Santiago
apóstol
“EL MAYOR DE LOS
PRIVILEGIOS ES SERVIR”
PRIMERA
LECTURA
HECHOS
4,33;5,12.27-33;12,2
“El
rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago”
En
aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor
Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó:
"¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En
cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos
responsables de la sangre de ese hombre." Pedro y los apóstoles replicaron:
"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros
padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero.
La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a
Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos
nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen." Esta
respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey
Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la fiesta hoy del
discipulado del apóstol Santiago, la escena que nos presenta esta primera
lectura es hermosa. La escuela o comunidad del médico Lucas que escribe y es el
animador bíblico de esta comunidad, hace una clara distinción entre los hombres
que ahora se enfrentan sin miedo al sanedrín y a aquellos que tenía miedo a la
hora de la muerte de Jesús. El Espíritu que ahora habita a las discípulas y
discípulos, es el Espíritu del Resucitado, que les hace valientes, sabios(as) y
que les lleva más allá de toda lógica, capaces de hablar por encima de las
voluntades humanas y de saber que la vida no nos puede ser arrebatada porque
ella le pertenece solo a Dios. En este sentido el texto es claro en que dicha
valentía no proviene de un hecho humano, sino de la experiencia con el Espíritu
que ahora está dentro de ellos.
La promesa que se
realizó el día de Pentecostés, ha transformado a estos hombres y mujeres; los
ha hecho nacer a una vida o dimensión nueva: en la manera de pensar, en la
manera de ver la realidad y el mundo, nueva en la manera de sentir, en la
manera de hablar y nueva en la manera de actuar y enfrentar las situaciones de
adversidad. Ya no están poseídos por el miedo a los poderosos, ni por la
desazón de no encontrarle sentido a la vida. Dios les ha mostrado que en la
muerte en cruz de su Hijo hay una invitación a toda la humanidad a optar por un
estilo diferente de vida.
SALMO
RESPONSORIAL: 125
R./ Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que
siembran con dolor
Cuando Jehová hiciere
volver la cautividad de Sion,
Seremos como los que sueñan.
Seremos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se
llenará de risa,
Y nuestra lengua de alabanza. R.
Y nuestra lengua de alabanza. R.
Entonces dirán entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
Grandes cosas ha hecho
Jehová con nosotros;
Estaremos alegres. R.
Estaremos alegres. R.
Haz volver nuestra
cautividad, oh Jehová,
Como los arroyos del Neguev.
Como los arroyos del Neguev.
Los que sembraron con
lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el
que lleva la preciosa semilla;
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Recuerdo de la alegría que experimentó el pueblo al regresar del
destierro e invocación de una nueva intervención divina en un nuevo peligro. La liberación de
Israel seguirá siendo presagio y figura de la redención obrada por Cristo y
esta será prenda de la liberación definitiva en la consumación del Reino de
Dios.
SEGUNDA
LECTURA
2CORINTIOS
4,7-15
“Llevamos
en el cuerpo la muerte de Jesús”
Hermanos:
Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que
una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos
aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no
desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan;
en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras
vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús;
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así,
la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo
el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso
hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien
resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con
vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será
el agradecimiento, para gloria de Dios. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En esta misma
celebración del apóstol Santiago, Pablo a la comunidad de Corinto manifiesta,
no solo a sí mismo, sino a todos los miembros de la comunidad que somos una
vasija de barro, pero que por dentro llevamos un tesoro muy grande, que es Jesucristo,
salvación de Dios para toda la humanidad. Pablo, resume sus tareas apostólicas:
“Nos aprietan, pero no nos aplastan, estamos apurados, pero no nos
desesperamos”. En todo nos sentimos
unidos a Cristo. La comunidad se ha solidarizado con Cristo en los
sufrimientos, con la esperanza de que también ella participará de su triunfo:
“Quien resucitó al Señor Jesús también con Él nos resucitará a nosotros”.
El discípulo(a)
misionero(a), es ante todo ministro(a) o servidor(a) de la comunidad y para
ello debe prepararse sabiendo que parte de su equipaje misionero va a ser el
sufrimiento por Cristo, siendo consciente de que lleva un tesoro en vasija de
barro. Todos somos frágiles, por las enfermedades, dificultades que nos
aprietan desde afuera y por la debilidad que sentimos dese adentro. Esto nos
debe hacer humildes y realistas. Como
Pablo, debemos confiar en Dios, no dejándonos amilanar ni desilusionar por las
dificultades y debilidades personales y comunitarias. Hoy él nos da un ejemplo
magnífico de valentía y generosidad en medio de las tribulaciones, siguiendo de
esta manea los pasos de Jesús, que se entregó totalmente para liberar a la
humanidad del yugo que la oprimía.
LECTURA
DEL EVANGELIO
MATEO
20,20-28
“Mi
cáliz lo beberéis”
En
aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se
postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella
contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a
tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis
lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?"
Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis;
pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es
para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre." Los otros diez,
que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús,
reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan
y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser
grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero
entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha
venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por
muchos." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
texto evangélico lo podemos dividir en dos partes: la primera corresponde a los
vv. 20-23 y en ellos encontramos la petición a Jesús de parte de la madre de
los Zebedeos para que sus hijos se sienten uno a la derecha y el otro a la
izquierda en el Reino. La segunda parte la encontramos en los vv. 24-28 los
cuales presentan la reacción de los otros discípulos contra los dos hermanos y
la actitud de Jesús frente a todos los discípulos.
La
madre de los Zebedeos se acerca a Jesús con actitud reverente y suplica para
pedirle “que sus hijos se sienten uno a la derecha, el otro a la izquierda, en
su Reino". La petición es disonante en contraste con el programa que Jesús
le ha ido trazando a sus discípulos mientras van subiendo a Jerusalén (20,
17-19); se pone una vez más en relieve la incomprensión del misterio de la
cruz. Por otra parte, la suplica traduce una absoluta confianza en el poder de
la palabra del maestro y en el próximo advenimiento de su Reino. Pero también
expresa los problemas que se están dando al interior de la comunidad apostólica
por los primeros puestos. La respuesta
de Jesús no está dirigida a la madre de los Zebedeos, sino a los doce
discípulos; les dijo: “no saben lo que están pidiendo”. Con la pedagogía de
quien reprende para enseñar, Jesús llama la atención sobre la falta de
inteligencia de quienes estaban destinados por vocación a comprender los
misterios del Reino de Dios. Luego Jesús les llama la atención sobre la
capacidad de asumir su proyecto: ¿pueden beber el cáliz que yo voy a beber? La
pregunta introduce el tema de fondo que Jesús les está proponiendo a sus
discípulos: la comunión de destino entre el Mesías y sus seguidores, que
caminan hacia Jerusalén, el lugar de la pasión, muerte y resurrección.
Los
discípulos dicen que están en capacidad de asumir el cáliz, es decir, de correr
la misma suerte del maestro, de entregar la propia vida; ellos están dispuestos
a “com-padecer”, ser “crucificados” y “morir con Cristo”. Pero Jesús
disimulando sus ilusiones presentes y pensando en la fidelidad a la hora de la
verdad, les dice: “Mi cáliz, ciertamente, lo beberán, pero el sentarse a mi
derecha o mi izquierda no me toca a mí concederlo; será para los que mi Padre
tiene designados”.
ORACIÓN
Señor te damos gracias
por todos aquellos que pasaron enfrentando toda dificultad con valentía,
entrega y sabiduría, porque como discípulos(as) lograron reconocer y vivenciar
el sentido de tu amor redentor, clavado en una cruz por decir la verdad y
buscar la justicia e igualdad social. Te pedimos por favor que estos
testimonios de vida y tu acción en nuestra vida nos anime para ser verdaderos
servidores de tu amor. Amén
“Es necesario ir más
allá del deber. Antes que te lo pidan, muéstrate dispuesto a dar la mano”
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