miércoles, 1 de julio de 2015

Sábado 04 de Julio de 2015


“JESÚS NO PUEDE HABITAR EN CORAZONES CERRADOS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 27,1-5.15-29

“Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su bendición”

Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: "Hijo mío." Contestó: "Aquí estoy." Él le dijo: "Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me guisas un buen plato, como sabes que me gusta, y me lo traes para que coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir."

Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo. Salió Esaú al campo a cazar para su padre. Rebeca tomó un traje de su hijo mayor, Esaú, el traje de fiesta, que tenía en el arcón, y vistió con él a Jacob, su hijo menor; con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello. Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan. Él entró en la habitación de su padre y dijo: "Padre." Respondió Isaac: "Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?" Respondió Jacob a su padre: "Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste; incorpórate, siéntate y come lo que he cazado; después me bendecirás tú." Isaac dijo a su hijo: "¡Qué prisa te has dado para encontrarla!" Él respondió: "El Señor, tu Dios, me la puso al alcance." Isaac dijo a Jacob: "Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no." Se acercó Jacob a su padre Isaac, y éste lo palpó, y dijo: "La voz es la voz de Jacob, los brazos son los brazos de Esaú." Y no lo reconoció, porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú. Y lo bendijo. Le volvió a preguntar: "¿Eres tú mi hijo Esaú?" Respondió Jacob: "Yo soy." Isaac dijo: "Sírveme la caza, hijo mío, que coma yo de tu caza, y así te bendeciré yo." Se la sirvió, y él comió. Le trajo vino, y bebió.

Isaac le dijo: "Acércate y bésame, hijo mío." Se acercó y lo besó. Y, al oler el aroma del traje, lo bendijo, diciendo: "Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
No parece muy alto el estándar moral de algunos textos del Antiguo Testamento, y un ejemplo clásico es la primera lectura de hoy, en la que un astuto y tramposo Jacob logra lo que quiere a costa de engañar al propio papá y al hermano. Lo primero que podemos aprender de este caso bochornoso es que la Biblia no es una colección de vidas ejemplares. La Biblia no nos presenta la vida de unos pocos seres excepcionales sino lo excepcional que puede ser la vida cuando Dios la toma y la transforma. No nos presenta solamente productos terminados y perfectos, que de poco servirían, seamos sinceros, porque siempre uno podría argüir: "ese no es mi caso; ese no soy yo."

Al contrario, cuando uno ve que hasta un tramposo empedernido como Jacob entra en la providencia de Dios, y que Dios se vale de él para llevar adelante sus planes, aunque sin dejar de darle sus lecciones al mismo Jacob, entonces uno tiene que decir: "ni siquiera mis pecados son una disculpa para decir que no quepo en los designios maravillosos de Dios."

SALMO RESPONSORIAL: 134
R. / Alabad al Señor porque es bueno.

Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios. R.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya. R.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Invitación dirigida a los que están al servicio del Señor en el templo y a todo el pueblo a alabar a Dios que ha mostrado su poder y su amor en las obras de la creación y en la historia de la salvación.  La elección de Israel se hace plena en la elección de toda la humanidad por medio de Cristo. La alabanza deben hacerla todos los pueblos.  

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,14-17

“¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio está con ellos?”

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

 Los discípulos de Juan, uno de los grupos de la época de Jesús, también toman posición ante las actitudes y enseñanzas de Jesús. La religión judía veía en el ayuno y otras prácticas religiosas, tales como el descanso sabático, pago de diezmos, oraciones múltiples, lavado de manos y  muchas otras, una manera de unirse a Dios. Estas prácticas determinaban incluso la fidelidad o no a la alianza entre el pueblo elegido y su Dios. Pues bien, hoy se le pregunta a Jesús por qué sus discípulos no ayunan. Y él responde con un elemento fundamental de su predicación y enseñanza: La novedad del reino de Dios es ir ligado a la libertad. Ese es el sentido que tiene la pequeña parábola que el Señor usa para responder. A la práctica del ayuno, y sobre todo a la manera en que lo practicaban los grupos judíos (incluso los fariseos, según el texto), Jesús responde señalando que lo supremo y absoluto en la novedad del reino que él predica es la presencia definitiva de Dios en la historia (el novio en la fiesta), y dice que esa novedad no pega con la vieja estructura del judaísmo, que ha producido hombres y mujeres esclavos de las normas, el ayuno, el descanso y una larga lista (la tela nueva en el vestido viejo). En cambio el novio, la fiesta, la alegría y la libertad que produce el anuncio del reino están por encima de cualquier práctica o norma religiosa.
Miremos también  como las  experiencias religiosas de hoy pueden también estar reeditando el ayuno y las ofrendas como un camino para alcanzar la salvación, sin mirar en profundidad que la exigencia de Dios es ser leales a su proyecto histórico de servicio, generosidad y amor. No es sólo en los ritos, en los diezmos o en la flagelación individual donde Dios se complace con sus hijos, sino en la auténtica manera de vivir, de amar y de servir.
Preguntémonos seriamente: ¿cómo vivimos la novedad y la libertad del reino que cada día nos sigue anunciando Jesús?

ORACIÓN
Amado Dios gracias porque te haces presente en todos los acontecimientos de nuestra vida, aún en medio de nuestros desaciertos y distanciamientos de tu propuesta, nos conduces de manera sabia para que tu plan de justicia y liberación se vaya desarrollando a lo largo de nuestra historia. Señor que  entendamos que tu nos haces y nos quieres libres y no esclavos de normas o legalismos que nos quieran imponer otros, ayúdanos para que seamos  capaces de vivir la novedad de tu Reino y despierta en nosotros la solidaridad y el sacrificio a favor de los hermanos más necesitados. Amén  

“De que vale buscar a Dios en lugares santos si donde lo hemos  perdido es en el corazón”


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