lunes, 1 de junio de 2015

Sábado 27 de Junio de 2015


“NO BASTA CON DECIR “TENGO FE”, HAY QUE DEMOSTRARLO”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 18,1-15

“¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo”
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: "Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo." Contestaron: "Bien, haz lo que dices." Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: "Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza." El corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?" Contestó: "Aquí, en la tienda." Añadió uno: "Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Sara lo oyó, detrás de la entrada de la tienda. Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus períodos. Sara se rió por lo bajo, pensando: "Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer con un marido tan viejo?" Pero el Señor dijo a Abrahán: "¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: "Cómo que voy a tener un hijo, a mis años"? ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Pero Sara, que estaba asustada, lo negó: "No me he reído". Él replicó: "No lo niegues, te has reído." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Hermosa lectura se nos presenta hoy en el libro del Génesis, la fe de Abraham, su espera contra toda esperanza, está a punto de ser premiada. Dios se aparece de nuevo y renueva su promesa. Los planes de Dios siguen adelante, aunque humanamente parezcan irrealizables.   El Señor Dios hace una visita a un hogar estéril y lo vuelve un hogar y un lugar fecundo. Si Dios visita mi esterilidad, la vence; si Dios visita mi desierto, lo vence; si Dios visita mi depresión, la vence. El Señor Dios visita a dos ancianos y les da un regalo de juventud. Si Dios visita mi cansancio, me descansa; si él llega a mi desilusión, la transforma; si él me levanta de la tumba, viviré por los siglos.
El Señor Dios visita a Abraham y Sara y hace una promesa. La promesa se cumple. Si me fío de la palabra de Dios no seré defraudado. Si escucha la promesa de mi Señor soy invencible. Y todo, todo se basa en una pregunta, una maravillosa pregunta: "¿hay algo difícil para Dios?". Esa pregunta es mi gran respuesta. Es el cimiento inamovible de mi fe.
SALMO RESPONSORIAL
INTERLECCIONAL: LUCAS 1
R./“El Señor se acuerda de la misericordia”

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.

Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es Santo. R.

Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
María, inspirándose en la tradición del Antiguo Testamento, celebra con el cántico del Magníficat las maravillas que Dios realizó en ella. Ese cántico es la respuesta de la Virgen al misterio de la Anunciación: el ángel la había invitado a alegrarse; ahora María expresa el júbilo de su espíritu en Dios, su salvador. Su alegría nace de haber experimentado personalmente la mirada benévola que Dios le dirigió a ella, criatura pobre y sin influjo en la historia. Con la expresión Magníficat, versión latina de una palabra griega que tenía el mismo significado, se celebra la grandeza de Dios, que con el anuncio del ángel revela su omnipotencia, superando las expectativas y las esperanzas del pueblo de la alianza e incluso los más nobles deseos del alma humana.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,5-17
“Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob”
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quién soy yo para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace." Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Y al centurión le dijo: "Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído." Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Cuando el cristianismo nació como movimiento social y religioso, su reducida cantidad de integrantes le permitía tener un diálogo abierto y creativo con la gran variedad de expresiones religiosas del momento. La manifestación de fe del centurión sobrepasa las expectativas de todos, incluso del mismo Jesús, que queda sorprendido con la respuesta clara y serena del oficial romano. El centurión no pedía un favor para él, sino para uno de su ‘casa’; para una persona que, aunque vivía bajo el régimen de la servidumbre, estaba bajo su directa responsabilidad. El centurión reconocía incluso, con gran humildad, que él, como soldado, también estaba sujeto a un ordenamiento superior. Y lo más sorprendente de la escena es que el oficial romano se coloca prácticamente “a las órdenes” de Jesús, contraviniendo todas las reglas sociales. Sin embargo, Jesús viendo la poderosa fe del centurión, se salta todas estas barreras y, por medio del mismo oficial, comunica una palabra de vida, fe y esperanza a toda la ‘casa’ del oficial romano. Jesús accede a la sanación porque la fe del centurión no le da más alternativa. También nosotros por medio de la fe podemos sanar a esta sociedad enferma, cuyas lacras nos parecen a veces insanables. Pero no olvidemos que “para Dios nada es imposible” (Lc 1,37).

ORACIÓN
Gracias Señor por tu fidelidad,  porque permaneces siempre con nosotros(as). Ayúdanos hoy a corresponder desde nuestra fe y nuestro compromiso a esa cercanía. Que hoy tu Palabra sea fortaleza para nuestra vida sobre todo en los momentos de necesidad y dificultad, queremos creer en ti, en que eres Dios de los imposibles, ¿acaso hay algo difícil para ti?; queremos tener la fe que tuvo el centurión  y   declarar  como él: “que una sola palabra tuya bastará para sanarnos. Amén. 

Tengamos la fe encendida, también en los momentos difíciles y de oscuridad”

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