miércoles, 1 de julio de 2015

Martes 21 de Julio de 2015


“CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS Y NO LA NUESTRA”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 14,21-15,1

"Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto"

Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: --Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros. Pero el Señor le dijo a Moisés: --Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.

Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.

Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:"Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Este texto trata de explicar que los orígenes de Israel se deben ante todo a la iniciativa divina. Todos los hechos que se consignan, desde el ángel de Yavhé a la vara de Moisés, desde la columna hasta la oración del patriarca, tienden únicamente a poner de relieve esa prioridad de la acción de Dios en la salvación y en la constitución del pueblo. Esta iniciativa de Dios no necesita, sin embargo, revestirse de formas extraordinarias, como la de detener las aguas en masas suspendidas verticalmente, Dios actúa más bien con economía de medios y respetando las leyes de la naturaleza; hay sitios en donde un viento abrasador podía efectivamente hacer transitable un brazo de mar poco profundo.
Cuando leemos este episodio en la noche pascual, deberíamos entender la Pascua se da a un triple nivel: 1) como los judíos, estamos convencidos de que aquel día Dios salvó a Israel; 2) Esa pascua es figura de la segunda, la de Cristo, que pasa a la Nueva Vida de Resucitado a través de la muerte; 3) Recordamos que esa pascua de Jesús nos ha salvado a todos, y que los cristianos, por las aguas del Bautismo, hemos experimentado el paso de las tinieblas a la luz, de la esclavitud a la libertad.
Ya sabemos que ese paso es el inicio del camino; toda la vida estaremos luchando contra el mal, intentando liberarnos de toda esclavitud. Pero en el Bautismo ya nos ha alcanzado el amor de Dios y su gracia liberadora, que no nos abandonarán ya nunca más. Es una convicción que nos debe dar ánimos en todo momento y que debemos saber comunicar a otros, ante las dificultades de la vida.

SALMO RESPONSORIAL: ÉXODO 15,8-17
R./ Cantaré al Señor, sublime es su victoria

Al soplo de tu nariz,
se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar. R
.
Decía el enemigo: "Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano." R.

Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra. R.

Introduces a tu pueblo y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos. R.



OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
ÉXODO 15, 8-17
El “cántico de Moisés” comienza resaltando el triunfo de Yahvé sobre los “caballos y caballeros”, y concluye hablando de la perpetuidad de esta victoria, siendo él mismo aquél que reinará.  Este cántico no se limita a la experiencia de la liberación de la persecución de las tropas egipcias, como podríamos esperar por causa de los capítulos anteriores, sino que habla de la compañía de Dios en la peregrinación del pueblo.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 12,46-50

"Éstos son mi madre y mis hermanos"

Todavía estaba Jesús hablando a la gente, cuando acudieron su madre y sus hermanos, que deseaban hablar con él. Como se quedaron fuera, alguien avisó a Jesús:
--Tu madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren hablar contigo.
Pero él contestó al que le llevó el aviso: --¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Entonces, señalando a sus discípulos, dijo:
--Estos son mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Mateo define a los discípulos como la verdadera familia de Jesús. El objetivo del discipulado no es negar los vínculos familiares, sino afirmar la primacía de los vínculos presentes en la comunidad que Jesús congrega alrededor del Proyecto de su Padre: el Reino. La nueva familia de Jesús está abierta a la humanidad entera; la única exigencia para pertenecer a ella es llevar a efecto el deseo del Padre, que se concreta en la adhesión a Jesús mismo. La dimensión vertical de los lazos de sangre se convierte en la horizontalidad de las relaciones del reino. La invitación de Jesús a sus discípulos es la de ser oyentes y servidores de la Palabra, que se comprometan hasta el final con la obra salvadora de Dios para la humanidad. Todo aquel que se asocie a este compromiso queda unido a Jesús por vínculos más estrechos de amor, de intimidad y de universalidad. Se constituye de esta manera un mundo de relaciones atravesado por los valores del reino de la justicia, de solidaridad y de la igualdad de los hijos de Dios.

ORACIÓN
Señor tú nos haces parte de tu dimensión de amor, que no se limita a un círculo familiar, sino que trasciende a todos los que te hemos recibido; nos haces hermanos y hermanas en el Espíritu. Ayúdanos a conocerte cada vez más a través de tu Palabra, para no ser sectarios y excluyentes, sino, como tú nos enseñaste, ser una comunidad fraterna, donde caben los parentescos biológicos y espirituales. Amén. 

“La santidad es la testarudez en cumplir la voluntad de Dios siempre y  pesar de cualquier dificultad” (Santiago Alberioni)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: