4.      Tratemos de comprender tanto el mensaje, como lo que el otro siente. No solo se trata de información, sino de compresión.  La escucha nos debe llevar a ponernos en el lugar de los que nos rodean; a veces, podemos criticar, juzgar  y condenar a los demás, porque no son lo que nosotros esperabamos; un ejemplo en torno a los padres, los hijos se podrían quejar diciendo: “A mí me tocaron los padres más amargos y aburridos”, pero si en algún momento les diéramos  a ellos la oportunidad  de que nos contaran como fue su infancia y su proceso de crianza, seguro comprenderían porque hoy tienen inconvenientes para expresar su amor.  En vez de reprochar y excluirles, más bien oremos por ellos, por su sanación interior, de sus vacíos,  heridas y tristezas que vienen desde su pasado. Coloquemos como ejercicio práctico para este mes, que pidiendo el Espíritu de Señor, aprendamos desde el silencio a saber escuchar.

Bendiciones para este nuevo mes.      
              
Roberto Zamudio
        
 NOVENA LLAVE: EL SILENCIO

Reflexionemos en este mes, en torno a la llave de bendición que es el SILENCIO; que quizás en un primer momento nos invita a una acción contraria al ruido o la bulla.   El profeta Amós, en el Antiguo Testamento, profetiza al pueblo en nombre de Dios acerca de esta llave en torno a las adversidades o dificultades: “ En circunstancias de sufrimiento, guarda silencio sabio, en los tiempos malos” (Amós 5,13).
Cuando los días o tiempos son adversos el creyente sabio, en vez de quejarse, maldecir y blasfemar debe más bien callarse. Los días difíciles de acuerdo a la Biblia,  no se enfrentan con palabras. Se enfrentan con silencio. Muchas veces las palabras pueden ocasionar incendios o agravar las situaciones de conflicto. Hablar muchas veces en estas situaciones difíciles puede hacer que el tiempo malo se vuelva peor.
En la Biblia el modelo más sabio sobre el guardar silencio es Jesús el Señor. Se le acusa de ser un revolucionario, subversivo, que va en contra del orden político y religioso, establecido por el imperio romano y los líderes de la religión judía, se la acusa de blasfemo y falso profeta. Y ¿Cómo reaccionó Jesús ante estos ataques?: “Reaccionó guardando silencio” (Mateo 27, 13-14, Lucas 23,6-7;8,9, Marcos 14, 60-61). Así vemos la sabiduría profunda de Jesús al guardar silencio.
Sigamos interiorizando este tema del silencio a través de las siguientes ideas:

1.      La razón para hablar: Muchos dirán, entonces ¿hay que callar siempre?, ¿Nunca debemos hablar por ningún motivo?,  por supuesto que no, de la misma manera que hay un momento para guardar silencio también hay un momento y razón para hablar (Eclesiastés 3). Se trata en la Sabiduría venida  de Dios, cuando es momento oportuno para hacer silencio y cuando para el momento para hablar.
2.      La profecía del silencio:  Aquí el silencio nos lo presenta la Sagrada Escritura, como toda una poderosa profecía que se puede convertir en liberación y medicina sanadora (Isaías 53, 7-10).  Como ya lo dijimos el rey Salomón nos invita a hacer de esta llave una oportunidad de bendición.
3.      La paciencia del silencio: El Salmo 37 es uno de mis favoritos. Te invito a que lo leas y especialmente lo ores con frecuencia. Este salmo tiene una columna vertebral, un eje alrededor del cual gira todo su contexto: el versículo 7. El gran secreto de la oración del salmista aquí, consiste a aprender a guardar silencio delante de Dios y entonces las bendiciones y recompensas de bendición vendrán al orante. Algunas personas se imaginan que solamente el silencio es ausencia de ruido. Lo puede ser pero en el fondo es algo mucho más profundo. El silencio es música, armonía y reposo no solamente para el alma sino para el espíritu y el cuerpo. Los grandes creadores siempre realizaron su obra maestra, no en medio del bullicio, sino en medio del silencio. En el silencio es donde se encuentra la inspiración.
4.      Dios habla en el silencio: Es siempre recordado el gran profeta carismático de Israel Elías, que en un momento muy difícil de su vida, tiene que enfrentar lo que muchos hoy también padecemos, una depresión profunda; esa depresión lleva al poderoso profeta, a desear la muerte (suicidio pasivo), le pide a Dios le quite la vida. Elías se escapa y se esconde en una cueva. Dios le busca y le encuentra allí, le habla y la voz de Dios que interpreta Elías no es la del fuego poderoso, no es la de un fuerte terremoto, ni mucho menos la de un bullicioso trueno; sino la del soplo tenue y sin bulla, suave del viento (1ra Reyes 19,11-13).  “El bien no hace bulla, y la bulla no siempre trae el bien”.
5.      El silencio en la tribulación:  El libro de las Lamentaciones al leerlo parece ser una escritura triste y amarga pero aún así es muy poética y profundamente espiritual. Jeremías el joven profeta, en medio de sus sufrimientos y lamentos descubre la voz de Dios que se convierte en poderosa fuerza renovadora en medio del silencio: “Bueno es esperar en el silencio, a que el Señor venga a salvarnos (Lamentaciones 3,26)”.  El silencio desde la Palabra de Dios es todo un poder que trae bendición (Apocalipsis 8,1)
6.      La Palabra articulada con el silencio: Me han escuchado ustedes decirlo, y no me cansaré de repetirlo, que el cristianismo es cuestión de “balance y equilibrio”. No hay nada más desagradable que pueda hacer daño como un cristiano extremista y fanático, porque eso va en contra de el mensaje del Reino de Dios traído por Jesús.


En síntesis, no se trata de estar todo el tiempo callado ni estar todo el tiempo hablando. El silencio y las palabras son alternables, deben articularse. No se puede hablar mientras se calla y no se puede callar mientras se habla.
Hagamos una pequeña reflexión respecto a esta llave de bendición:
¿Hablas cuando debes callar?_________________________
¿En qué momento callas? ____________________________                            
¿Callas cuando debes hablar? _________________________
¿En qué momento más hablas ?________________________
¿ Delante de Dios guardo silencio? (Salmo 37,7; 1Reyes 19,12)

Algunas otras citas bíblicas sobre el silencio:
-Silencio ante las autoridades: Mateo 27,13-14; Lucas 23,8-9; Marcos 14, 60-61; Isaías 53,7
- Razón para hablar: Marcos 14, 61-62
- Paciencia en el silencio: Salmo 37, 1-7
-Dios habla en el silencio: 1ra Reyes 19,11-12
- La Palabra y el silencio: Santiago 1,19

“SIEMPRE QUE DIOS VA A OBRAR, QUE VA A BENDECIR, SE PRODUCE UN GRAN SILENCIO, PUES ÉL ACTÚA CUANDO EL HOMBRE CALLA”



 ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Padre Dios en este nuevo amanecer vengo a ti,  profundamente agradecido, por todas tus bendiciones a lo largo de mi vida. Quiero desde este comienzo del nuevo día ponerme en la presencia y dirección del Espíritu Santo. Reconozco que te necesito que sin tu vida en mí no le encuentro sentido a mi existir. Gracias por hablarme y revelarte y hacerte presente a través de tu bendita Palabra que este mes estamos celebrando. Gracias por amarme y hablarme en medio del silencio. Enséñame hoy y siempre a guardar silencio delante de tu presencia y delante de la voz de los otros cuando me estén hablando.  Que el silencio sea la puerta que se abre para que pueda escuchar. Que aprenda a hacerlo, escuchar guardando silencio y que en esta dinámica yo pueda vivir tu bendición y hacerme bendición para los otros. Gracias por la aventura de vivir este día en tu amor misericordioso y generoso. Amén      

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA


Te doy gracias, te alabo bendigo y adoro,  Padre Bueno, no puedo negar, que hoy has estado grande conmigo, a pesar de algún momento difícil o triste que haya vivido, tu amor misericordioso me ha acompañado, me ha levantado y fortalecido. Gracias por tus silencios, perdóname por no aprender a escuchar tu voz en medio de estos silencios. Voy al reposo en esta noche, agradecido contigo. Te suplico que mientras duermo, tú continúes tu proceso restaurador, sanador y liberador en mi vida y en los míos y en todos tus hijos. A través de este reposo dame nuevas fuerzas y un amor reestrenado, para los retos que el mañana me va a deparar. Regálame tu paz, e inúndame de tu Espíritu echando de mí fuera todo temor. Amén             

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