miércoles, 1 de julio de 2015

Lunes 20 de Julio de 2015


“MUCHO MÁS QUE SIMPLES CREYENTES”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 14,5-18

“Sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón”
En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: "¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas." Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos salían triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón.
Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: "¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: "Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?" Moisés respondió al pueblo: "No tengáis miedo; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio." El Señor dijo a Moisés: "¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
 Nos impacta en la primera lectura la impresionante inestabilidad del corazón humano. Ya habían decidido los egipcios que era mejor dejar ir a los hebreos, pero ahora cambian y se resuelven a una persecución furiosa. Ya habían festejado los hebreos su liberación, pero ahora cambian al sentirse perseguidos y piensan que hubiera sido mejor quedarse en Egipto. Así es el corazón humano: poco disfruta el bien que posee y mucho añora el bien que no le ha llegado o el que se ha ido de su mano. Valoramos poco y agradecemos poco el presente, mientras la nostalgia se adueña de nuestros recuerdos y una esperanza ingenua nos hace aguardar casi cualquier cosa del futuro.
Para Faraón el duelo de su hijo primogénito fallecido ha durado poco. Es un hombre muy capataz y poco papá, en realidad. Pronto hace sus cuentas y comprende lo sucedido: ¡ha perdido una fuerza de trabajo! ¡No ha cuidado sus recursos de producción! Y a eso es a lo que sale, a recuperar las fuentes de su riqueza y a demostrar a todos quién es el dueño de Egipto. Dios, por su parte, revela a Moisés el sentido de la maravillosa intervención que hará junto al mar: de lo que se trata es de demostrar si esos israelitas son una fuerza de trabajo para la gloria de un hombre, o si son unos elegidos y bendecidos para manifestación de la gloria de Dios.
SALMO: ÉXODO 15,1-6
R./Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R.

El Señor es un guerrero,
su nombre es "Yahvé".
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R.

Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El “cántico de Moisés”, nos remite a un momento clave de la historia de la salvación: al acontecimiento del Éxodo, cuando Israel fue salvado por Dios en una situación humanamente desesperada. Los hechos son conocidos: después de la larga esclavitud en Egipto, ya en camino hacia la tierra prometida, los hebreos habían sido alcanzados por el ejército del faraón, y nada los habría salvado de la aniquilación si el Señor no hubiera intervenido con su mano poderosa.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 12,38-42

“Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará”
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: "Maestro, queremos ver un signo tuyo." Él les contestó: "Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Lástima, perdimos en la lectura continua la controversia con los fariseos acerca de la autoridad de Jesús (Mt 12,22-37). Este dato nos ayudaría a entender mucho mejor los dos temas del trozo evangélico de hoy. El primer tema, el valor que la palabra del profeta tiene en sí misma, antes que los signos que piden ya no sólo los fariseos, sino también los letrados. Definitivamente, el grupo de los judíos no ha recibido esa palabra del reino, en contraste con los paganos, que la han asumido. Tal vez en ese sentido sea la referencia a los habitantes de Nínive y a la reina del sur.
El segundo tema, el del único y definitivo signo que Dios da a la fe de los convocados: El Hijo del Hombre muerto y resucitado, que al igual que Jonás, pasará tres días en las entrañas de la tierra. Ese es uno de los sentidos que puede tener la mención del profeta Jonás acá, concretamente citando la Resurrección, mientras que en Lucas se cita la fuerza de la palabra del profeta por la que se convierten los ninivitas. Definitivamente Jesús resucitado es el único y último signo que la comunidad cristiana les presenta a los judíos. Abrir el corazón y la mente al reino para que florezca en abundancia, he ahí nuestra tarea.

ORACIÓN
Señor, Jesús liberador, hoy que celebramos en nuestro país la llamada fiesta de la Independencia, queremos reconocer sólo en ti, la verdadera libertad, que desde el Espíritu puede experimentar el ser humano y que en el amor misericordioso nosotros experimentamos. Gracias por haber hecho de tu amor todo un signo liberador para nuestra vida, familia, pequeña comunidad e iglesia. Que no te pidamos y busquemos más signos extraordinarios como la gente en el tiempo de Jonás, y los de tu generación, sino en cambio aprendamos a descubrir desde lo sencillo y cotidiano todos los rasgos de tu amor misericordioso, que siempre nos llevará a vivir de libertad en libertad. Amén.

“No somos una religión de ideas, de pura teología, de mandamientos. Somos un pueblo que sigue a Jesucristo y que da testimonio de Él”    (Papa Francisco)

   

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