“PARA
LLEGAR A LA GLORIA HAY QUE PASAR POR EL SUFRIMIENTO”
PRIMERA LECTURA
Ageo
1,15b. -2,9
“Todavía
un poco más, y llenaré de gloria este templo”
El año
segundo del reinado de Darío, el día veintiuno del séptimo mes, vino la palabra
del Señor por medio del profeta Ageo: "Di a Zorobabel, hijo de Salatiel,
gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote, y al resto del
pueblo: "¿Quién entre vosotros vive todavía, de los que vieron este templo
en su esplendor primitivo? ¿Y qué veis vosotros ahora? ¿No es como si no
existiese ante vuestros ojos? ¡Ánimo!, Zorobabel -oráculo del Señor-; ¡Ánimo!,
Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote; ¡Ánimo!, pueblo entero -oráculo del
Señor-, a la obra, que yo estoy con vosotros -oráculo del Señor de los
ejércitos-. La palabra pactada con vosotros cuando salíais de Egipto, y mi
espíritu habitan con vosotros: no temáis. Así dice el Señor de los ejércitos:
Todavía un poco más, y agitaré cielo y tierra, mar y continentes. Pondré en
movimiento los pueblos; vendrán las riquezas de todo el mundo, y llenaré de
gloria este templo -dice el Señor de los ejércitos-. Mía es la plata y mío es
el oro -dice el Señor de los ejércitos-. La gloria de este segundo templo será
mayor que la del primero -dice el Señor de los ejércitos-; y en este sitio daré
la paz -oráculo del Señor de los ejércitos-." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El profeta Ageo sigue animando a
su pueblo en la reconstrucción del Templo, recordándoles que Dios les ha estado
siempre cercano. Más aún les promete que el futuro todavía será mejor que el
pasado. En nuestra vida, y en
especialmente en nuestra vida de discípulos, son muchos los proyectos
inconclusos, los trabajos frustrados y los sueños olvidados. La desafiante y
dura realidad que nos aborda en determinados momentos de la vida y los
pronósticos de tantos predicadores de calamidades, tienden a conducirnos por el
camino del sinsentido y de la pereza y a llenarnos de excusas para no poner
manos a la obra en la tarea de la evangelización y de la construcción de una
sociedad mejor. Por eso las palabras alentadoras del profeta resuenan con toda
su actualidad para nosotros hoy. La iglesia de Jesús tiene futuro, pues es su
Espíritu mismo el que la sigue inspirando y animando en el devenir de la
historia. Que nunca sea excusa para nuestra pereza, ni para darnos por
vencidos, la situación del mundo, por decadente que nos parezca. Cuanto más
ruinoso esté, más urgente y necesitado estará el mundo de nuestro trabajo.
SALMO
RESPONSORIAL 42
R.
/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo: "Salud de mi rostro, Dios
mío."
Hazme justicia, oh
Dios, defiende mi causa
contra gente sin
piedad,
sálvame del hombre
traidor y malvado. R.
Tú eres mi Dios y
protector,
¿por qué me
rechazas?,
¿por qué voy
andando sombrío,
hostigado por mi
enemigo? R.
Envía tu luz y tu
verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan
hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R.
Que yo me acerque
al altar de Dios,
al Dios de mi
alegría;
que te dé gracias
al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
El poeta
lejos de Jerusalén expresa la nostalgia de otros tiempos y el deseo de regresar
a la ciudad para poder entrar la
presencia de Dios. Todo ser humano puede repetir con San Agustín: “Nos hiciste,
Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. El
anhelo de ver a Dios solo será saciado en nuestra patria definitiva.
LECTURA DEL
EVANGELIO
LUCAS 9,18-22
“Tú
eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho”
Una vez que Jesús estaba orando
solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente
que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que
Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas."
Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Pedro tomó la
palabra y dijo: "El Mesías de Dios." Él les prohibió terminantemente
decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho,
ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y
resucitar al tercer día." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Ahora encontramos a Jesús en una
actitud especial, que se hará constante conforme se acercan a Jerusalén: la
intimidad con Dios. La oración profunda y contemplativa el maestro Jesús la
enseña a sus discípulos en la práctica. Sus seguidores fueron testigos de la
experiencia fuerte de oración de Jesús. Dios Padre era su fuerza; hacer la
voluntad del Padre su compromiso. Después de que Herodes deseara verlo, Jesús
se retira a orar; los discípulos se acercan y él aprovecha la oportunidad para
preguntarles sobre su propia identidad; quiere sondear cuánto han comprendido
sus discípulos sobre él. El interrogante señala en doble dirección: primero
pregunta sobre qué piensa sobre él la multitud que le sigue; la respuesta es la
misma dada anteriormente a Herodes: unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías
o un antiguo profeta.
Una vez escuchada la respuesta,
se dirige directamente a sus discípulos para saber su pensamiento e impresiones
sobre él. Pedro entonces toma la palabra en nombre del grupo y responde con lo
que la tradición ha llamado la “profesión de fe ”: “Tú eres el Mesías de Dios”,
Pero
seguro en su mente estaba la idea, originada también en el Antiguo Testamento,
de un Mesías nacionalista que encabezaría una rebelión militar contra Roma para
restaurar el reino de David. El mesianismo de Jesús, por el contrario, es universal;
su arma más poderosa es la Palabra; sus destinatarios preferentes son los
pobres y excluidos; su objetivo es el anuncio de un reino que “no es de este
mundo” (Jn 18,36); su metodología apunta a trabajar la conciencia de las
personas para lograr los cambios sociales que conduzcan a un mundo nuevo, y por
fidelidad al proyecto del Padre y amor a la humanidad no rehúye ni el
sufrimiento ni la muerte. Nuestra misión es continuar la obra de construcción
de ese reino, fieles a los objetivos y métodos del Maestro. ¿Actuamos
realmente en esa forma?
ORACIÓN
Señor tu Palabra es como aceite
sobre nuestras heridas, es el agua en el
desierto y el calor en el invierno, es la voz que nos habla en la mañana. Es nuestro consejo cada
día y en las pruebas quien nos guía. Podríamos estar perdidos(as) como náufragos
en el mar o como niños sin su hogar, y
aún perderlo todo hasta el aliento, pero sabemos que tu Palabra siempre nos
sostendrá. Gracias amado Dios. Amén
“La señal adecuada de que somos
cristianos, no es la de la cultura del bienestar, sino de la de quienes
acompañan a Jesús hasta la cruz, con la capacidad de soportar las
humillaciones”
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