miércoles, 1 de julio de 2015

Jueves 30 de Julio de 2015


“DIOS HABITA EN MEDIO DEL PUEBLO”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 40,16-21.34-38

“La nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario”

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Uno de los aspectos pedagógicos de nuestro acompañar a los israelitas a través del libro de Éxodo, en su peregrinar por el desierto es verlos obedecer e ir al ritmo de Dios. La nube misteriosa de la presencia divina no es un freno de incomprensión o de incapacidad para entender el plan divino: es más bien la guía maravillosa que marca un paso y que defiende el paso del pueblo de Dios.
Dios lo hace con una perspectiva esperanzadora: Dios está cercano a su pueblo, le acompaña en su camino a través del desierto. Moisés manda construir lo que aquí se llama “el santuario”, que no es todavía el Templo. Esta tienda, a veces envuelta en una nube misteriosa y otras veces por fuego, será el punto de referencia continuo de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Contiene el “Arca”, con el documento en que constan las cláusulas de la Alianza.
Se trata de una “tienda”, un abrigo frágil y confortable, que se desmonta a cada partida y se remonta a cada nueva etapa, porque el Dios de Israel es un Dios que “hace camino” con su pueblo. Es invisible…pero tiene en cuenta el deseo de “signos” y acepta que los hombres materialicen un lugar que simbolice su Presencia.

SALMO RESPONSORIAL: 83
R. / ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte. R.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Canto puesto en boca de los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El templo definitivo donde Dios se hace presente ente los seres humanos es Cristo y la nueva Jerusalén es la Iglesia. Dios invita a todos los pueblos a dirigirse a ella.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13,47-53

“Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran”

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Terminamos hoy el capítulo 13 de Mateo, el centro de su evangelio. La parábola nos habla del final y es como una voz de aliento y una exigencia para que se ponga en práctica todo lo que Jesús ha enseñado a la comunidad. Ese es el énfasis que le ha dado Mateo, pero nosotros podemos darle otro. Si ponemos atención al inicio de la parábola, la pesca es la acción del reino como oferta a todos. Es una red que recoge a toda clase de peces (recordemos el trigo y la cizaña); pero lo importante es cómo se vive y se llega al final.
Pero es lamentable que cuando aparece esta parábola en nuestra liturgia, muchos tenemos la tentación de centrarnos en las características “moralizantes” del final, y hacemos una predicación o catequesis “terrorista” usando el horno ardiente, el llanto y el rechinar de dientes. Pero la parábola en sí apenas dijo algo sobre la suerte que padecerán los que no fueron considerados aptos para el reino: “tiran lo que no sirve”, mientras que podríamos hacer una buena catequesis sobre las exigencias y las diversas formas que tenemos para ser “lo bueno que se recoge en canastas”. Subrayemos la esperanza que alienta la fidelidad a Jesús, y decidámonos a ser parte de la buena pesca del reino de Dios.

ORACIÓN
Gracias Señor porque nos has demostrado que no eres lejano a nosotros, sino que te haces tan cercano, caminas a nuestro lado como Amigo, Padre-Madre, Pastor y Guía. Ayúdanos por favor para responder a ese amor tuyo, necesitamos aprender a escucharte y a vivir de tal modo que nuestras acciones y conducta correspondan con la dignidad que nos das de ser tus discípulos y discípulas, tus cercanos(as) y parte de tu pueblo. Amén
“Una vida sin Dios no tiene sentido, pierde su norte y su razón de ser”


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