“NO ESTAMOS EXENTOS DE PELIGROS”
PRIMERA
LECTURA
JOB 38,1.8-11
“Aquí se romperá la arrogancia de tus olas”
El Señor habló a Job desde la tormenta: "¿Quién cerró el mar con
una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando puse nubes por
mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y
cerrojos, y le dije: "Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la
arrogancia de tus olas?" Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En la primera lectura vemos cómo
el Señor le contesta a Job desde un torbellino, una forma muy común en el
Antiguo Testamento para las apariciones de Dios. Le muestra lo que el Señor es
capaz de hacer por el ser humano, hasta frenar el mar para que no irrumpa
contra él. Las comunidades cristianas crecen en medio de dificultades y
conflictos. Se encuentran asediadas por muchas amenazas internas y externas.
Son como una pequeña barca navegando en altamar, en aguas turbulentas. Cunde la
desesperación y el desencanto. Job es el símbolo de la paciencia y la
resistencia. Se siente asediado por todas partes. Dios lo interpela haciéndole
caer en cuenta de que él es el Señor de la historia. Las dificultades de la
vida no podrán derrotar a quien pone toda su confianza en Dios.
SALMO RESPONSORIAL:
106
R./Dad gracias al
Señor, porque es eterna su misericordia.
Entraron en naves
por el mar,
comerciando por las
aguas inmensas.
Contemplaron las
obras de Dios,
sus maravillas en
el océano. R.
Él habló y levantó
un viento tormentoso,
que alzaba las olas
a lo alto;
subían al cielo,
bajaban al abismo,
el estómago
revuelto por el mareo. R.
Pero gritaron al
Señor en su angustia,
y los arrancó de la
tribulación.
Apaciguó la
tormenta en suave brisa,
y enmudecieron las
olas del mar. R.
Se alegraron de
aquella bonanza,
y él los condujo al ansiado puerto.
Den gracias al
Señor por su misericordia,
por las maravillas
que hace con los hombres. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
En este canto de acción de gracias, se describen cuatro situaciones
típicas, que ponen de manifiesto una especial providencia de Dios: la vuelta
del exilio, presentada como un nuevo Éxodo (vs. 4-9); la liberación de los
cautivos (vs. 10-16); la ayuda divina a los que sufren (vs. 17-22) y a los
navegantes en peligro (vs. 23-32). La parte final del Salmo (vs. 33-43) tiene
un carácter hímnico-sapiencial, y su tema central es el poder de Dios, que
transforma el orden de los acontecimientos en beneficio de sus fieles.
SEGUNDA LECTURA
2CORINTIOS 5,14-17
“Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado”
Hermanos: Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno
murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos, para que los que viven
ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos. Por tanto, no
valoramos a nadie según la carne. Si alguna vez juzgamos a Cristo según la
carne, ahora ya no. El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha
pasado, lo nuevo ha comenzado. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En la carta a los Corintios se
nos expone la nueva humanidad que a través de la muerte de Cristo recobra la
vida plena. Cristo murió por todos para que todos tengamos vida por medio de
él. El amor de Cristo ha sido tan grande que nos ha rescatado de la muerte y de
la esclavitud del pecado, y nos ha hecho partícipes de la vida nueva. Lo
antiguo ha sido superado por la muerte y resurrección del Señor.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 4,35-40
“¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las
aguas le obedecen!”
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: "Vamos a la
otra orilla." Dejando a la gente, se lo llevaron en la barca, como estaba;
otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían
contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un
almohadón. Lo despertaron, diciéndole: "Maestro, ¿no te importa que nos
hundamos?" Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
"¡Silencio, cállate!" El viento cesó y vino una gran calma. Él les
dijo: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?" Se quedaron
espantados y se decían unos a otros: "¿Pero quién es éste? ¡Hasta el
viento y las aguas le obedecen!"
REFLEXIÓN
El evangelio que leemos hoy,
llamado el relato de la tempestad presenta las dificultades por las que
atravesaba la Iglesia primitiva en el contexto del imperio romano. El mar es
símbolo de peligro; es una amenaza para quienes viven cerca de él, porque saben
que por ahí vienen los perseguidores. La comunidad es esa pequeña nave que
navega a la deriva. La fe de muchos naufraga ante las amenazas y las presiones
del medio. Entonces es cuando hay que recordar que Jesús no ha abandonado la
barca. El navega con ellos. Es capaz de derrotar la tempestad. La certeza de la
presencia de Jesús fortalece la frágil fe de la comunidad.
Nos sentimos amenazados de muchas
formas. La injusticia, la violencia y la corrupción, el consumismo. Sentimos la
tentación de ceder. Fácilmente caemos en el pesimismo y la resignación.
Desistimos de todo esfuerzo y dejamos que la historia empuje la barca a su
propio viento. El ambiente nos ahoga y nos sentimos perdidos, desorientados o
perplejos. Hoy también las palabras de Pablo en la segunda lectura nos resultan
alentadoras: Cristo murió y resucitó; con él hemos muerto nosotros, y tenemos
la firme esperanza de participar en su resurrección. Sólo la certeza de que
Jesús camina con nosotros nos puede ayudar a vencer los miedos y las
incertidumbres y a “remar mar adentro, hacia aguas profundas”.
ORACIÓN
Señor Jesús, gracias
por que un día nos invitaste a caminar contigo y nos has prometido que no
estaremos solos, que en medio de las turbulencias y dificultades de la vida
allá siempre estarás con nosotros. Te pedimos Señor, sigue hoy subiendo y
tomando la dirección de nuestra barca, para que con tu ayuda podamos a llegar a
feliz puerto; que nunca perdamos la esperanza, que vivamos confiadamente en tus
manos. Señor salva, protege y haz de nuestra barca instrumento valioso en tus
manos. Amén.
“El
discípulo(a) no se deja vencer por el miedo y la desesperanza, porque camina de
la mano y confía en su Señor”
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