miércoles, 1 de julio de 2015

JULIO 2015

“CONSECUENCIAS DE MIS DECISIONES”

Por estos días hemos estado reflexionando acerca del proceso humano en la parábola del sembrador,  allí hemos compartido algunos puntos a saber:
1.      Parar, preparar o purificar la tierra, una invitación a la reconciliación
2.      Seleccionar, escoger o elegir la semilla, aquí es donde vamos a centrar nuestra reflexión.  De acuerdo a la elección de la semilla, así va a ser la cosecha. Lo que se siembra se recoge. Gálatas 6,6-7
3.      Abonar, acompañar y cuidar la semilla sembrada   
4.      Esperar con confianza la llegada de la cosecha; porque se sabe de antemano que se hizo fielmente el proceso anterior, especialmente  “Se eligió y seleccionó bien la semilla”.

Como es la semilla así va a ser la cosecha,  no tenemos derecho a quejarnos, más bien, como dirían algunas abuelas “a quejarse al mono de la pila”. Cuantos hoy no estamos sufriendo en algún área de nuestra vida una decisión, selección, elección equivocada. Es muy común, hoy en día, recibir una respuesta evasiva de parte de aquellos que son confrontados con el origen de esa cosecha no agradable, de frutos no muy buenos que hoy están recibiendo. Pero no solamente sucedió en el ayer sino hoy es muy común en nuestra sociedad, con esta cultura del llamado género, que habla de ante todo la libertad, confundiéndolo con libertinaje  y que cada vez esclaviza más. Una frase muy conocida hoy es: “es mi vida y soy libre para decidir”. Lo que ignoran trágicamente, es que si bien son libres para decidir, no son en primer lugar libres para no decidir, porque en el momento en que rechazo la oferta de Dios, su amor misericordioso y su proyecto de vida estoy decidiendo darle la espalda a Dios. Como consecuencia de esto muchos ignoran que son libres para decidir sus acciones pero no quieren asumir con responsabilidad sus consecuencias. Un elegir o tomar decisiones alejados de la sabiduría que viene de Dios me va a sumergir más rápidamente en la mentira, trampa y engaños de este mundo. No podemos “coquetear” con las malas y fáciles decisiones y más adelante evadir sus trágicas consecuencias. “¿Jugará el hombre, con fuego, sin correr el riesgo de quemarse? ¿Andará el hombre sobre brasas sin correr el riesgo de que sus pies se quemen?” (Proverbios 6,27-28).  Como ves apreciado amigo(a) la libertad de la mujer y del hombre es relativa, nunca  absoluta. Dios nos creó con capacidad de decidir y creo que nadie está disgustado con esto. A ninguno de nosotros nos hubiera gustado ser robots o clones prediseñados y programados para solo agradar a nuestro hacedor. Dios conociendo nuestra humana tendencia a la rebelión nos hizo libres, pero nos advierte en su Palabra   con su mensaje de amor acerca de las decisiones y las consecuencias que tenemos que asumir de ellas. Recuerda que ser libre no es hacer lo que se nos antoje, sino aquello para lo cual fuimos creados y esto edifica y bendice a los demás.  Al vivir sin tener en cuenta a Dios en mis decisiones caigo en el antiguo error del paraíso; en la más antigua de las religiones donde yo mismo soy mi propio dios, la religión del “ yoismo” o egolatría. Cuando la vida gira en torno a mi mismo me vuelvo ciego, insensible, egoísta e intrascendente, sólo en Dios, tu diseñador y arquitecto te sentirás verdaderamente libre.
Te recuerdo: “Como es la semilla así va a ser la cosecha”. ¿De acuerdo a tus decisiones equivocadas o no que cosecha hoy estas recibiendo?. Comenzando este segundo semestre te propongo una tarea: si en algunas áreas de tu vida la cosecha que hoy estás recibiendo no es la mejor, no es de tu agrado pues cambia la semilla, corrige la siembra, abónala, cuídala; y verás que llegado el final del año recibirás una mejor cosecha; pero si no corriges la mala semilla, vas a seguir recibiendo una mala cosecha.
Bendiciones en el nombre del Señor para tu caminar y los tuyos en este nuevo mes.

“EL SER HUMANO ES UN SATÉLITE DE DIOS Y CRISTO DETERMINA NUESTRA ÓRBITA”.          

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES
“Fuimos creados por Dios y para Dios”
Colosenses 1,16

SÉPTIMA LLAVE: EL DESPRENDIMIENTO O DESPOJO

Después de abordar en el mes anterior la llave de la Generosidad, como consecuencia de esta surge el DESPOJO O DESPRENDIMIENTO, que nos va a traer mucha bendición.
Podríamos decir como un primer momento que el desprendimiento parte como signo de bendición desde la generosidad; es decir, desde la fuente del amor ser capaz de  desprenderme o despojarme para compartir con el otro u otros. Desprenderme de algo que tengo, que a veces me sobra o quizás como la viuda del evangelio ni siquiera tengo para compartirlo con alguien que esta como yo o peor que yo. Total, una primera afirmación que podríamos decir es que despojarse, es ante todo, desprenderse de uno mismo; también desprenderme de aquello negativo (pecado) que me está haciendo daño, y que hace daño a los que conviven conmigo. Por ello esta llave de bendición nos la describe el apóstol Pablo con mucha precisión: “Despójense de esa vida con naturaleza vieja que esta corrompida por los deseos engañosos, para ser renovados en una actitud de mente nueva; y ser revestidos con un ropaje nuevo a imagen de Dios” (Efesios 4,22-24).  Quitarse ese ropaje viejo es desprenderse o despojarse. Veamos ahora algunos ejemplos bíblicos de despojo y  desprendimiento:

-          El Patriarca Abraham: Hay una tendencia general entre los cristianos de mirar a Abraham solo desde una perspectiva, la positiva; que hombre tan bendecido, quizá el hombre más rico de la antigüedad, a quien el Señor lo llamó, le pidió un desprendimiento o despojo y le ofreció como regalo el cumplimiento de una serie de promesas si le era fiel.  Hay que ver a Abraham desde la otra cara de la moneda: su fidelidad al llamado de Dios y su capacidad de desprendimiento. ¿Porqué Abraham fue tan bendecido con toda clase de bendiciones?: sencillamente porque aprendió a despojarse de todo para obedecer a Dios. Fue desarraigado de su tierra Caldea y enviado a un país extranjero. Fue separado de su parentela, formada por gente rica y de alta clase en Ur, una especie de New York en aquel tiempo. Entonces una vez más ¿Qué fue lo maravilloso que hizo Abraham? Simplemente desprenderse. El desprendimiento o despojo al igual que la generosidad siempre van a tener un eco o respuesta, una puerta que se abre y se llama la “Bendición”. Mediante esta llave el despojo en Abraham y gracias a Dios a través de él, también por herencia llegaron las bendiciones hasta  nosotros. (Génesis 12)

-          Otro ejemplo de desprendimiento en la Biblia es el rey David. Para gobernar a su pueblo antes de David, Dios llamó a Saúl lo ungió como rey y le entregó la misión de guiar y organizar su reino. Desafortunadamente este rey fue todo un fracaso y no respondió al llamado generoso de Dios; y ¿en qué fue que falló este monarca?: pues fue en no saber desprenderse, ni despojarse, fue un terco desobediente, un contradictor de Dios. A menudo la gente confunde los conceptos de siervo de Dios y hombre de Dios, que no significan nunca lo mismo. Hay muchos que sirven a Dios pero no le obedecen. El caso de Saúl, o el caso de Sansón, que fue levantado como juez para servir a su pueblo, el Espíritu Santo lo dotó de fuerza descomunal; pero él al igual que Saúl nunca aprendieron a desprenderse ni a despojarse de sus sentimientos ni de sus debilidades. Fue un siervo de Dios pero no un hombre de Dios; al igual que Saúl y muchos hoy en día fracasaron en todas sus empresas y finalmente fueron derrotados por los filisteos, y como termino la vida de Saúl al igual que muchas vidas, una vez derrotado y frustrado termina suicidándose; de una vez y ojalá para siempre aprendamos esto: “El que no se despoja será despojado (1ra Samuel 2,6).
En cuanto a David, un hombre que fue signo de generosidad siendo perseguido aún por su enemigo  Saúl, teniendo a su enemigo a su alcance, en una señal de profunda humildad, renuncia a sí mismo, se despoja,  pone en peligro su propia vida para obedecer a Dios.  David entendió  algo importante que tiene plena vigencia: el que se desprende o se despoja será exaltado o bendecido. A partir del desprendimiento David se convierte en el gran rey en Jerusalén, su descendencia será bendecida en el gran sabio Salomón. ¿Porqué tanto respeto y honor en el pueblo judío al rey David? Sencillamente porque a pesar de sus muchos pecados David aprendió a desprenderse y a despojarse.

-          -Miremos ahora un tercero: Job. Meditando en  este personaje bíblico Job, preparando estas reflexiones me veo en algunas áreas tan reflejado en él, que quizás en este momento, y más adelante cuando lo vuelva a profundizar sentiré que en primera  persona al que está llamando y predicando es a mí, ya verán porque.
 Job era un hombre integro, justo, es decir santo delante de Dios, que había aprendido a despojarse casi de todo para seguir a Dios, menos de una cosa: “del temor”. Cuantos creyentes hoy no estamos así, llenos de miedo, de temores, bendecidos por Dios, pero aún frágiles y faltos de decisión para despojarnos o desprendernos de nuestros temores o miedos. Job era casi perfecto, pero tenía su debilidad, su talón de Aquiles, el miedo. Y este temor o miedo al igual que en Job es utilizado por el diablo o el mal, para hacer daño  y crear inseguridad. Nuestro personaje Job al igual que Abraham, era el hombre más rico de los orientales del momento, disfrutaba de una familia feliz, de una perfecta salud, de buena fama y honor, pero nunca aprendió a despojarse del temor. Es enorme en las otras áreas todo el aprendizaje que podemos sacar en el desprendimiento de la vida de Job (Job 19,9-10).

-          Miremos otros ejemplos bíblicos de despojo: Los pescadores discípulos de Jesús.
Ya en el Nuevo Testamento hay una escena que me parece importante que nos relata el evangelio en el cual el tema del desprendimiento o despojo es evidente. Simón y su hermano Andrés primeros discípulos, no vacilan ante el llamado de este maestro nuevo que ellos quizás desconocen; aunque ellos poseen una microempresa de pesca en el mar de Galilea; ante este llamado dejan al instante su negocio y se van con el Señor, ellos se despojan inmediatamente (Mateo 4,18-20). Pero hay algo más Juan y Santiago, igualmente se despojan de su profesión de su propia subsistencia y, como si faltara poco también de su papá (Mateo 4,21-22). Unos pescadores sencillos, humildes, unos hombres rudos sin posibilidades de ser inscritos ni siquiera en la historia municipal de Cafarnaúm, pero gracias a su desprendimiento quedaron inscritos en la historia universal de la humanidad. ¿Y por qué? Porque aprendieron a despojarse y desprenderse de ellos mismos, de sus negocios, de sus familias, y en un signo de generosidad profunda, se convirtieron en maestros espirituales de vida.

-          Otro ejemplo de desprendimiento: Leví o Mateo, el funcionario público, he aquí otro caso de desprendimiento o despojo que vale la pena recordar.(Marcos 2,13-14).  Este personaje era un funcionario que recaudaba impuestos para el imperio romano y ganaba mucho dinero con las comisiones que se pagaban a esos intermediarios, Mateo el apóstol, es el nombre de este empleado de la Dian en esa época, autor del mismo evangelio que lleva su nombre. Al recibir el llamado del Señor el obedece y simplemente se desprende o se despoja de la caja fuerte, la chequera, los dólares, las tarjetas de crédito, los valores y contratos y se va detrás del nazareno sin pestañear.

-          Ultimo personaje: Pablo, un hombre importante. El apóstol San Pablo es un hombre muy importante en la época de su llamado y hoy. A veces la gente no recuerda quien era Pablo antes y quien fue después de Cristo. Nació de una familia judía, en la diáspora o desplazamiento de esa época en Tarso, dentro de la parte griega del imperio romano, su padre era un aristócrata rabino de una prospera comunidad. Pablo era también un aristócrata a la par de un oligarca. Pablo era un erudito, intelectual entre sus contemporáneos. Políticamente era un hombre con influencias dentro del imperio. Algunos afirman que Pablo es el genio religioso por excelencia de la humanidad. Pablo es el gran sistematizador del cristianismo, el gran creador de la civilización occidental. ¿Y por qué tan importante?. Porque se despojo a sí mismo. De lo contrario habría pasado a la historia como un vulgar asesino de gente indefensa. Después de tantas vueltas en su vida, estudio, intelecto, dinero, tanto prestigio, tanta política, tanta erudición, Pablo pudo concluir y llegar a decir: “Todo lo que para mí era ganancia lo considero perdida por causa de Cristo, por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol a fin de ganar a Cristo” (Filipenses 3,7-8).
-           
A quien no entiende voluntariamente, el mensaje del despojo o desprendimiento el Señor lo hará entender forzosamente, no es una invitación cordial de Jesús cuando dice : “Tome su cruz y sígame”. Aquí cruz significa desprendimiento.
Otros ejemplos de desprendimientos en el evangelio que quisiera dejarte son:
-El espontáneo, quizás muchos hombres y mujeres se identifican con el carácter de este hombre tan común y corriente. El espontáneo quiere seguir a Jesús pero recibe una advertencia tajante: no te garantizo ni siquiera un catre o un colchón inflable o de agua donde dormir. (Lucas 9,57-58)
-El buen hijo: este hombre tiene unos  lazos familiares tan fuertes que quiere seguir a su padre hasta la tumba. Aquí cabe entender que Jesús nunca promueve dejar insepulto los cadáveres sino enfatiza la necesidad de continuar nuestra vida en compromiso espiritual más allá del luto y el dolor. La muerte es en sí misma, un doloroso desprendimiento o despojo. Pero la vida continúa con Dios. (Lucas 9,59-60)
- El nostálgico: Leí o escuche alguna vez que quien ama o está atado al pasado merece volverlo a vivir.( Lucas 9, 61-62) 

En estos tres últimos casos que reflexionamos descubrimos algo: El espontáneo no se desprende de su comodidad. El buen hijo no se despoja del cadáver de su padre, el nostálgico no se despoja de su pasado. Total no aplican o no son candidatos para el Reino de Dios. Somos salvos, porque Dios fue generoso y en su Hijo Jesús se desprendió de sí mismo para darnos la redención.

Es con la  llave del desprendimiento o despojo que Jesús abre el Reino de los Cielos sobre nuestra vida aquí en la tierra. Despojarse, es una vez más, y sobre todo aprender a desprenderse de uno mismo, el viejo hombre y antigua mujer egoísta acaparador que solamente busca su bien. Que ojalá una vez ya viviendo en la escuela del desprendimiento que es “La escuela del amor generoso” nosotros pudiéramos gritar a pulmón lleno con San Pablo en cualquier escenario y situación que estemos enfrentando y con toda satisfacción en el corazón, y con una absoluta convicción intelectual, con el espíritu inflamado de ardor, un gran grito que lo escuche todo el planeta, gracias al desprendimiento : “Ya no vivo yo, mas Cristo es el que vive en mí” Gálatas 2,20.
Como tarea y revisión de vida, examinemos  las diferentes áreas de nuestra vida que no nos hemos despojado.
Ir y revisar en nuestro closet a ver qué cosas tenemos y no las estamos utilizando y no  hemos aprendido a desprendernos y compartirlas con otras personas.
Revisar en nuestro  pastillero, el lugar de las medicinas y buscar cuales no estamos usando y pueden ser utilizadas por otras personas, que si las necesitan.
Revisar nuestra alacena y donde guardamos el mercado,  que cosas aquí no utilizamos, por ejemplo por nuestra dieta, por abundancia, no las consumimos y que a otro le servirían.

                                                                                              
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Buenos días, Amado  Dios. Aunque mis ojos no te pueden ver, te puedo sentir sé que estas aquí conmigo y con toda aquella persona que busca de tu presencia. Te quiero dar gracias por  todo lo recibido de ti durante el semestre que pasó, gracias por tu gran amor, por darme  tantas cosas y entenderme, sin esperar nada a cambio. Gracias por cada circunstancia de vida en la que  he sentido tu mano tomando la mía, en medio de adversidades, sinsabores, desconciertos, aciertos, logros y alegrías. Gracias por mantenerme alerta ante mis actitudes y palabras que puedan hacer daño a los demás; porque cuando caigo me ayudas a levantar, a pedir perdón y cambiar.  Te entregó una vez más,  este nuevo día que empieza, ayúdame Señor a ser libre de ataduras, dependencia de personas, cosas o ideas,  que sólo  siga siempre  unido (a) a  ti, Tú que eres mi hacedor, mi refugio, mi fortaleza. Dame nuevas fuerzas y valor cada día  para seguir realizando la tarea que me has encomendado. Ayúdame Señor con la  luz de tu Espíritu a impregnar mi vida y la de los que me rodean en  oración, gratitud, alabanza, adoración, fe, obediencia, generosidad , desprendimiento y que  todo mi entorno siempre este lleno de ti.  Amén

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Señor, gracias por acompañarme a lo largo de este día, por sentirte  tan cerca y poder abrir el corazón y desahogar sentimientos, pensamientos y emociones. Gracias porque me regalas la fortaleza para poder recuperarme de los sinsabores de la vida. Te pido ayúdame a que no sea indiferente a las tristes realidades que me rodean, de injusticia social, violencia,  maltrato, enfermedad, pobreza,  que pueda aportar y ser bendición de alguna manera  a tantas personas que me necesitan. Señor  hazme orante, verdadero intercesor por el necesitado, y que  pueda  intervenir con  sabiduría, inteligencia y demás dones para actuar y ayudar, como Tú lo hacías, pero sobre todo con ese amor que sobrepasa todo egoísmo e  individualismo. Te confió mi sueño y de los que me rodean y desde ya todas las actividades y situaciones del día de mañana.  Amén


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: